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Christian Gálvez es un hombre iluminado, un hombre afable. Tiene la fuerza moral de quien se la ha trabajado. Tiene armazón intelectual y espiritual: ninguno de ellos es gratis, ninguno se nos da sin tributos. Christian no sólo es el chico que nos sonríe desde hace siglos desde la tele y nos acompaña con su voz confiable en las tardes de la vida y de Mediaset. También es un hombre salido de las zarzas.

Ha coleccionado varias crisis de fe. Dejó de creer en su vocación, en el amor y hasta en Dios, siendo él un creyente irregular, un poco como todos, cada uno en nuestro estilo, con el propósito tambaleado. Pero su pareja, Patricia Pardo, y el nacimiento de su hijo Luca, le hicieron volver al ruedo de lo sacro. Ahora siente que todas las cosas respiran. Ahora ve el mundo con ojos limpísimos y esperanzados: quién los pillara.

Acaba de publicar Te he llamado por tu nombre (Suma), una novela sobre la perseverancia y el espíritu humano en medio de la adversidad. Jerusalén, siglo I. Con tan sólo nueve años, Jacob quedó marcado por aquella mirada. El niño, primogénito del líder de los zelotes, no pudo evitar ser testigo y sufrir la pasión y el padecimiento de Jesús de Nazaret. El resto... es historia.

¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre Jesús de Nazaret?

La idea de la novela surge de un viaje a Jerusalén. El año pasado hice este viaje, que había tenido siempre en mente y nunca había podido realizar... no me preguntes por qué, pero no había encontrado a la persona que me quisiera acompañar. Lo he hecho gracias a mi mujer. Ella ya había estado allí. Allí sentí que tenía que escribir sobre esto, aunque la semilla del tema de Jesús la llevo dentro desde hace muchísimo más tiempo, desde el año 95, cuando me leí Caballo de Troya. Pero el hecho de estar allí en Jerusalén y de disfrutar del crisol de culturas, y de su historia y su espiritualidad me empujó definitivamente a escribir esto.

¿Tienes una educación religiosa?

No exactamente, y desde luego no a nivel profundo. Mi madre es la religiosa de la familia.

Ella es de Cádiz. Allí se siente a Dios fuerte.

(Sonríe). Sí. Es de La Línea. Siempre ha sido muy creyente. Yo de pequeño y de adolescente también lo era, pero después, de adulto, tuve una crisis de fe bastante importante después de hacer unos documentales sobre pederastia en Camboya.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

¿De qué manera te afectó?

Me tuve que hacer pasar por un turista que iba a comprar carne. Su versión editada se pudo emitir en un late night en Telecinco hace unos cuantos años, pero las partes explícitas nunca se pudieron poner. Eran horribles. Eso me hizo plantearme muchas cosas. Perdí la fe en Dios y en el ser humano, porque en ese mercado había niños y bebés, había una mierda terrible. He tardado mucho tiempo en volver a entender que no tiene nada que ver con la espiritualidad que haya unos cuantos ojos de puta en la tierra.

¿La fe la devuelve el amor?

En mi caso, sí, porque yo había perdido la fe en el amor, en la amistad, en el trabajo, en mí mismo. Y me encontré con mi mujer y de golpe me volvió la fe en todo.

¿Rezas?

Sólo rezo el Padrenuestro. Es la única oración que aparece en el Nuevo Testamento.

¿Y qué le dices a Dios?

Pido poco y agradezco mucho.

¿Le cuentas tus secretos?

No hace falta. Él ya los sabe. Yo sólo pedí una cosa y Dios por fin me la ha dado. De las cosas de las que me arrepentí, ya me confesé.

"Sabemos que Jesús de Nazaret existió como figura histórica, pero yo además creo que era el hijo de Dios y que resucitó"

¿Entiendes a Jesús de Nazaret como un personaje histórico o mesiánico? ¿Cómo ha sido tu aproximación?

Era un hándicap porque si escribía sobre Jesús histórico podría llegar a tener más público (al creyente y al no creyente) y si hablo de la figura mesiánica a priori podría estar acotando el target. Pero yo quería escribir sobre mi Jesús.

Como hizo Emmanuel Carrére con El Reino. Acabó hablando de alguna manera de su visión de Jesús.

