Se podría decir que Juan José Ballesta es demasiado joven como para haber escrito su autobiografía. Sin embargo, no es una al uso. Se trata de unas memorias centradas prácticamente en el poder e influencia de la fama sobre un adolescente que la sufrió antes de tiempo. Porque el intérprete madrileño pertenece a ese Olimpo de niños prodigios en los que se encontraban Marisol, Pablito Calvo, Rocío Dúrcal o Joselito y que tarde o temprano se convirtieron la mayoría de ellos en muñecos rotos.
Acaba de publicar el libro La vida mejor. El Bola, la fama, el cine y todo lo demás (Ed. Destino) donde reflexiona sobre lo que ha hecho y cómo le ha influido el séptimo arte en su vida más íntima. No hay que olvidar que antes de ser actor hizo publicidad y con ocho años ya empezó a trabajar en la serie Querido maestro (1996-1998) y Compañeros (2000-2001). A los 13 ganó el Goya al mejor actor revelación por El Bola (2000) de Achero Mañas y cinco años después se llevó la Concha de Plata al mejor actor por 7 vírgenes (2005).
El último año ha sido devastador para Ballesta ya que le han acusado de agresión sexual y pasó varias días en prisión por un supuesto altercado con otro hombre. Afortunadamente ha logrado tirar hacia adelante, pero ha sido un camino lleno de espinas. El libro ha sido una especie de regalo salido de la magnífica entrevista que le realizó Jordi Évole en su programa. Nunca nadie había hablado tan alto y tan claro sobre los aspectos más oscuros de la fama.
"Cuando me lo planteó Destino del Grupo Planeta al principio me lo pensé, y luego dije, vamos para allá. Vamos a contar todo lo que tenemos que contar y más. El libro tiene ciento setenta y pico páginas, se lee bastante bien, podríamos haber metido mucho más, pero tampoco queríamos aburrir a la gente. Queríamos que fuera algo fácil de leer, que gustara a la gente, algo muy tierno e inspiracional", reflexiona mientras atiende a EL ESPAÑOL | Porfolio en el hotel ME de Barcelona. Parece que fue ayer, pero ya han pasado casi veinticinco años de El Bola.
Pregunta.- ¿No crees que el mundo ha ido demasiado deprisa?
Respuesta.- Bueno, sí, empecé muy joven y parece que tengo ya como setenta. El otro día me dijo un chaval por el barrio "hermano, tú eres de mi quinta, ¿no? Cuarenta y…" Y le dije: "Cúbrete, cúbrete antes del y tantos que ibas a decir porque treinta y siete es lo que voy a hacer el doce de noviembre.". Es normal, la gente me lleva viendo toda la vida en el cine y se cree que tengo cincuenta años.
P.- Creo que eso les pasa a todos los que han sido niños prodigio, ¿no?
R.- Sí, así es.
P.- Y que unos han durado y otros tantos se han quedado en el camino, pero en tu casa la buena racha ha continuado.
R.- Nos hemos ido manteniendo, hemos tenido parones que es el tema que habla en el libro del mal de altura, ¿no?, cuando uno está en la cresta y se siente superado, la estabilidad mental y emocional es lo imprescindible en la vida, ¿no? El estar contento con lo que haces y estar feliz. Y si no lo estás, mejor parar, bajarte de la nube y luego retomar.
P.- ¿Qué diferencias hay entre la soledad cuando estás en lo más alto y la soledad cuando estás en lo más bajo?
R.- Bueno, cuando estás en lo más alto está todo el mundo ahí. Cuando estás en lo más bajo se cuentan con los dedos de la mano. Pero bueno, eso ya con el tiempo lo vas viendo tú y vas tachando de la lista.
P.- Ya, pero cuando estás arriba, que se siente esa soledad aunque estés acompañado, ¿qué destacarías más de cada una de las soledades?
R.- El estado anímico cambia porque cuando estás es frenético, ¿no? Es como ahora con la promoción del libro y El asalto al Banco Central (la serie que acaba de estrenar en Neflix) que es entrevista, entrevistas y es un sin parar. Susanna Griso, Emma, Sonsoles y esto, lo otro, lo otro y lo otro. Estás como un poco más activo, un poco más 'hipocodraco', con nervios. Y cuando estás abajo estás más tranquilo, más pensativo, más dubitativo y cuando llevas un tiempo sin trabajar surgen las dudas me llamarán no me llamarán, ya no valgo para esto, ya no me quieren. Est es lo que siempre nos surge a los actores cuando no nos llaman porque hay épocas y épocas, ya sabes cómo es el mundo del actor. Hoy haces tres pelis y no haces una en dos años.
