Fernando León no rodó el 15M, los orígenes de Podemos. La bombilla se le encendió al aterrizar en Madrid tras el rodaje de la película A Perfect day. Habló con el magnate de la comunicación Jaume Roures y pensaron que había que rodar la creación de un partido político. “Es una historia interesante, que no se ha contado nunca”. Habla el director del documental que se estrena este viernes Política, manual de instrucciones.
“El documental intenta ser un retrato y un registro de cómo un partido político, Podemos, se ha construido en un proceso de un año”. Y lo hicieron con un equipo pequeño, mínimo, invisible para colarse en las habitaciones, en la intimidad del grupo y generar escasa interferencia en las situaciones. “No alterar las rutinas para no interferir en la realidad”. El reto era no defraudar a la realidad, y hacerlo con “honestidad”.
Yo creo que la campaña va a afectar más a la película de lo que la película afectará a la campaña
Eso incluye la actuación de los protagonistas, que aparecen en entrevistas y en acción dialéctica. Entre la espontaneidad y la verborrea aprendida de una cabeza y una oratoria privilegiada como la de Íñigo Errejón. “Es impensable que en un trabajo de un año de seguimiento y más de 500 horas de rodaje haya una interpretación o una actuación. Eso es imposible. Y además no es lo que sucedió. Todo lo que pasó es real. Llevo 20 años haciendo películas y es muy fácil saber cuándo un actor interpreta o es real”, contesta el cineasta.
Entre las escenas más reales se encuentra la conversación entre Iglesias y Errejón momentos antes de Vistalegre. En el cichitril hay con ellos una cámara, pero “ellos actuaban sin conciencia de que estuviera allí y sin importarles que les estuvieran filmando”. Precisamente, comenta que fue un acierto y una fortuna empezar a rodar en aquella cita donde “empezaron a dotarse de estructura e intención política”. “Si hubiésemos empezado tres meses después no habríamos podido contar esta historia completa”, asegura aunque se echa en falta los momentos de creación.
El productor Jaume Roures explica que la idea era “retratar un fenómeno político diferente y nuevo. Lo que ha pasado con Podemos en este país no ha ocurrido nunca y la idea era retratarlo”. Contar los buenos y malos momentos. “Les propusimos contar la cocina del partido, no la mesa puesta y las conclusiones, sino cómo se debaten las ideas”, explica León de Aranoa. “No hubo ningún tipo de consulta con el partido, eso que quede claro”, dice Roures.
Sin condiciones
“El documental sirve para eso, para contar procesos como ese si tienes la suerte de que te dejen el acceso necesario para hacerlo bien y honestamente”, dice Fernando León sobre la complicidad con el partido. “Vieron la película ayer y la verdad es que prefiero que la opinión te la den ellos, pero la reacción fue buena. La película les gustó, sobre todo porque se encontraron con la película que les dijimos que íbamos a hacer. Les propusimos una película que registrara los buenos y malos momentos del partido y que para hacerlo necesitábamos mucha transparencia y que no nos limitaran el acceso. Cumplieron con su parte y nosotros hemos actuado con libertad. En ningún momento nos han impuesto nada”, cuenta el director.
La película se defiende sola. No hay más que verla para entender que está hecha con honestidad
La credibilidad era uno de los escollos, como el de cualquier documental. La película llega en el despegue de la campaña y producida por un empresario con vínculos con el partido. Roures aclara tajante: “Yo no financio a Podemos”. Y su director: “La película se defiende sola. No hay más que verla para entender que está hecha con honestidad. El contenido no regatea ni un sólo momento de crisis que han aparecido este año en los medios. Has debido ver pocos documentales políticos que muestren esto de esa manera. Te voy a decir más: no sólo en partidos, sino en empresas o en medios de comunicación, por ejemplo. No sé si hay muchos medios de comunicación que se dejaran someter a un escrutinio como éste. Ni siquiera yo mismo”.
¿El documental decidirá la intención de voto de los espectadores? “Yo creo que la campaña va a afectar más a la película de lo que la película afectará a la campaña”, responde Aranoa. “En el planteamiento de la película estaba hacer una historia. En la primera línea del documento que les hicimos llegar decía que no íbamos a hacer un documental de campaña. No habla del corto plazo. Si hay algún beneficio es por haber dejado un registro de un momento excepcional. No apara ahora, sino para la gente que venga dentro de diez o veinte años y quiera entender qué pasó en España en 2014”. Por eso dice que si esto es un manual, es para el espectador. Su compromiso, asegura, es con el espectador. “La película no está pensada para ser estrenada en campaña”.