Las relaciones sexuales de un cargo público pueden poner su carrera política en jaque. Bill Clinton casi pierde la Casa Blanca por culpa de sus infidelidades. Personajes como el congresista Anthony Weiner y la concejala Olvido Hormigos dejaron sus cargos al publicarse imágenes suyas en situaciones comprometedoras. El sexo es el talón de Aquiles de la mayoría de los políticos.
Sá Leão, sin embargo, no es como la mayoría de los políticos. De hecho, en realidad es difícil calificarlo como tal, pues el único puesto público que ha ocupado es uno que él mismo se ha inventado. Pese a ello, el autoproclamado ministro del Sexo de Portugal es una de las figuras más notorias del país vecino.
Leão no figura en la lista de los 17 ministros del XXI Gobierno Constitucional de la República, pero mientras muchos portugueses no saben quién manda en los Ministerios de Asuntos Exteriores o el de Cultura, todos saben quién ostenta la cartera de Sexo. El veterano actor pornográfico llega a millones de casas lusas a través del canal Hot TV, la mayor cadena de contenidos exclusivamente para adultos del país, donde se emite su programa, El Ministerio del Sexo, desde el año pasado.
A través de la serie, que combina elementos del talk show tradicional con escenas de sexo explícito, Leão ofrece diálogo abierto y honesto sobre la sexualidad y da consejos a parejas reales, muchas de las cuales aplican sus “recetas gubernamentales” sin ropa y a plena vista de los espectadores.
EL ESPAÑOL se reúne con el único político que se atreve a dar la cara en la cama mientras comparece en Eros Porto, el mayor salón erótico de Portugal. Rodeado por la multitud que ha acudido para recibir asesoramiento en directo del ministro, Leão defiende la creación de impuestos eróticos y aboga por poner fin a la austeridad en la cama.
“¡Este es mi Ministerio!”, declara el actor y productor con tono triunfante mientras señala al centenar de fans que se congrega ante su palco. “No necesitamos encargar encuestas para saber que los portugueses apoyan a su ministro del Sexo. A diferencia de los políticos democráticamente electos, yo me intereso por la felicidad real de los ciudadanos”.
“¡Eres el más grande, Sá!”, grita un chaval entre el público.
“Ahí tienes un contribuyente satisfecho”, sentencia Leão. “Yo demuestro que el Gobierno no sólo está para aplicar recortes, sino para promover el bienestar. ¿Y dónde merecemos mayor bienestar? En la cama, claro está”.
UN ‘MINISTRO’ MUY PARTICULAR
El Ministerio del Sexo ha batido récords de audiencia con más de medio millón de espectadores por episodio semanal. Los telespectadores se muestran fascinados con el formato y pagan por ver los episodios, en los que Leão combina charlas didácticas con escenas de sexo explícito.
La primera mitad de cada episodio parece una sesión de terapia de parejas: el ministro escucha las quejas de parejas reales atentamente y ofrece consejos prácticos a mujeres que acuden porque sus esposos rehúsan ofrecerles sexo oral o a hombres que intentan convencer a sus esposas para que sean más atrevidas en la cama.
Durante la segunda mitad del programa, Leão acude a las casas de los interesados acompañados por sus secretarios de Estado, actores porno que acompañan a las parejas mientras aplican las medidas eróticas que el ministro ha decretado ejecutar. En muchos casos los altos funcionarios terminan por intervenir directamente en el asunto, despojándose de sus trajes para ofrecer una “ayuda estatal” muy particular a los ciudadanos necesitados. Todo esto sucede en un país tan serio, educado y ceremonioso como Portugal.
—¿Por qué cree que su programa ha tenido tanto éxito entre los portugueses?
—La gente se ve reflejada. Todas las parejas que acuden a mi programa son reales, gente a pie de calle. La audiencia se identifica con ellos y al ver que logran tener buen sexo, se dan cuenta de que lo único que necesitan hacer para replicar esos resultados es superar los complejos y los prejuicios. El buen sexo no tiene misterio; a veces me sorprende que me paguen por tenerlo ante las cámaras.