Claro, porque al final es verdad que los escritores o los presentadores o los periodistas sin el público que nos vea y nos lea o nos consuma no somos nadie. Pero hay que perder el miedo a decir lo que uno piensa o siente siempre y cuando no invada la intimidad o la libertad del otro. Yo creo que Jesús existió y que resucitó.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

Creo que la mayoría de eruditos tienden a pensar que hubo un personaje histórico.

De eso no hay duda. Tenemos fuentes históricas no cristianas que lo avalan, tenemos a Tácito, tenemos el Talmud... incluso el Corán habla de Isaah, de Jesús. La figura existió. Sabemos que Jesús de Nazaret existió como figura histórica, pero yo creo que además era el hijo de Dios y que resucitó. Sí. Gracias al amor y gracias a mi pareja he perdido el miedo a decir que creo en Jesús como hijo de Dios. Como presentador a veces dices "no voy a opinar sobre esto", no voy a decir que soy creyente, a ver si me van a criticar o me van a dar... No creo que seamos respetuosos en España con los sentimientos religiosos de la gente. Y en España es muy complicado posicionarse a nivel político. En EEUU no te pasa factura, aquí sí.

¿A ti te ha pasado alguna factura?

Nunca me manifiesto a nivel político.

Pero, ¿has dicho algo que te haya costado caro?

A mí me costó caro hablar de Leonardo Da Vinci, así que a partir de ahí... (ríe). Mi chica me decía "vas a hablar de Jesús de Nazaret, después de Leonardo"... (ríe). Pero antes no estaba preparado. Ahora sí. Y ahora creo que es pertinente e importante que podamos decir que Jesús de Nazaret resucitó.

¿Ahora te caen mal los académicos?

No, porque no creo que le caiga yo mal a todos los académicos.

Habrá un punto de rabia.

Hay 'sanedrines'. Pero a mí el mundo académico me da cosas buenas. Lo que pasa es que hay gente que no quiere trabajar sus heridas narcisistas. Dicen "si no lo hago yo, no lo puede hacer nadie", y yo soy de los de "hostia, vamos a hacerlo juntos". En el comité técnico-científico de la exposición que curé aquí en Madrid todo el mundo era académico, pero había un sector del mundo académico que no aprobaba que un muñeco de Telecinco hablara de Da Vinci.

Qué duro lo de "muñeco".

Así me consideran por mi trabajo en Telecinco.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

Ah, o sea que hay prejuicios ideológicos por la cadena.

Claro que los hay. Y da igual que hagas un programa cultural. Eres una persona de la tele y no puedes hablar de Leonardo.

¿Eso cómo se llama? ¿Esnobismo? ¿Hijoputismo?

Yo de pequeño lo llamaba envidia cochina. Fue una pataleta. Es curioso: Leonardo fue criticado por la Academia y Jesús fue atacado por un Sanedrín también...

Eso observo. Te gustan los rebeldes. ¿Te sientes uno de ellos?

Guau, es verdad, son dos grandes rebeldes, y tuvieron que fracasar los dos para ser transgresores, para la consecución de un objetivo. Uno lo tuvo más claro que el otro. Leonardo nunca tuvo claro que lo fuera a conseguir. Pero tuvieron que fracasar para elevarse a las alturas. Sí, me gustan los rebeldes. Creo que mi acto de rebeldía es hoy en día no callar aquello que quiero decir, durante mucho tiempo sí lo hice. Y permití que me silenciaran con Leonardo, por ejemplo. Yo no hablo de Leonardo aquí en España, procuro no hacerlo, lo hago en Italia, en Francia, en EEUU, que es donde trabaja el equipo... pero cada vez menos. La fuente de inspiración es mi mujer. Es periodista y no se calla. Va hasta el final.

¿Crees en los milagros?

Sí. Existen. Pero hay que plantearse qué son los milagros. Yo creo que suceden cada día. No voy a resucitar a Lázaro, pero el hecho de conocer a la mujer de mi vida en uno de mis momentos más oscuros y sobrevivir en pareja a la que nos ha caído injustamente... es un milagro.

"Conocer a mi pareja, Patricia, fue una aparición Mariana. Fue como si yo fuese María Magdalena y se me presentara Jesús en el Santo Sepulcro y me dijese 'dile a tus colegas que te has enamorado'"

¿Y prueba la existencia de Dios?

