1. Con la guasa por bandera llega Deadpool, aka el mercenario más bocazas de Marvel interpretado por un fuerte Ryan Reynolds.
2. “Película dirigida por un gilipollas”. Tim Miller pasa de ayudante de VFX de Edgar Wright a debutar en el largo y se ríen de él en sus créditos.
3. Deadpool tarda 2 minutos en hacernos ver que se van a hacer constantes embestidas contra la cuarta pared. ¿Qué pensarían los Lumière?
4. “Tu cara parece como si la cara de Fredy Krueger se hubiese follado el mapa topográfico de Utah”. Esa lengua que no cesa.
5. Hay otros elementos que también fracturan el tono de la ficción, pero a su manera, más integrados y con menos saña que su protagonista.
6. “Quería saber que eras tú y no sólo un personaje femenino unidimensional al estilo de los de Hollywood”.
7. Ralentíes, freeze-frame, efectos digitales y duelos que son puro tango mortífero para espolear al espectador con déficit de atención.
8. Mata a tres tíos con la misma bala mientras cuenta un chascarrillo de dejarse el horno encendido. Está claro que es un tipo con recursos.
9. Que 20th Century Fox haga bromas sobre su máquina de hacer dinero, X-Men… Justo ahora que Deadpool la ha sobrepasado sin miramientos. La ironía.
10. ¿Hay cameo de Stan Lee? Hay cameo de Stan Lee.
11. La verdad es que a una buena parte de las audiencias les sabrá a frescura el chicle-chimichanga de Reynolds y Miller.
12. Hay aquí un sentido lúdico de la vida y de la obra de acción al estilo de lo visto en Kick Ass, Super o Kingsman: servicio secreto.
13. Y es cierto que está menos sudada la descreída entrepierna de Masacre que el género superheróico que puebla nuestras taquillas.
14. El horror es cuando algo así pretende ponerse serio. El guión busca recesos dramáticos de lo cómico, mutilando así el corazón de la obra.
15. Es imperdonable su descenso por los derroteros de la ya quemada historia de origen clásica, por mucho maquillaje metalingüístico que incluyas.
16. Además, mientras Reynolds se la pasa explorando su comedia, el resto de personajes viven dentro de la ficción. No cuajan.
17. Aventuras discursivas: en nuestra era, llena de personas sarcásticas y de falsa honestidad, ¿quién merece el don de convertirse en superhéroe?
18. Pero a la película no le interesa responder a esto, sino hacer coñas imberbes. La hipérbole como única respuesta. Lo meta dentro de lo meta.
19. “Deadpool. Sí, suena a nombre de franquicia”. Ja, qué gracia. Tendremos Deadpool para rato. Aunque la broma del giro irónico esté ya sobada.
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