—¿La crisis económica afectó a la vida sexual de los portugueses?
—Sí, absolutamente. Estos últimos años de crisis han sido durísimos aquí, al igual que lo han sido en España. Hay muchas parejas que no sólo han notado un declive en sus cuentas bancarias, sino también en su vida sexual. Difícilmente tienes la cabeza lo suficientemente despejada como para follar cuando pasas el día buscando cómo pagar la hipoteca, la escuela de los niños... Las preocupaciones superan a las personas, y el sexo queda relegado a un ámbito secundario.
—¿Por qué un ministro para solucionar los problemas sexuales de los lusos?
—El Gobierno se tiene que preocupar por su pueblo, y el ciudadano medio reacciona bien al ver un político que es solidario, que se preocupa por el contribuyente, que no lo trata como un mero número. Yo intento humanizar los problemas de mis invitados, les ayudo a que redescubran sus necesidades más humanas, porque no hay nada más innato que el deseo sexual.
ISA: IMPUESTO SOBRE EL SEXO AÑADIDO
Pese a no ser un político real, Leão tiene una ambiciosa lista de proyectos-ley que querría ver aprobados por el Parlamento y, algún día, consagrados como enmiendas en la Constitución.
—¿Qué es el ISA?
—Es el Imposto Sexual Acrescentado –Impuesto sobre el Sexo Añadido, o ISA–, una multa simbólica de 69 euros a cualquier persona que sea pillada mirando hacia alguien que no es su pareja oficial. Si te pillan mirando a otra, mi eslogan oficial es “pagas y te callas”. Si todos los portugueses pagásemos cada vez que miramos a otra mujer, nunca volveríamos a sufrir otra crisis en este país; tendríamos las arcas del Tesoro más saludables del mundo.
—También pide que cada casa portuguesa tenga un Libro de Reclamaciones Sexuales...
—Sí, exactamente, es un libro en el que los habitantes de dicho inmueble tienen que anotar sus quejas cada vez que algo falta en el ámbito íntimo. Acompañado por mis secretarios de Estado, me encargaré de dar giras periódicas por el país para inspeccionar los libros y aplicar multas siempre que descubra que las demandas sexuales están siendo incumplidas. Por cierto, ¿quién es vuestro ministro de Cultura en la actualidad?
—Íñigo Méndez de Vigo...
—Pues desde aquí quiero pedir una reunión urgente con mi homólogo más cercano, el señor Íñigo Méndez de Vigo, para estudiar cómo ampliar estas leyes y crear un pacto ibérico en defensa del sexo. Estoy dispuesto a viajar a España para asesorar a los bellísimos ciudadanos del país vecino, e incluso encabezar el Ministerio del Sexo si el Gobierno acepta crearlo allí también.
—¿Qué hará si el Gobierno de España acepta su propuesta?
—Iré ahí para oír las reclamaciones sexuales de los españoles y ofrecer mi ayuda. Me encantan las españolas, me ponen muy cachondo, y con cualquier excusa me planto en España para bailar un poco de flamenco entre las sábanas. Además, seguro que puedo ayudar mucho. Sé que vuestro rey emérito lo ha pasado mal en su vida privada, y yo estoy dispuesto a ir a la Zarzuela y arreglar las cosas en su matrimonio.
"LA SEXUALIDAD NO MUERE CUANDO TE CASAS"
—¿Qué tipo de consejos le han pedido sus fans aquí, en directo?
—De todo. Hace un rato charlé con una abuela de 70 años que me preguntó, avergonzada, si estaba mal que ella deseara tener una vida sexual activa. Le dije que en el sexo la edad da igual; lo que importa es el entusiasmo. También me han pedido consejos muchas mujeres que están aburridas en sus matrimonios y buscan formas de recuperar la chispa de antaño. Justo ahora hablaba con una señora que se ha divorciado porque no conseguía tolerar el aburrimiento de la monogamia; sigue queriendo a su ex, pero como él no contemplaba abrir el matrimonio, lo ha dejado. Es un problema frecuente. La sociedad obliga a la mayoría de las parejas a intentar cumplir con la monogamia, y ahí está el error.