Por lo menos prueba la existencia del amor y del trabajo en equipo. Y para mí, también de Dios. Encontrar a una persona que ya ha sido madre, que quiere volver a ser madre, que me enamore de ella, que ella se enamore de mí, que queramos formar una nueva familia, que era mi sueño... Mi propósito de vida era ser padre y haberlo conseguido es un milagro. Quería serlo desde la veintena. Yo perdí la fe porque trabajo de cara al público y siempre he estado sujeto a todo tipo de escrutinio público.

¿Qué ha sido lo que más te ha dolido?

Que se cuenten cosas sesgadas sobre mí que no pertenecen a la realidad, o al menos a la realidad que yo he vivido. Y que la gente se crea el relato único. La gente no llega a entender nunca que quien calla, no otorga. Quien calla, calla. Y yo no he otorgado nada. He evitado una guerra que ya había perdido de antemano.

¿Sientes que la has perdido? El público te quiere mucho. Mi madre, sin ir más lejos, te adora.

(Ríe) Bueno, gracias.

Eres un tipo que nos resulta familiar. ¿Por qué hablas de esa forma tan derrotista?

Porque lo he vivido. Al final mi relación fue pública y mi separación fue pública, y depende de quién cuente la historia, hay unos malos u otros. Si te cuento las cruzadas desde el punto de vista de los cristianos o de los árabes... vamos a tener un problema.

¿Y por qué no cuentas lo que tú quieres contar?

Porque soy feliz. Yo le dedico tiempo al amor.

Eso sí que es ganar.

Sí. He ganado. Pero no contra nadie, sino conmigo, con mi tranquilidad, con mi paz maravillosa.

Christian Gálvez durante la entrevista.

Christian Gálvez durante la entrevista. David Morales.

¿Qué has aprendido del amor de pareja?

Que en el amor tiene que haber amor, respeto, admiración y apoyo. Lo siento, sé que no suena muy romántico y que a veces tiene una connotación negativa, pero tiene que haber sacrificio. Porque para amar a alguien y para ser amado tienes que entregarlo todo.

¿Cómo se reconoce al amor de tu vida?

Con Patricia fue una aparición mariana. Es como si yo fuese María Magdalena y se me presentara Jesús en el Santo Sepulcro y me dijese "dile a tus colegas que te has enamorado". Y luego todo sucedió a fuego lento, a pesar de las mierdas que se han contado. Yo venía de una ruptura muy pública con... mucha opinión pública, por decirlo de manera políticamente correcta, y mi pareja venía de un divorcio mucho más lejano pero venía con dos niñas. Y el mayor acto de generosidad que tuvo mi pareja fue presentarme a sus hijas. No me puedes presentar a tus hijas si no estás enamorada.

¿Qué tipo de padre quieres ser?

Yo quiero ser como mi padre, que es mi padre y mi amigo. Nos vamos juntos a comprar cómics. Mi padre jugó conmigo en el equipo de fútbol hasta los 50 y largos. Conmigo y con mis amigos. Y ahí no ejercía de padre, sino de colega. Lo diferenciaba muy bien. También es un padre dedicado, entregado y sacrificado. Mi padre es una fuente de inspiración. Ojalá yo pueda serlo para mi hijo.

¿Es verdad eso que dicen de que cuando tienes un hijo es la primera vez que quieres a alguien más que a ti mismo?

No. Yo ya quería a mi mujer más que a mí.

"Me despidieron de la tele por motivos políticos y me puse a trabajar en una juguetería: tuve una gran dosis de realidad"

En la vida afectiva hay manos negras, ¿y en la laboral?

Hay, hay muchas. A mí me dieron una hostia brutal al clausurar un programa que yo hacía, y fue por razones políticas. Hicimos un reportaje que supuestamente no deberíamos haber hecho.

¿Cuál?

Fue una macromanifestación contra el Ministerio de Cultura, año 2002, que llegó desde Ciudad Universitaria a Princesa. Atacaba directamente a determinadas personas que se encargaban de Cultura en aquel momento... No digo que ellos fuesen los culpables, pero... se recibió una llamadita. Y el lunes, adiós. Esto saldrá. Saldrá en algún momento, y yo lo deseo. Yo tengo nombres pero no puedo darlos aún. Fue muy heavy. Como éramos 'Desesperado Club Social'... les desesperamos (ríe).

¿Qué hiciste cuando te despidieron?