P.- Por muchas Conchas de plata, la continuidad no está asegurada, ¿no?
R.- No, claro.
P.- En tu caso, cuando ganaste por 7 vírgenes, pensarías que te lloverían los proyectos (interrumpe educadamente).
R.- No, ahí fue cuando tuve el primer parón tras rodar 7 vírgenes. Me sentí superado, me vi en un centro comercial comiéndome un helado, se me derretía en la mano y no me lo pude comer porque estaba con fotos, autógrafos y vídeos para la gente. Y dije: "No puedo más con esto, me supera". Si yo no voy a ser feliz y no voy a estar a gusto conmigo mismo me bajo del carro, voy a retirarme, voy al campo, voy a desconectar y luego volví con muchas más fuerzas y con muchas más ganas. Lo que pasa es que luego siempre te queda la duda si cuando vuelvas te van a querer.
P.- Claro, te quieren si se acuerdan de ti porque encima con las redes sociales lo efímero está a la orden del día.
R.- Soy muy activo en las redes sociales en cuanto un día no pongo algo la gente se pregunta si estoy vivo, muerto, si me ha pasado algo. El Bola, ciento y pico días desaparecido. ¿Desaparecido? No. Me ha sobrepasado la fama, no estoy bien a nivel emocional y psicológico y necesito desconectar. Me fui al campo donde estuve con mis animales y mi familia. Yo nunca he desaparecido, mi familia sabía dónde estaba. Lo que pasa es que no quería que nadie supiera dónde estaba porque quería estar en mi paz, encontrar el camino, encontrar la estabilidad y el equilibrio que estaba perdiendo.
P.- En estas circunstancias es como que se crea una realidad paralela, ¿se creó algún tipo de bulo sobre tu desaparición?
R.- Pues que si me había muerto, si había desaparecido, que mi familia no sabía dónde estaba… Pero bueno, ya sabes que la gente especula. Aquí todos sabíamos dónde estábamos y cada uno estaba en su lugar. Y yo estaba en el lugar de encontrarme y de encontrar el equilibrio.
P.- Hay que tener un par de bemoles para decir a quién me apeo porque mucha gente quiere ser famosa, ¿te costó mucho tomar esa decisión?
R.- No. En cuanto me vi sobrepasado dije hasta aquí hemos llegado y punto y final. Punto y final. A trabajar en la obra, a montar mármol por 700 euros al mes. Y me bajé de la nube, del mal de altura, que hablo yo en el libro. Sí, sí, sí. Y dije, vamos a trabajar, vamos a poner los pies en la tierra, vamos a doblar el lomo y vamos a valorar la vida al nivel de todo el mundo. No a ese otro nivel donde todo el mundo te pone, donde no puedes salir a la calle, de que todo el mundo te mire, te hagan fotos, te persigan. O sea, es que es muy jodido, ¿eh? La fama mola, pero a veces es una puta mierda.
P.- Eso ocurre cuando no la sabes gestionar.
R.- Sí, pero es que a veces es ingestionable. Si has hecho una serie y estás en televisión, sales a la calle y todo el mundo te conoce. Cuando hice de policía en Servir y proteger era un sinvivir. "Mira, el policía, el policía", "oficial, oficial, oficial", "Batista, Batista, ey Batista" y yo decía: "¡Ufff, qué agobio! ¡Qué agobio!". Me iba al pantano a pescar y me venían todos los pescadores: "Oye, tú eres el actor, ¿no? Y les decía "que te pires, que me dejes pescar. Que estoy en un momento de paz, hombre, que te pongo de cebo (sonríe?
P.- Has tenido tres momentazos con mucha fama, primero con El Bola, luego con 7 vírgenes y después con Servir y proteger, ¿notaste muchas diferencias en cómo te veía el público?
R.- En la época de El Bola tampoco había redes sociales, me acuerdo de que había Messenger, no había Spotify, solo el Emule y estas cosas. Yo lo que he notado es que cuando estás arriba tienes a todo el mundo al lado y cuando estás abajo tienes a los que realmente están.
P.- ¿Has eliminado a mucha gente?