—¿Considera que la monogamia es imposible a largo plazo?
—Los hombres y las mujeres están hechos para disfrutar del sexo con muchas parejas diferentes. Hay pocos matrimonios realmente monógamos, y muchos que sobreviven gracias a la intervención discreta de trabajadores del sexo. Eso no quiere decir que ya no quieras a tu pareja.
—¿Los matrimonios deben ser ‘abiertos’?
—Considero que las parejas casadas deben estar dispuestas a experimentar. La sexualidad no muere cuando te casas: el matrimonio lo que supone es un pacto entre dos personas para explorar todos los aspectos de la sexualidad como un equipo. Eso se logra hablando, reconociendo los deseos que tenemos.
Paseando por el recinto de Eros Porto, el salón del sexo celebrado en Oporto el pasado fin de semana, nos topamos con Carla Kinky, la 'reina de los swingers de Portugal', que participó en uno de los primeros episodios de la serie. La lisboeta pidió la ayuda de Leão para lidiar con su esposo, que no conseguía acostumbrarse al hecho de que ella participara en el mundo desenfrenado del sexo con desconocidos.
DEL SEX SHOP A LA PEQUEÑA PANTALLA
A Leão no le gusta hablar sobre su vida personal, y oculta detalles como su edad –“tengo los años suficientes como para hacer lo que hago bien”– y su nombre real. Pese a ello, reconoce haber tenido una juventud complicada en Lisboa, donde creció en un entorno humilde, hijo de una madre alentejana y un padre caboverdiano, ya fallecido.
“Era un hombre muy trabajador. Trabajó de enfermero en una época en la que era difícil conseguir un puesto en este país si eras negro”, afirma recordando a su padre.
Aunque asegura que quería ser músico, Leão se dio a conocer en el mundo del cine erótico a mediados de la década pasada, cuando comenzó a actuar en películas amateur que gozaron de un éxito considerable. Sus filmes destacaron por involucrar parejas no profesionales, como Yo, mi marido y Sá Leão (2007), protagonizado por una camarera y un conductor del servicio de autobuses metropolitanos de Lisboa, los cuales están casados en la vida real.
—¿Cómo inició su carrera en el mundo del cine erótico?
—Yo quería ser músico, pero mientras trabajaba en un sex shop noté que muchos clientes se quejaban de lo falso y estático que les resultaban las pelis porno producidas profesionalmente. La gente quería algo más real, y en Portugal realmente no había filmes de rollo amateur, así que decidí hacer uno con mi cámara de video, reclutando algunos amigos y montándolo todo con un presupuesto de cero euros. El filme fue un éxito brutal.
—¿Cómo se diferencian sus películas de las otras del sector?
—Yo apuesto por productos que son 100% reales. Grabo todo en una sola toma, incluyendo errores y tal porque los errores son normales en el sexo real. Solo corto si el protagonista no consigue terminar al final y le doy tiempo para recuperarse. Es normal que un hombre no eyacule con facilidad cuando siente alguna presión, y a veces conviene hacer una breve pausa antes del clímax.
PROVOCADOR Y POLÍTICO
Como actor, Leão ha participado en filmes por todo el mundo, incluyendo varios en España, donde ha compartido pantalla con la catalana Anastasia Mayo. Asegura haber actuado con otras españolas, pero al haber estado con tantas mujeres –“cientos, sino miles”– tiene dificultad en recordar los nombres.
La popularidad de sus filmes y su personalidad abierta y agradable le han llevado a participar en conferencias sobre la industria pornográfica y la moral sexual en la Universidad de Lisboa, como también en programas de tertulias de la televisión pública portuguesa y como concursante en varios realities.
Su fama también le ha permitido actuar como una especie de embajador del sector, y en repetidas ocasiones se ha dirigido a políticos para pedir mejores condiciones para la industria. Ha denunciado al Ministerio de Cultura por subvencionar al cine convencional pero rehusar dar ayudas al cine erótico –“esto también requiere talento, es cultura y crea empleo”, asegura–, y tiene grandes opiniones sobre el panorama político actual.
