El zapatero que factura más de 10M anuales, Rafa Muñoz, vende 220 mil pares en cinco países: "Hay que mimar los pies"
- El empresario estudió historia y trabajó como financiero en varias empresas, a sus 40 años fundó miMaO y ya tiene una plantilla de 40 trabajadores.
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"Las cosas hay que hacerlas con cabeza", dice Rafael Muñoz, un empresario del sector del calzado, pero no siempre se imaginó liderando un gran negocio. Apasionado de los hechos del pasado, estudió historia. Su día a día estaba encaminado a regir una clase, estar rodeado de libros y estudiantes, pero lo cambió todo por los zapatos. El madrileño es el fundador de miMaO, una empresa especializada en calzar el pie femenino que vende más de 220.000 pares y factura 10 millones de euros anuales.
Desde pequeño el empresario ha estado relacionado con las cuentas y las finanzas. A sus 16 años entró a trabajar en una empresa en el departamento financiero y, como pez en el agua, se desenvolvió con gran soltura a una temprana edad. Los años pasaban y el historiador cada vez crecía más dentro de esta empresa.
"Terminé la carrera de historia y pensé en dedicarme a la educación, pero como llevaba tanto tiempo vinculado a las finanzas poco a poco fui olvidando ese pensamiento", aclara. A la vez que estudiaba su pasión, también se formaba con infinidades de cursos del ámbito financiero, incluso internacionales, hasta que llegó a una conclusión: "Cada vez me gusta más este trabajo". Desde entonces el sueño de convertirse en un explorador de libros del pasado se sustituye por ser un lince en los negocios.
Hasta ahora, al fundador de esta firma le va todo sobre ruedas, sobre tacones. "Hay que empezar paso a paso, ser paciente", dice. Siguiendo esta filosofía Muñoz ha conseguido pasar de 3.000 mensuales a facturar 10 millones de euros, de vender en España a expandirse a Francia, Portugal, Holanda y Bélgica, de hacer los pedidos entre cinco personas a organizar un equipo de 40. Además, el CEO comparte la clave de su éxito con EL ESPAÑOL: "Ofrecer siempre lo que se dice. Calidad".
La empresa
Era 2004 y Rafael ya se había convertido en el director financiero de la empresa para la que trabaja aunque, desafortunadamente, esta empresa trasladó su producción a China y su desarrollo a Francia. Es decir, el madrileño se tenía que cambiar de trabajo, y eso hizo.
"Empecé a trabajar en los departamentos financieros de diferentes empresas que se encargaban de realizar importaciones de productos procedentes de China", explica. Este es el punto de inflexión de su carrera como 'tiburón de los zapatos'. Durante estos años, el empresario fue aprendiendo y embarcándose en el sector del calzado, pues la mayoría de los productos que traían desde el gigante asiático, eran zapatos.
Los negocios en los que el madrileño gestionaba las cuentas, tomaron su camino, y Rafael el suyo. "¿Por qué no probamos nosotros con los zapatos en España?", se preguntó el fundador, entonces decidió que abriría su propia empresa. "Conocía el mundillo y tenía los contactos para que funcionara. Quería probar a vender zapatos hechos en España por internet, y salió muy bien", añade.
Al principio eran él y su círculo cercano los que diseñaban los zapatos, trabajando mano a mano con las fábricas para conseguir un productor de calidad-precio razonable para los clientes. A partir de ahí fueron saliendo las primeras colecciones. "El primer mes que lanzamos la primera tanda de zapatos hicimos 3.000 euros. Estábamos encantados, no nos conocía nadie, pero satisfechos con las ventas. Luego fuimos creciendo", explica.
Mimando pies
La firma de Rafael, miMaO, tiene claro qué es lo que vende, cuál es su producto: "Zapatos bonitos, atractivos, cómodos y mimados", de ahí el nombre de la marca. Con el paso de los años Rafael y su equipo se fueron haciendo un "huequito" en el vasto mundo de la moda femenina. "Cuando empezamos con 100 pedidos era una locura, lo teníamos que hacer todo a mano y era mucha carga de trabajo", menciona.
Gracias al "trabajo constante" las ventas se iban incrementado. Rafael es de esos empresarios que prefieren las cosas bien hechas, aunque lleven muchos más tiempo, pues la excelencia está en la calidad, no en el volumen. En el 2021, años postpandemia, las ventas online se dispararon lo que supuso un aumento del 35% en la facturación de miMaO, y desde entonces sus ventas se han mantenido "bastante lineales".
Para Muñoz una de las claves para vender es hacer lo que dices. Tal y como explica "si dices que tu zapato es cómodo, de calidad, asequible y de piel, al cliente le tienes que entregar eso". Esta ha sido la ideología y estrategia que ha seguido la empresa del madrileño para fidelizar a sus compradores. "Vendemos mucho porque nos vuelven a comprar", resalta.
Aun así, Rafael considera que las formas de consumo en España no son las mejores para dedicarte al sector del calzado. "Hay una tendencia del consumo de hacer y no tener. Es decir, las personas prefieren salir a comer, a bailar, a hacer planes en vez de tener tres pares de zapatos. Por lo tanto, se vende menos".
La expansión
El empresario no quiere que su empresa se quede estancada en el mercado nacional, que es el principal motor de sus ventas. De todos modos, está haciendo grandes inversiones de capital en sistemas y tecnologías para poder abarcar más territorio. Hasta el momento, ya están vendiendo a cuatro países diferentes gracias a que han creado páginas web en el idioma correspondiente y han contratado a equipos con miembros nativos para asesorarlos en redes sociales y marketing.
La empresa fundada por Rafael ya tiene su huella en España. Han abierto la primera tienda física en el centro comercial ABC Serrano, tienen sus oficinas consolidadas en Fuenlabrada y sus fábricas en Alicante. Ahora su propósito es la internacionalización. "En España tenemos posibilidades de crecimiento, pero no muchas. Estamos invirtiendo todo para poder triunfar fuera", concluye el CEO.