Me puse a trabajar en una juguetería y tuve una gran dosis de realidad. Necesitaba facturar. El teléfono no sonó... y yo no podía estar parado. Pensé que lo que mejor se me da es vender, porque la televisión es vender todo el rato, así que me metí ahí.

Y fuiste empleado del mes.

(Ríe). Sí. Me hicieron pronto jefe de tienda pero un día me fui y le dije a la jefa que eso no era para mí, que yo quería trabajar en comunicación. Ella se alegró por mí. Me dijo que estaba esperando que se lo dijera. Y afortunadamente, el teléfono sonó.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

¿Cómo ha sido tu relación con el dinero? ¿Cuándo te hiciste rico?

No soy rico, ni lo pretendo: tengo una vida mucho mejor y más fácil de la que pensé que podría llegar a tener cuando paseaba por Móstoles. Pero me parece más interesante hablar de cuánto ha costado llegar a eso. Trabajo en un trabajo que no pensé que iba a tener y vivo en una casa en la que jamás pensé que podría vivir, viajo donde quiero... y, con todo, mi riqueza es mucho más espiritual que bancaria, pero vivo cómodo. Mis padres me enseñaron que había que esforzarse y que había que sacrificar mucho para obtener un mínimo. Y luego, ser responsable con el dinero y tener un punto conservador.

Me consta que también eres un filántropo y colaboras con muchas causas.

No te voy a hablar de mi generosidad con ONGs, porque no va de eso. Soy una persona con sentido común que dedica parte de su dinero a la gente que lo tiene más difícil.

Entiendo que es incómodo contarlo por si parece que se hace para eso: para lucirlo.

Sí, pero a veces es necesario también contarlo para usar el altavoz, para poner el foco en el mensaje. Hay cosas que no se cuentan nunca para no colocarse medallas.

La verdad es que con la DANA todos nos hemos preguntado si el Estado es suficiente o tenemos que confiar en las donaciones de particulares. ¿Funciona el sistema?

Yo, igual que soy optimista en muchas otras cosas, soy bastante pesimista en cuanto al sistema. Yo me di cuenta en un momento de que el dinero que donaba a determinadas entidades no llegaba. En Camboya me surgió la necesidad de estar yo en primera línea de fuego. Comprobando que el dinero y el trabajo que se vuelca en una ONG llegue de verdad y diciéndole a la gente que todo esto funciona de verdad. Mi crisis total vino cuando descubrí que el director camboyano de la oficina de un departamento para el cual yo trabajaba en la persecución de pederastas... resulta que está en la cárcel por pederasta. Ahí quebré, ahí dije "a tomar por saco, esto no puede ser, no, nunca más". Estaba en la cárcel por haber violado a diez niños.

No...

Sí. Aquí vivimos en un país en el que se ha polarizado todo tanto y todo vale, que hay una especie de maquiavelismo elevado a la enésima potencia en el que importa más el 'y tú', 'y tú más'. Y perdemos el foco de lo que son las personas. Las personas quedan en un segundo plano. Mira lo que pasó en el funeral que se celebró en Valencia. Se pidió a los familiares de personas desaparecidas o fallecidas que entraran en un link para poder acceder... Pero, ¿qué coño? ¿De qué coño estamos hablando? ¿De qué va esto, de fotos? ¿De qué va la misa? La misa al final es una última o penúltima despedida, va por el honor, va por el recuerdo.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

¿Qué te parece que Sánchez no acudiese?

Me parece que en España hay un problema que no sé de qué complejo viene, y no lo digo sólo por Sánchez: hay políticos que no van al funeral de la DANA, o políticos que no van a la ofrenda del apóstol en Santiago. No tenemos representación en Notre Dame. Tenemos que mirárnoslo.

¿Cómo llamamos a ese complejo?

No lo sé.

¿Hay una mala relación con la religión, a pesar de que obviamente nuestra cultura es cristiana?

Mira, si tú te presentas a un puesto político tienes que hacerte cargo de cosas. Santiago de Compostela es un lugar de peregrinación mundial. Puedes creer o no creer, pero si hay una ofrenda al apóstol, creo que tienes que estar en representación de la gente de Santiago, para creyentes y para ateos, para todos. Igual que te digo de Santiago (porque mi mujer es de allí y porque yo he sido portador del apóstol), te digo también a nivel nacional. Representas a un país, no a una Iglesia, que también. Y porque es un hermanamiento con tu país vecino. Nuestro gran complejo es la falta de empatía y la falta de sentido común. Estamos polarizados.