R.- He eliminado a mucha gente y sigo eliminando. Estoy reduciendo agenda (sonríe).
P.- ¿Cuántos son tus más íntimos? ¿Se cuenta con los dedos de una mano?
R.- Sobre todo la familia, ¿no? Amigos con los dedos de la mano, los de la infancia, y la familia. Estos nunca fallan. Son los principales.
P.- ¿Cómo le explicas a tu hijo todo el fenómeno de la fama y las redes sociales?
R.- No le tengo que explicarle nada de porque lo ha vivido hasta el punto de que él no quiere ser actor. Tampoco quería estudiar. Y como no quería, a doblar el lomo. Hazte un taller, un lado superior. ¿Qué quieres hacer? ¿Carrocería? Y ahí le tienes en el taller lijando. Se tira de sol a sol lijando para golpes. Sí, sí, él está contento, tiene su estabilidad, sus horarios, su disciplina que es lo importante, y está contento y motivado que es lo que a mí me interesa. Él está muy bien.
P.- ¿Consideras que has sido un ejemplo para muchos padres que tienen hijos adolescentes?
R.- Hombre, siempre tienes que pensar en tu público a la hora de tomar decisiones y de hacer las cosas que haces. Y bueno, luego hay cosas que no están en tu mano, que es sobre lo que hablo del precio de la fama en el libro ¿no?. Como son las denuncias y demás, que son cosas que te vienen y, bueno, es el precio de la fama. Y sí, claro, se supone que eres un referente, tienes que hacer las cosas bien. Cuando voy por la feria y veo a dos chavales peleándose no voy a ir allí a animarles. Tendré que ir a separarles y decirles "chavales, por favor, me cago en en la mar"; "Anda, si es El bola, hostia, pero si es el Juanjo Ballesta"; "Vamos a echarnos dardos, venga, y nos hacemos amigos. ¿Qué coño estáis discutiendo, joder, que la feria está para disfrutar no para pelear". La gente no entiende el concepto de salir de fiesta porque hacerlo es salir a disfrutar, no a pelear y buscar problemas.
P.- ¿Cómo afrontas ahora los proyectos?
R.- Con mucho optimismo, con mucho cariño como siempre y con mucha actitud. Cada proyecto siempre lo afronto con mucha alegría, como si fuera el primero, con la mayor ilusión del mundo.
P.- ¿Por qué crees que la gente no se olvidó de ti cuando decidiste parar?
R.- Nunca se sabrá, nunca se sabrá, es una incógnita, ¿no?. Es una incógnita. Existía el caso de que no pudiera volver a entrar en la industria, pero bueno, gracias a Dios volví a entrar y aunque no lo hubiera hecho, siempre voy a decir que soy actor, seguiré siendo actor y moriré siendo actor independientemente de los otros trabajos que haga.
P.- Estamos prácticamente al lado de lo que fue el Banco Central de Barcelona, ¿qué tal fue la experiencia de rodar la serie sobre el atraco de 1981 que tanto está dando de qué hablar en Netflix?
R.- Vamos, es tan buena que estoy por sacar la escopeta y… (tono bromista). Ha sido una experiencia muy buena rodar con Calparsoro porque ha sido un descubrimiento, un tío con dos cojones, con las cosas claras y que va a tiro hecho. Tiene las cosas más claras que el agua, es un gustazo trabajar con directores así.
P.- Su cine es muy especial, el tratamiento de la violencia que hace, aquellos trabajos con Najwa Nimri (su ex y madre de su hijo Hugo).
R.- Calparsoro es muy auténtico, me mola mucho trabajar con él. Es un máquina.
P.- ¿Hacia dónde creéis que os va a llevar Atraco al Banco Central? Igual se da el mismo fenómeno que La casa de papel.
R.- No creo que se dé porque es una historia real, no va a trascender más de cinco capítulos y tiene principio y fin. No es ficción, así que no puede tener más temporadas. Pero bueno, igual da un pelotazo y me empiezan a llamar para más, más, más y más.
P.- Te lo comentaba porque algunos true crimes están arrasando, como el del asesinato de los Menéndez que tiene un principio y un final, y Asalto al Banco Central como que tiene los ingredientes para que tenga un buen recorrido.
R.- Bueno, está en el top número uno en cincuenta y cinco países. Está arrasando, desde luego. Pero ya te digo que no puede trascender porque es una historia real.
