Con los buzos de la Guardia Civil y la UME en los parkings de la muerte: "Encontramos los cadáveres al tacto"
Junto a ellos, grupos de Bomberos y buceadores voluntarios tratan de hallar restos en el fondo de las aguas negras de las localidades más afectadas de Valencia.
Días después de uno de los peores desastres naturales de la historia de España, en Valencia los vecinos continúan viviendo junto a los restos de una gran cantidad de cuerpos sin vida. En Sedaví, una población de 10.000 habitantes a tan sólo 12 kilómetros de la capital, los garajes siguen estando llenos de aguas residuales. Una mezcla de lodo y aceite de coche manchan las botas de los efectivos de la UME que realizan inmersiones subacuáticas con la única intención de hallar muertos.
"Parece duro, pero tras cuatro días está claro que no esperamos hallar a ninguna persona con vida debajo del agua. Estamos buscando donde sabemos que hay personas desaparecidas", afirma uno de ellos. En este garaje en concreto, perteneciente a una comunidad de vecinos en la que viven aproximadamente 30 personas, se cree que hay unos seis cuerpos debajo del agua. Pero eso todavía no se confirma. Podrían ser más o también ser menos. "Tenemos dos puertas y no sabemos si cuando surgió todo alguien fue arrastrado hasta dentro", dice el presidente de la comunidad, visiblemente afectado.
La Unidad Militar de Emergencias, que llegó hasta la provincia de Valencia con el único cometido, según sus propios miembros, de "apoyar en el levantamiento de cadáveres", hacen un registro de los mayores parkings de la zona de Sedaví pero también de Alfafar, Benetúser y Cataroja. En otro garaje particular de la zona se busca junto a los GEAS de la Guardia Civil —Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas— a otro grupo de personas. "Nos dicen los vecinos que podría haber personas dentro porque no saben nada de ellos desde el martes", explican.
'Cuerpos al tacto'
Mientras un equipo prepara la inmersión, en la radio de los coordinadores suena el aviso de nuevos desaparecidos: "Se solicita grupo por posible presencia en Blasco Ibáñez". En muchos lugares, sin embargo, no pueden entrar por los peligros que entraña una actividad de este tipo. "En el fondo no hay nada de visibilidad. Y el agua es bastante corrosiva por la situación en la que nos encontramos. Estamos encontrando cuerpos al tacto", explica un efectivo de la UME.
De fondo se escucha cómo los buzos rompen los cristales de los coches. Lo hacen por inercia para tratar de encontrar algo dentro del coche. Pero les puede llevar horas o días. Lo más efectivo, sostienen, es drenar bien los parkings para poder entrar. Sin embargo, las bombas que están utilizando no dan para más y requieren de varios días o incluso semanas para eliminar todo el agua de superficies de varios niveles.
En la calle Gómez Ferrer de Sedaví, justo en frente de la biblioteca pública, las personas caminan con palas y cubetas para intentar ayudar mientras un grupo del ERICAM —el grupo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid— comienza también una nueva inmersión en las aguas. Lo hacen, dicen, para apoyar en estas labores a la UME y a los GEAS de la Guardia Civil.
Es tan sólo la muestra de uno de tantos parkings en el que esperan hallar los restos de varias personas fallecidas a causa de la DANA. "Estamos acostumbrados a rescatar personas de debajo de los escombros. Lo de aquí es algo diferente. Es una situación terrible. Buscamos otra cosa", afirma Daniel, un miembro del ERICAM que lleva desplegado en la zona desde el miércoles.
Epicentro de la tragedia
Otros grupos de Bomberos de Valencia trabajan en la Plaza del Ayuntamiento de Sedaví en el que es considerado el punto cero de la tragedia de los parkings. Aquí se supone que hay 15 personas desaparecidas, pero son datos que se manejan de manera interna y que los propios bomberos afirman no tener del todo claros. "Lo sabremos bien cuando terminemos, pero sí que tiene muy mala pinta. Es un garaje bastante grande y está completamente inundado", dice Miguel mientras coloca una bomba de extracción de agua.
Justo en esa línea otro de sus compañeros cuenta que están intentando no hacer más inmersiones subacuáticas: "No nos podemos arriesgar a entrar y morir, al fin y al cabo sabemos que las personas que están aquí abajo ya han muerto", dice. En el momento en el termina la frase se da cuenta de la frialdad que la acompaña e intenta contextualizarla: "Piensa que se te puede volcar un coche y quedarte atrapado o cualquier cosa. No tenemos ninguna visibilidad".
La UME prosigue su recorrido por los parkings que termina en el túnel que une la ciudad de Alfarfa con Benetúser. Hasta allí se han desplazado rápidamente varias unidades al ver la posibilidad de que una persona estuviera con vida atrapada entre vehículos. Sólo unos instantes después, una mujer es rescatada desde dentro de los escombros, con vida.
Buceadores voluntarios
Pero no son capaces de llegar a todo, afirman. Por lo que numerosos voluntarios se han sumado también a los rescates en los aparcamientos subterráneos. En otro parking residencial un grupo de la Federación de Actividades Subacuáticas de la Comunidad Valenciana preparan una nueva inmersión.
Lo hacen, esta vez sí, preparados para manterse debajo del agua durante un buen rato. "Es bastante peligroso. Vamos sin luz. Pero tenemos que intentarlo", dice Estíbaliz en la puerta, visiblemente cansada.Justo mientras termina de entonar la frase, salen de las profundidades del parking Ángel, Rubén, Eduardo y Pedro.
Los cuatro, también pertenecientes a la misma federación y desplazados de manera voluntaria, se dedican a buscar cuerpos sin vida entre las aguas. "Nada, por ahora. Tendremos que volver a entrar", dice Ángel. A escasos metros de allí, Ximo y Aroa se las han ingeniado para voluntariamente traer una moto de agua y conseguir drenar un garaje en Benetúser.
"Estamos desde las 9 de la mañana aquí [era casi el anochecer] y ayer estuvimos en Catarroja", explica Ximo. Tienen una empresa de renta de jets ski y se dieron cuenta de que podían ayudar de esta manera. La UME y el resto de equipos de emergencias con bombas de extración de agua limitadas, agradecen la iniciativa.
Mientras tanto, fuentes no oficiales de personas que trabajan en emergencias reconocen a EL ESPAÑOL que estiman que el número de víctimas mortales alcance dentro de poco el número de 500. Mientras que documentación del Comité de Emergencias reconoce que actualmente hay, aproximadamente, unas 1.900 personas desaparecidas.
La mayoría de ellas están en las primeras plantas de edificios, en los bajos o, precisamente, en los parkings subterráneos. Los vecinos intentan dormir cada noche a pesar de saber que lo hacen cerca de cuerpos sin vida. Mientras la UME prepara una de las últimas inmersiones de la noche, una chica de unos treinta años se para a las puertas del garaje de su casa y, suspirando, articula: "Quiero despertar mañana y creer que todo esto no ha pasado".
Este artículo ha sido elaborado con la Leica SL3, una compañera de confianza que ayuda a nuestros reporteros a elevar la narración periodística visual a otro nivel.
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