Jesús Gutiérrez, el hombre que da más vergüenza que Torrente
El actor da vida el protagonista de 'Vergüenza', la serie más divertida del año que han creado Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero.
27 noviembre, 2017 18:01Noticias relacionadas
Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero han creado una obra maestra de la autobiografía española: Vergüenza, en la que no falta el paro, las ambiciones frustradas, la homofobia, el racismo y la crisis de la pareja. Es una comedia romántica que ni es bella, ni acaba bien, ni es impostura, ni parece un anuncio. La serie retrata la vida en pareja de Nuria y Jesús, interpretados por Malena Alterio y Javier Gutiérrez, un patético fotógrafo de bodas que resume lo peor de la leyenda negra del cuñado.
La serie de diez capítulos, de media hora cada uno (en Movistar+), incide en el tipo popular del esperpento español. Es Jesús Gutiérrez un ser fruto del Sancho Panza y Lazarillo, porque, en el fondo, Cavestany y Fernández-Armero -autores, directores y productores de la serie- son tan románticos como lo fue Berlanga. Es Vergüenza una secuela del costumbrismo español arraigado en Plácido (1961), con Javier Gutiérrez en el legado interpretativo inaugurado en los Cassen, José Luis López Vázquez. Mucho menos grotesco, más real y doloroso que el famoso personaje creado por Santiago Segura.
“No pretendíamos mostrar que somos miserables”, comenta a este periódico Cavestany tras el primer fin de semana de la serie en antena. “Surge de las cosquillas que nos hace el humor de lo incómodo, de una especie de intercambio de anécdotas vividas o presenciadas entre Álvaro y yo”. Es así como este recetario de meteduras de pata del personaje se ilumina como un cualquiera. Cualquiera de nosotros.
Vergüenza es una película larga troceada, que evita la acumulación de situaciones y gags, de chistes y fogonazos de tópicos infinitos. No son los únicos vecinos de la televisión española, pero esta pareja es la más real. A pesar de jugar en el límite de lo absurdo. “Todas las conversaciones que hemos tenido Juan y yo han ido en este sentido: el celo por la realidad”, comenta Fernández-Armero. “Intento explorar más el límite de la realidad que Juan. Él tiene un radar muy fino para saber cuándo traspasamos esa línea. Yo necesito que me controlen”.
Surge de las cosquillas que nos hace el humor de lo incómodo, de una especie de intercambio de anécdotas vividas o presenciadas
Ese celo por lo real pivota sobre el oído de los diálogos, que fluyen en temas tópicos sin caer en los lugares comunes. El personaje de Javier Gutiérrez, sublime en su mediocridad con aspiraciones, y el de Malena Alterio, extraordinaria en sus aspiraciones frustradas, son verdad. La calle está en ellos, sobre todo, en su habla, en la actitud que descubren sus palabras.
“La serie está siendo leída como algo que tiene mucho que ver con la España que tenemos y eso me gusta, aunque no fuera intencionado. Es un retrato sin contemplaciones de un personaje”, cuenta Fernández-Armero. Jesús es más comedido y más real que Torrente. Javier Gutiérrez se lo toma en serio. No hay ni atisbo de astracanada. “Tratar de hacer reír no funciona”, explica el director de películas como Todo es mentira.
Ha nacido un icono: Jesús Gutiérrez, un tipo que la caga constantemente, tan víctima como incorrecto, tan insoportable como tierno, tan inconsciente como miserable. Tampoco es Mr Bean, cuyo humor emerge de la conciencia de su mediocridad y falsedad. Jesús Gutiérrez es un perdedor y un canalla. Por eso no es una comedia romántica diseñada para agradar o para resolver conflictos. “Es una comedia que se queda en la pregunta de si es posible odiar y querer al mismo tiempo”, apunta Cavestany.
“Álvaro y yo trabajamos de forma rigurosa, nos fijamos en el mundo en que vivimos y el mundo que observamos. No estamos haciendo una astracanada. Pero es verdad que no nos hemos cortado al jugar con los límites de lo posible. Lo que lo hace real es que trabajamos muy en serio con los actores, que a su vez se han comprometido mucho”, dice. No es la astracanada torrentista y, sin embargo, es mucho más incómoda. “No queremos juzgar a los personajes, los observamos con calma. Sólo mostrar escenas cotidianas que nos horrorizan”, añade Fernández-Armero.
A falta de confirmación, la serie tendrá segunda temporada, la vergüenza (ajena) es infinita, sobre todo, en la intimidad de dos personas que tratan de saber si se odian o se aman. O si todo. Quizá esto sea muy español, la vergüenza. Pero también el tipo venido a menos que se cree algo superior y opina de todo. Un cuñado de libro. ¿A quién vota Jesús Gutiérrez? “En el último episodio nos llegamos a plantear este tema, una discusión de política entre ellos, en la que se reprochan cosas, pero no funcionaba. Yo creo -opina Cavestany y secunda Fernández-Armero- que Jesús votaba al PSOE y se pasó a Ciudadanos”