P.- Sí, pero mira Monstruos, la historia de Lyle y Erik Menéndez que como decía, tiene un principio y un final.
R.- De momento está yendo bastante bien, está teniendo mucha aceptación y está en top número uno. Todo el mundo me llama, número dos, número dos (su personaje). Me cago en la mar tenías que haber hecho el número uno" Y digo: "No, joder, eso déjaselo a mi colega Miguel Herrán que tiene que haber para todos, no siempre se puede ser el prota.
P.- Miguel Herrán me encanta.
R.- Es una gran persona por dentro y por fuera. Además de un excelente actor. Es un tío cojonudo. Es muy como yo, muy campechano, muy normal, va a su rollo.
P.- ¡Qué descubrimiento! Es flipante.
R.- Sí, lo descubrió Daniel Guzmán. El discurso que hizo en los Goya cuando ganó al mejor actor principal fue muy emocionante.
P.- A estas alturas de la película, ¿cómo calibras el éxito? ¿En qué lo sustentarías?
R.- El éxito es trabajar, tener estabilidad, poder dedicar tiempo a los tuyos, ir a pescar de vez en cuanto. Para mí el éxito no es trabajar, trabajar y trabajar. Para mí es la paz mental y la estabilidad.
P.- ¿Sigues viviendo fuera de Madrid?
R.- Sigo en Parla, en mi barrio de toda la vida, tengo mi piso ahí y luego la casa de campo.
P.- ¿En ningún momento se te pasó por la cabeza irte al centro de Madrid?
R.- ¡No, qué va!. Son mis raíces. Nací en Parla, crecí en Parla y moriré en Parla. De ahí no me mueve ni Dios, me voy a atar con cadenas a un árbol.
P.- Pues ya te pueden nombrar Hijo Predilecto.
R.- Me han hecho una columna en el paseo de la fama. Me han hecho un boceto, una imagen mía dibujada en una columna. Hasta que un día llegue un capullo y me lo grafitee, pero no lo van a hacer porque está en frente de la comisaría nacional
P.- ¿Después de Banco Central dónde te veremos?
R.- Pues en Polígono X, que es un cortometraje de Néstor López, es un plano secuencia de entre 15 y 20 minutos. Nos ha costado bastante, el rodaje ha sido demasiado duro, muchos actores, muchos noveles, muchos cogidos de la calle que no tenían ni idea. Ha sido difícil, pero bonito a la vez, ¿no? Y al final lo hemos conseguido. Creo que va a dar sus frutos y que va a llevarse muchos premios.
P.- ¿Cómo ves a esa savia nueva con la que has trabajado?
R.- Bueno, hay de todo. Hay gente que nace para ser actor y gente que no. Te encuentras con actores que hablan y no dicen, y se van a las formas y se salen del personaje y te encuentras con actores que tienen una verdad increíble, que te lo dicen y te lo crees completamente. Son los que te hacen meterte en el papel ahí de lleno porque si estás con un actor que no transmite es como que te saca el personaje. Pero bueno, yo le he hecho una mano, le doy una masterclass rápida y pa'lante (ríe).
P.- Esa fama de la que hablábamos lleva implícito diferentes precios, como la pérdida de intimidad o que te llamen para participar en algunos realities como MasterChef que, por cierto, nunca llegaste a decir lo que te pagaron.
R.- Ni lo diré.
P.- Pero unos cuantos ceros.
R.- Unos cuantos, ja, ja.
P.- Por semana.
R.- Claro, por programa.
P.- ¿Qué te motivó a participar?
R.- ¿A mí? Pues que yo soy cocinero. Yo vivo en el campo y cocino la liebre, la perdiz, el conejo, el faisán, la paloma, pichones, el pescado. Soy setero, me encanta la micología, el níscalo, la seta de cardo, la macrolepiota, los boletus, edulis, boletales en general, champiñones… Cojo un montón de tipos de setas, soy muy campestre. He estado 15 años viviendo en el campo. Y la cocina me encanta, yo siempre he llevado la cocina. Vero hacía la colada y yo hacía la cocina. Ella hacía las camas y yo los suelos. Nos repartíamos las tareas, pero la cocina era mía.
P.- ¿Qué ha de tener una buena historia para que te muevas del campo?
