La publicidad no tiene crédito (ni en el cine). La taquilla vuelve a dar la espalda a un largometraje publicitario, cuyos propósitos se centran en ensalzar la figura del miembro más ejemplar del árbol genealógico de la familia Botín, difundir las excelencias de la provincia de Cantabria y de las pinturas prehistóricas de la cueva de Altamira. La recaudación apenas ha llegado a los 400.000 euros. La cifra la sitúan en el camino de uno de los grandes fiascos del publirreportaje cinematográfico español: Sangre de mayo (2008), en la que Esperanza Aguirre se gastó 16,5 millones de euros (de los cuales, 1,5 fue para publicidad), como presidenta de la Comunidad de Madrid. Recaudó 750.000 euros.
Debutó y sólo pudo hacer tercer lugar del ránking, con una recaudación de 400.000 euros en 235 cines
La película Altamira se rodó en inglés con la idea de llevar el producto más allá de las fronteras españolas, con un presupuesto de 10 millones de euros -toda una superproducción española- y con un estreno multitudinario de la mano de una major, Fox, que colocaron la cinta en más de 230 salas. Era el evento cinematográfico de la semana. Con Antonio Banderas como embajador internacional de la película, Altamira nació para ser una perfecta máquina de promoción. Pero no pudo ser, al menos en España.
Los primeros datos de taquilla ofrecidos por la consultora Rentrak muestran que la película ha interesado muy poco. Debutó y sólo pudo hacer tercer lugar del ránking, con una recaudación de 400.000 euros en 235 cines, lo que significa una media de 1.702 euros. Es un resultado mediocre para un estreno con estos reclamos apoyos privados e institucionales. El otro lanzamineto español fuerte del pasado viernes, Kiki, el amor se hace, alcanza casi el doble: 3.000 euros.
Confío en las capacidades de contar Cantabria de la película. Este verano Cantabria se va a salir de turismo, explica el consejero de Turismo
El dato es peor que otros muchos estrenos españoles de este año, como Cien años de perdón (4.645 euros por local),Tenemos que hablar (una media de 2.090 euros), El pregón (un promedio de 2.010) y Embarazados (2.200 euros). Con un comienzo tan bajo, al filme le costará mucho llegar millón y medio de recaudación en su principal país de explotación.
La recaudación no estaba entre los objetivos del Gobierno de Cantabria. Francisco Luis Martín Gallego, Consejero de innovación, industria, turismo y comercio, esperaba que Altamira lograra mover el turismo interior hacia su región este verano. “Confío en las capacidades de contar Cantabria de la película. Este verano Cantabria se va a salir de turismo”, explicaba a este periódico por teléfono el mismo día del estreno de la cinta. “Ayer, hora y media de Altamira en El Hormiguero. Nunca viene mal recordar la excelencia de los paisajes de Cantabria”.
El consejero no conoce la cifra que su gobierno aporta a la producción, porque “fue aprobada por el anterior equipo”. “Es una producción muy ambiciosa y de mucha calidad. El director es el de Carros de fuego, música de Mark Knopfler y Banderas de protagonista. Qué más se puede pedir”, aseguraba. “Me interesa mucho el efecto llamada de la película. Hay que aprovechar el tirón de la película para hacer promoción del museo y de la neocueva. Sacaremos productos de 3D con visores de la imagen de la cueva en las próximas semanas”.
El mejor escaparate
Al político del PRC, famoso por haber propuesto sacar a subasta entradas a la cueva original en vez de sortearlas, le ha gustado mucho la película. La vio en un pase privado y destaca la “reivindicación de Marcelino Sanz de Sautuola”. “Cualquiera que vea la película cómo no va a querer venir”, se pregunta. “Mejor escaparate para Cantabria no puedo imaginármelo. Harían falta años y millones de euros para igualar lo que va a conseguir la película”, explicaba a este periódico el consejero.
Si el rey quiere visitar las cuevas habrá que abrirle la visita, ¿no?, dice el consejero
“Tenemos un activo cultural histórico y turístico de primera magnitud diferenciador, las cuevas”. Suele comentar el consejero que la comunidad autónoma que representa se conoce por Altamira, Seve Ballesteros y el Banco Santander. Martín quiere sacarle provecho a ese hecho diferenciador, por eso hizo tres solicitudes en el último patronato del Museo de Altamira: que las entradas se sorteen en internet, no en la puerta; que se incremente el número de visitas a sortear, más de cinco a la semana; que se cree un protocolo para visitas especiales, como el rey. “Si el rey quiere visitar las cuevas habrá que abrirle la visita, ¿no? Debemos fomentar el efecto mitomanía para captar primeros ministros. Altamira es un aliado del ámbito económico”, explica.
Noticias relacionadas
- Antonio Banderas: “Altamira no debería abrirse al público”
- Antonio Banderas protagoniza el anuncio más caro y ridículo de la cueva de Altamira
- Si 'Las Meninas' no cierran, Altamira tampoco
- “Altamira no puede tratarse como un producto de consumo”
- "Cruzaré la raya roja de Altamira para acabar con el paro"
- Cantabria quiere subastar la entrada a Altamira
- Antonio López reúne a sus colegas en el Thyssen