Catarroja y Albal "colapsados" con voluntarios y donativos: "Hay camiones que descargan sin permiso en rotondas"
"La ayuda humanitaria que llega de forma descontrolada, causa serios problemas en los centros de recepción y distribución de alimentos y ropa", tal y como advierten desde el Puesto de Mando Avanzado.
El convoy solidario no tenía permiso para descargar en Catarroja, pero eso no les importó porque decidieron vaciar cientos de kilos de prendas de ropa en la gasolinera Repsol de la Avenida Rey Jaime I, para regresar a sus casas con la conciencia tranquila por haber ayudado en la DANA. El problema es que colapsaron la estación de servicio, generando un nuevo quebradero de cabeza en un pueblo arrasado por la riada.
"Taparon los surtidores y no se pudieron usar temporalmente, para abastecer a los vehículos de emergencias y a la maquinaria que trabaja limpiando calles", según lamenta un miembro del equipo de coordinación del Puesto de Mando de Catarroja-Albal en conversación con EL ESPAÑOL. Esta situación no es un hecho aislado: la cifra de donativos y de voluntarios es tan "desbordante" que "empieza a ser un problema para algunos pueblos, si esa ayuda no se gestiona bien en origen".
De esta forma tan gráfica resume la situación este integrante del Puesto de Mando de Catarroja-Albal: dos pueblos que forman parte de la zona cero de la DANA. "Como el voluntariado trabaja de lunes a viernes, el fin de semana llegan miles de personas a los pueblos y esa mano de obra nos está bloqueando. Hay tanta gente en las calles que existe un riesgo real de atropello, de forma que la maquinaria pesada no podía trabajar limpiando calles durante el pasado fin de semana".
El mismo "colapso" se está produciendo con los donativos: "Ahora mismo, en Catarroja y Albal no hacen falta más botellas de agua ni pañales de leche ni comida ni ropa porque los centros logísticos oficiales de almacenamiento se han llenado y estamos recurriendo a empresas privadas y a centros educativos para poder almacenarlos".
Este miembro del equipo de logística y coordinación del Puesto de Mando Avanzado de Catarroja-Albal aporta a EL ESPAÑOL un vídeo de la gasolinera colapsada por la ropa, para ilustrar el difícil panorama con el que lidian de viernes a domingo.
"El problema está en origen. La gente debe contactar antes con los ayuntamientos, con las policías locales o con la UME, para avisar de que van a subir a limpiar, para ver si realmente hace falta mano de obra en el pueblo en cuestión al que se dirigen, o para avisar de que van a enviar un cargamento de productos, para saber qué se necesita en cada pueblo".
De lo contrario, se producen situaciones surrealistas como las sucedidas en los últimos días, cuando "dos autobuses con voluntarios de Jaén" se plantaron en Catarroja, "sin previo aviso", cuando no hacía falta más personal a pie y con escobas en las calles. "No sabíamos ni dónde podíamos meter los autobuses para que pudiesen estacionar", según ejemplifica esta fuente. "Es imposible parar a la gente, pero esto no puede repetirse".
El pasado fin de semana, se llegaron a colapsar varios accesos a Catarroja y Albal. Tal situación impedía el paso de empresarios y autónomos que voluntariamente trataban de llegar al pueblo con grúas, para retirar coches destrozados, o con maquinaria pesada, para ayudar a acabar con el lodo de las calles. "Se están gastando un dineral y ahora están enfadados porque no les dejan trabajar", según advierte este integrante del equipo de logística y coordinación de voluntariado.
"Hay gente que está gastando miles de euros en trasladar maquinaria pesada y están indignados porque no pueden trabajar, al existir un riesgo real de atropello a algún voluntario. Pero es más importante que esas máquinas trabajen para que no solidifique el barro y el lodo en las calles, mucho antes que la labor del voluntariado con escobas y palas", según explica de forma didáctica. "Algunas vías las tuvimos que cerrar con policías locales para custodiar el trabajo de la maquinaria".
Los policías locales voluntarios que están movilizados en Catarroja o Albal, también han tenido que custodiar cargamentos de ropa, de leche y de otros productos básicos, debido a que no hacían falta, pero los conductores de los camiones o furgonetas los descargaban para regresar a sus localidades de origen. "Han descargado tráilers en descampados, en rotondas o en gasolineras, a pesar de que a camioneros de Bilbao o Sevilla se les indicó que en este momento, no necesitábamos la ayuda".
De forma que ese cargamento se convierte en un problema al cuadrado. "Tanto la ropa como los productos de alimentación que entran en contacto con el lodo que lleva restos de aguas fecales o litio de las baterías de los coches, no se lo puede llevar la población porque puede ocasionar un problema de salud pública. De modo que hay que custodiarlo con policías hasta retirado". En la práctica, se genera un problema adicional cuando lo prioritario es limpiar las calles y recuperar su movilidad.
"En algunos momentos estamos colapsados por el voluntariado y los donativos que llegan sin previo aviso. Estamos agradecidos a tanta solidaridad y será necesaria para las próximas semanas, pero tienen que avisar antes de hacer nada por cuenta propia. La ayuda debe venir de forma controlada progresiva y proporcionada a las necesidades", según insiste este miembro del equipo de logística y coordinación del Puesto de Mando Avanzado de Catarroja-Albal.
"Hay que enviar un mensaje públicamente a la sociedad, sobre cómo gestionar la ayuda humanitaria que llega de forma descontrolada y que causa serios problemas en los centros de recepción y distribución de alimentos y ropa".
Fontaneros y electricistas
Lo mejor para ayudar a la zona cero es actuar bajo el siguiente protocolo: "Es necesario que se siga recolectando en origen, pero que esta mercancía sea seleccionada, clasificada, ordenada, paletizada y guardada en origen, con el objetivo de que cuando se solicite en destino, no genere problemas como hasta ahora, para no entorpecer las labores de limpieza con otras tareas que pueden ser resueltas en origen".
De hecho, en estos momentos, en Catarroja y Albal lo que necesitan son fontaneros voluntarios y material de fontanería, para desatascar tuberías y evitar escapes de aguas fecales en bloques de pisos y centros públicos, así como electricistas con material y herramientas para devolver la luz a varias calles de ambos pueblos arrasados por la DANA.