¿Qué hay de la Navidad? ¿Cómo te enfrentas a ella?

Ya no me enfrento, pero lo he hecho mucho tiempo. Un amigo televisivo dice que crecer es aprender a despedirse.

Eso lo dice Risto Mejide.

(sonríe). Pero todo cambió cuando nació mi hijo, que fue un 22 de diciembre. Y cuando se independice, viviré de nuevo la ausencia. Es cíclico.

"Vivo en una casa en la que jamás pensé que podría vivir: soy responsable con el y tengo un punto conservador"

¿Qué tipo de rey mago vas a ser?

Como en el Nuevo Testamento no aparecen los reyes magos, sino unos sabios de Oriente... intentaré ser cuanto más sabio mejor. Amparado en el sentido común.

¿Los sabios de Oriente traen regalos?

Hombre, ¡claro!

Hay casas y casas...

Sí, hay regalos, y también en Papá Noel. Pero ya más adelante entraremos en un debate más erudito sobre si Jesucristo nació un 24-25 de diciembre... que no.

Christian Gálvez.

Christian Gálvez. David Morales.

¿Tú quieres darle una educación religiosa?

Yo creo en darle la educación que él quiera. Uno aprende de tantas personas... no sé, mira, cuando fuimos a Jerusalén, mi guía era judío, y era un erudito maravilloso. Lógicamente, nos contaba mucho mejor las partes judías que las cristianas. Nuestro viaje era espiritual, porque a mí me encanta saber la parte armenia, la parte musulmana, la parte judía y sobre todo la parte cristiana. Mi obsesión era ir al Santo Sepulcro. Me fascina el Muro de las Lamentaciones. Y fuimos al Jordán. Yo no quería ir al Jordán a hacerme selfies. Yo quería vivir allí una experiencia, una especie de comunión. Pero para que eso sucediera necesitábamos a alguien pertinente, a alguien que nos pudiera confirmar en el bautismo, porque yo estoy bautizado.

Mi guía, Ariel, consiguió que un padre franciscano (que son los únicos que pueden estar como custodios de la tierra santa cristiana) se desplazara voluntariamente hasta el Jordán para bautizarnos. No nos conocía. No sabía quiénes éramos. Y antes de bautizarnos en el Jordán, su pregunta fue "¿cómo andáis de fe?". Mi mujer dijo que muy fuerte y yo le dije que había tenido mis cosas. Y me dijo: "¿Y qué te crees, que yo no he tenido crisis de fe? Muchas. Pero al final donde más cómodo estoy es con los míos, a pesar de las cosas buenas y de las cosas malas". Es pertinente tener crisis de fe. Si no, ¿cuál es el relato de Pedro y las negaciones? ¿Cuál es el relato de Tomás y las llagas? ¿Y el relato de Judas, tan imprescindible? Pues mi hijo va a tener una educación religiosa, sí, pero también va a tener libre albedrío, para que cuando sea adulto decida lo que quiera decidir. Mi hijo está bautizado. Y claro que le hablaré de Jesús. De mi Jesús.

¿Crees, como dice Ayuso, que se quieren cargar la Navidad?

Creo que hay intereses en politizar la Navidad. ¿Qué coño? Sí, sí, claro que se quieren cargar la Navidad. Estoy de acuerdo con Ayuso. Me mojo. Sí. Que piensen de mí lo que les dé la gana.

¿Quién se la quiere cargar?

Se quiere instrumentalizar. A ver, al otro lado del charco hay gente que empieza la Navidad en octubre. Es un instrumento político y competitivo, a ver quién pone el árbol más grande y las luces más bonitas. Y se pierde la esencia de todo esto.

Ella se refería al escepticismo posmoderno, sobre todo por parte de la izquierda. De la izquierda atea.

No lo van a conseguir, porque la Navidad es indestructible. Por la sencilla razón de que llevamos 2.000 años. Yo creo, y al que no cree, no voy a intentar convencerle de que crea, pero le diré "si para ti es un cuentito, es el cuentito más bonito que se ha contado jamás". Y es el cuentito más arraigado, aunque fuese mentira.