R.- Que tenga una buena estructuración de guión y que tenga un buen argumento porque hay proyectos que no tienen ni pies ni cabeza donde no se sabe ni quién es el personaje, ni dónde viene ni a dónde va. Ha de haber una presentación del personaje, un desarrollo, y luego si lo quieres matar, lo matas. Ya lo has presentado, lo has puesto en tesitura haciendo cosas bonitas, lo has empezado a putear, la gente ha empezado a sufrir, lo han matado y la gente ha llorado con él. Si no hay una estructuración de guión y no es un buen personaje evidentemente no lo hago.
P.- ¿Te preocupa el equipo técnico-artístico?
R.- Para nada. Estoy abierto a trabajar con todo el mundo.
P.- De la nueva hornada de actores, ¿quiénes son los que más te llaman la atención?
R.- Me quedo con los antiguos. Roberto Enríquez, Fernando Guillén Cuervo (pensativo), Soy muy de los antiguos y del cine de Martin Scorsese.
P.- Es un crack, lo está petando en TikTok comentando lo que hace su hija. El otro día explicaba cómo se maquillaba, desternillante.
R.- No tengo TikTok, pero me voy a tener que dar de alta para seguirle. Scorsese y Spielberg son los mejores.
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P.- De un tiempo a esta parte cada vez son más los casos sexuales que denuncian las actrices, ¿cómo crees que la industria debería afrontar este tipo de sucesos?
R.- Cualquiera que ponga una denuncia a una persona van directamente y te detienen, ya seas hombre o mujer, ahí estamos en igualdad de condiciones. Lo que yo sé es que no he hecho nada, no tengo nada por lo que temer ni que agachar la cabeza. Los que agreden sexualmente son unos sinvergüenzas y los otros son las víctimas.
P.- Aún falta mucho por limpiar porque en la década de los ochenta y los noventa había cierto productor que tela marinera.
R.- Sí, ¿verdad? O pasabas por la piedra o no trabajabas. Yo creo que ahora todo es muy respetuoso, los directores con los que he trabajado siempre nos han tratado con mucho respeto tanto actores como actrices. Al menos, la época que yo he vivido. Anteriormente no te lo puedo decir.
P.- ¿En televisión se plantea algo de cara al 2025?
R.- Tengo un cortometraje y una película para cine, la repre me está metiendo presión para que me lea el guion porque he de decidirme en breve. Me lo tendré que leer estos días porque estoy con la promoción del libro y de la serie que no paro.
P.- ¿Y una serie en concreto?
R.- No. En principio estoy con las empresas J.J. Merchandising y el software de hostelería. Voy a tope. Currando mucho.
P.- Entonces no eres de los que ponen los huevos en el mismo cesto.
R.- No. Estoy poniendo paneles, cableando, poniendo fuentes de alimentación, tarjetas, de lo único que no tengo idea es de configurar porque no he estudiado informática. Por lo demás, te hago la estructura, te lo hago todo. Mira mis manos, son de currante (muestra los callos de las manos y los pellejos de las uñas). Ahí lo ves.
P.- Pasaste una época chunga donde pasaste más de dos años con depresión, ¿a quién te aferraste en esos momentos?
R.- En mi caso pasó que yo no concebía la vida sin Vero. Yo estaba con ella 24/7, se venía a los rodajes, yo lo ponía por contrato, era el único actor que se traía a su mujer y a su hijo, estaba en la caravana conmigo, estaba detrás de las cámaras con él… Así que cuando pasó nos separamos iba a comprar la barra del pan e iba llorando, iba a comprar el pienso para las gallinas y estaba llorando. Lo pasé muy mal porque tuve algunos altibajos, tuve esas locuras de ir a 180 kilómetros por hora con un coche. Y bueno, la vida es prueba y error y lo importante es rectificar, pedir perdón y reconducir la situación. Pero sí, tuve dos años muy, pero que muy malos. Con Vero me llevo muy bien, he hablado con ella hace un rato, le he estado mandando unos vídeos y comentándole que estaba en Barcelona y bueno, es la madre de mi hijo. Lo que le pase a ella también le ocurre a mi hijo. Y aparte de que la sigo queriendo y amando pero a otro nivel.
P.- El mensaje importante que se puede transmitir es que se puede salir de la depresión en circunstancias normales, ¿no?
R.- Claro que sí. Hay especialistas que te pueden ayudar.
P.- ¿Recibiste tratamiento?