—¿Las cosas están mejor o peor que hace cinco años?
—Mucho mejor. Hace cinco años Portugal estaba dominada por la Troika. Los tecnócratas serán muy buenos con números, pero son malísimos gobernantes. Se necesita corazón para ser buen representante del pueblo.
—¿Qué opina del actual Gobierno de Portugal, un Ejecutivo de minoría socialista apoyado en una alianza parlamentaria con los marxistas del Bloque de Izquierda y al Partido Comunista Portugués?
—La cosa está mejorando, y aunque todavía no hay ningún ministro que se interese tanto por los portugueses como yo, tenemos líderes de los que podemos estar orgullosos. Me gusta [el primer ministro] António Costa; me parece un hombre que sabe negociar. Y me gusta mucho Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente de la República. Le llamo el ‘presidente selfie’, pues siempre accede a hacerse fotos con la gente. Es un tío próximo, es justo lo que necesitamos, y mis secretarias de Estado consideran que es extremadamente sexy.
—Más allá del sexo, ¿qué cambiaría si realmente desempeñara un alto cargo en el Gobierno?
—Tantas cosas. Lo primero que haría es convertir el voto en obligatorio porque así, en vez de quejarse siempre, la gente haría algo para cambiar la situación. También perseguiría la hipocresía gubernamental que hace que los pobres que roban comida vayan a la cárcel y los ricos metan millones en paraísos fiscales sin problema alguno. Y acabaría con las puertas giratorias: es ridículo que un político pase años dando ‘extras’ a determinadas industrias, y que luego pase a formar parte de los consejos de las mismas, ganando millones de euros por ello.
—¿Pertenece a algún partido político?
—No, no…
—¿Nunca se ha planteado presentarse como candidato real a un puesto público?
—Ya tengo bastante con ser ministro del Sexo.
PADRE SOLTERO
Leão dice sentir orgullo de su trabajo y defiende sus filmes, los cuales considera que son reflejo de una tradición ancestral. “Los seres humanos convierten el sexo en entretenimiento desde cuando los australopithecus pintaban personas copulando en pinturas rupestres en las cuevas hace millones de años”.
No obstante, el actor y productor también reconoce que le gusta tomar pausas y apartarse del sector de vez en cuando. “A veces necesito ver gente vestida”, admite con un suspiro cansado.
—¿Qué hace cuando se toma un respiro del sector?
—Me refugio en mi casa en Lisboa, donde he desempeñado el trabajo de mi vida: el de ser padre soltero de dos hijos. He sido padre y madre para mis hijos; les eduqué sólo, terminando los rodajes al final del día y corriendo para casa para cambiar pañales o ayudar con los deberes. Ellos son mi mayor orgullo en esta vida. Mi hija está en la universidad, y el pequeño, que tiene 14 años, ya está ganando fama como DJ.
—¿Ellos saben que vive del sector?
—Sí. Hace un par de años, cuando me di cuenta de que se estaban haciendo mayores, decidí que era hora de contarles todo, así que les senté en el sofá y les hablé de lo que hago, sin pelos en la lengua.
—¿Cómo reaccionaron?
—Les sorprendió, claro, pero lo entendieron y respetan lo que hago.
—Y ahora, ¿cómo es su relación?
—Ellos saben que hay total confianza y que pueden hablar conmigo sobre lo que sea.
—¿Incluso sobre dudas sexuales?
—Sí, absolutamente. Lo único que les he hecho prometer es que nunca harán búsquedas de mi nombre en Google, pero por lo demás ellos confían en mí y saben que me pueden pedir consejos en lo sexual y que les intentaré guiar con la misma información didáctica que ofrezco a las parejas que vienen a mi programa. La pornografía y la sexualidad forman parte de la vida, y debe ser visto como algo que nos hace a todos más felices. Deseo esa felicidad tanto para mis espectadores como para mi propia sangre.