Fray Juan Antonio, 'el frailón' asesinado en el monasterio de Gilet, era un "ser de luz" que hacía folletos de la Virgen
- El religioso era natural de Cehegín, Murcia, donde era muy querido y conocido. "Aquí lo considerábamos una institución, un auténtico devoto de la Virgen de las Maravillas", aseguran sus allegados.
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Sencillo. Devoto. Un "ser de luz" volcado en dar a conocer la historia de la Virgen de las Maravillas. "Poco hablador pero entregado a su comunidad". Así describen sus allegados a fray Juan Antonio Llorente Espín, el monje franciscano de 76 años natural de Cehegín (Murcia) agredido el pasado sábado en el Monasterio de Santo Espíritu de Gilet, en Valencia. El lunes, el religioso falleció a consecuencia de las graves lesiones provocadas por un hombre que, presuntamente, padecía trastornos psicóticos.
El agresor, que fue detenido el domingo y se encuentra en prisión provisional, irrumpió en el santuario y, al grito de "soy Jesucristo", comenzó a golpear a todos los religiosos que encontró en su camino. Lo hizo con especial violencia, armado con un palo y una botella de cristal. Aunque siete frailes fueron heridos de diversa gravedad –uno de ellos, de 95 años, aún se encuentra hospitalizado pero no se teme por su vida–, la peor parte se la llevó fray Juan Antonio, quien recibió numerosos impactos en la cabeza antes de que el cocinero del monasterio, el popular youtuber fray Ángel, frenara al atacante.
Cuando llegaron los servicios de emergencia, el franciscano fue trasladado a urgencias del Hospital Clínico de Valencia en estado crítico. "Le dedicamos una misa por su salud el sábado por la tarde", asegura a EL ESPAÑOL Tomás Noguerol, presidente de la Hermandad de la Virgen de las Maravillas, una institución religiosa de Cehegín en la que fray Juan Antonio estaba involucrado desde hacía décadas. "Al principio no dimos crédito a la noticia. Pensamos que la prensa exageraba. Luego su sobrina nos lo confirmó todo".
La trágica noticia llegaba el lunes escrita en un comunicado difundido por la Provincia de la Inmaculada Concepción de la Orden Franciscana. "Lamentablemente, uno de nuestros hermanos heridos, trasladado al hospital en estado crítico, falleció hoy a causa de las lesiones sufridas en la cabeza [concretamente, debido a un traumatismo craneoencefálico]. La Provincia franciscana, sus familiares y allegados lloran esta pérdida irreparable".
"Era una institución"
Noguerol asegura que en Cehegín, pueblo natal de fray Juan Antonio, el franciscano era muy conocido y querido. "Su familia vive justo al lado del convento y siempre ha estado vinculado a la parroquia. Yo, desde que era monaguillo, lo he visto vistiendo los hábitos. Lo llamábamos 'el frailón', con todo el cariño del mundo, porque siempre servía a los demás y era un ser de luz. No cantaba misa pero preparaba el altar y las flores y siempre que podía se encargaba de dar a conocer la Virgen de las Maravillas".
Esa fue una de las grandes obsesiones en vida de fray Juan Antonio. La Virgen de las Maravillas. "La ha dado a conocer a través de talleres, ha participado en la elaboración de réplicas que después se han enviado a otros conventos, ha difundido fotografías de las vírgenes para distribuirlas por los conventos franciscanos y hasta hacía encuentros de la gente de las parroquias para que vinieran a conocerla".
"Todo lo que fuera en honor a ella, lo difundía con una ilusión enorme", continúa Noguerol. "Hasta hacía los folletos que después divulgaba por las parroquias junto a las estampas. En Cehegín era una institución". El fraile fue hasta uno de los principales impulsores de la Asociación Nacional de Amigos de la Virgen, que presidió en 1990.
Fray Juan Antonio estaba especialmente emocionado por la llegada de 2025. Concretamente, por el próximo 25 de julio. En esa efeméride se cumplen 100 años de la coronación canónica de la Virgen –lo hizo bajo el papado de Pío XI– y 300 años de la llegada desde Nápoles a Cehegín de la famosa talla de la Virgen elaborada por Nicola Fumo en 1725. "Él quería que las hermandades en las que había difundido el conocimiento de la Virgen pudieran venir a visitarla in situ y conocer su belleza".
2 meses en el monasterio
Esta semana Noguerol tuvo que supervisar el comunicado más duro emitido por la Hermandad en muchos años. "En las manos de la Virgen de las Maravillas, a quien tanto amó en vida, encomendamos el alma de su hijo Fray Juan Antonio Llorente Espín, fallecido hoy por la brutal agresión sufrida el pasado sábado en el monasterio franciscano de Gilet (Valencia). Desde la Hermandad de la Virgen de las Maravillas sentimos una enorme tristeza y expresamos nuestro más sincero pésame a la Orden Franciscana, a sus hermanos y familiares. D.E.P.".
Fray Juan Antonio Llorens Espín, como la mayoría de frailes franciscanos, rotaba entre diferentes monasterios. Desde que tomó los hábitos, ha estado destinado en Albacete, en Córdoba y, desde septiembre de este año, en Gilet, Valencia. "Él, estuviera donde estuviera, el 30 de agosto de cada año se presentaba sin falta en Cehegín. Se involucraba mucho en la Hermandad, ya que el 1 de septiembre empieza el novenario, la preparación de las ceremonias religiosas".
La última vez que Noguerol vio con vida al frailón fue en septiembre, en las fiestas populares de su pueblo natal. "Siempre participaba en las procesiones. Formaba parte de la vida de la parroquia. Estuvo mientras bajaban a la Virgen del camarín y acudió a la solemne función. La última vez que lo vi fue el 14 de septiembre".
La mala suerte quiso que la víctima mortal de aquel hombre desequilibrado fuese el estimado y devoto religioso ceheginero. "Estamos preparando su llegada para hacerle las exequias. Cehegín está muy triste", concluye Tomás Noguerol. A pesar de la tragedia, en el año jubilar el espíritu de fray Juan Antonio estará muy vivo en los corazones de los parroquianos y devotos de la Virgen de las Maravillas de su municipio.