R.- No, yo lo tomé a pelo, lo pasé fatal. Pasé dos años con mal de amores, llorando todo el día. Pero bueno, se dice que el tiempo lo cura todo. A veces no, pero en mi caso sí. Cuando te vas viendo solo un día y otro día es importante estar solo y saber encontrarte. Hay mucho tiempo para llorar, pensar, reflexionar.
P.- ¿Estar solo o sentirse solo?
R.- Bueno, las dos cosas. Al fin y al cabo son baches que te va poniendo la vida y es lo que te hace más fuerte, lo que hace superarte cada día. La vida es así, vienen contratiempos, los vas afrontando y te vas endureciendo más, te vas formando, la vida siempre es un aprendizaje hasta el fin de tus días.
P.- ¿A nivel emocional te cuidas de alguna manera para que no te afecten tanto las cosas sentimentales?
R.- Siempre que tengo un problema o una situación mala, de una cosa mala siempre saco dos buenas. Así que, que vengan todas las que quieran, que me voy a hinchar a sacar cosas buenas. Hay que ver las cosas de manera positiva, siempre he sido un tío muy positivo, pero hay gente muy negada. Así que no, vamos a ver qué ha pasado, por qué ha pasado, a ver cómo lo solucionamos y vamos a sacarle el punto bueno a esto. Como cuando una relación se rompe. De mi relación con Vero me quedo con todo lo bueno y bonito de los quince años que he estado con ella. De lo malo no me acuerdo, no le pongo ni un pero para ella.
P.- ¿Te tentaron en su momento los programas de corazón?
R.- Por supuesto y no hice ni uno. En la vida no todo es el dinero. El dinero envenenado nunca lo he cogido. Es pan para hoy y hambre para mañana.
P.- Así se gana el respeto.
R.- Así es.
P.- Como no decías nada, ¿no te resultó que se inventaran esos bulos de infidelidades, lo del robo y de la agresión a una mujer?
R.- Lo del robo se ha archivado, pero fui detenido durante tres días, me comí un marrón de calabozos de la leche, al final se archiva, me preguntaron si quería cargar contra él y dije que no. Yo no soy así, tengo mi propia personalidad y mi propia forma de pago. Si este tío es mala persona yo no voy a joderle ahora, que se quite de mi vista y del medio, que se olvide de esto lo antes posible y a seguir con mi vida y mi trabajo.
P.- ¿Te has preguntado por qué la gente se dedica a destrozar la vida de otro?
R.- Hay gente para todo. Hay quienes buscan dinero, otros están mal de la cabeza, hay tantos tipo de personas con tantas malas intenciones que nunca sabes.
P.- ¿Es el precio más alto que has tenido que pagar?
R.- Así es, pero ya se va recuperando ese dinero perdido. No nos olvidemos que también está el de la denuncia por agresión sexual, que sigue pendiente de resolución judicial. Pero estoy tranquilo porque no he hecho nada pero eso sí, por ello me han cerrado puertas a nivel profesional. Ojalá esta mujer mejore y se estabilice. Es que ni siquiera la conozco y espero que nunca haya sido agredida.
P.- ¿Te sientes respetado por la prensa?
R.- Hoy por hoy, sí. Aunque me han hecho mucho daño. He pasado un año muy malo. Nadie me ha preguntado, nadie me ha llamado para preguntarme cómo me encontraba o si necesitaba algo y lo que ha ocurrido es que han ido 'plas, plas, plas, plas' y eso me ha dolido mucho. Soy una persona que lleva treinta años en la industria. Ha habido muchas cosas de periodistas que me han dolido mucho, pero no les cerraré las puertas nunca, siempre les daré la oportunidad de volver a entrevistarme y de recuperar la relación. Todo el mundo se equivoca. Pero sí, me han dado mucho. En fin, se van aclarando las cosas y mira, otra vez estoy empezando a levantar cabeza. Pero bueno, de todo se sale y sino se reinventa. Si no me quieren ya me busco la vida. Tengo dos manos y actitud. No quiero ser famoso ni estar ahí. Solo quiero ser feliz. Trabajar contento, hacer lo que me gusta y de tener una vida mejor, que al fin y al cabo es de lo que habla mi libro, de mi trabajo en el cine, la familia, la salud mental…
P.- Más que la felicidad fabricada por las redes…
R.- Ya ves, porque ahí todo está muy bien y ya sabes, estás jodido. Si tienen un Lamborghini luego tienen fiambre en la nevera o pan de molde. Pan con pan comida de tontos.