La Academia de Cine necesitaba reposo. Desde que Antonio Resines anunciara su marcha, la institución ha vivido sus meses mas convulsos. Dimisiones en cadena, rumores de falta de unidad, voces críticas que pedían una reformulación de su estructura… así hasta que las elecciones ratificaron a la terna presidencial formada por Yvonne Blake, Mariano Barroso y Nora Navas. Una de las primeras medidas fue tajante, el cese de Porfirio Enríquez como Director General, uno de los pocos cargos con sueldo de la Academia y uno de los máximos responsables de su gestión diaria.
El nuevo equipo directivo llegaba con un lema: transparencia, pero en sus primeras intervenciones no apareció. No dieron detalles sobre si se había indemnizado a Enríquez o sobre las medidas que tomarían para frenar la crisis interna. Ahora, con los Goya a la vuelta de la esquina, su vicepresidente, Mariano Barroso -director de películas como Los lobos de Washington o Todas las mujeres-, atiende a EL ESPAÑOL en la sede de la Academia de Cine para hablar de todos estos asuntos y del estado del organismo que representa a los profesionales de nuestra industria.
¿Cómo ha sido este primer mes como vicepresidente de la Academia de Cine?
Intenso, esto es muy intenso, pero ya nos habían avisado. Es un mundo desconocido, porque aunque soy Académico desde hace 22 o 23 años, no sabes lo que hay por dentro, porque hay esa desvinculación profesional y emocional con la Academia, que eso es uno de los principales asuntos a resolver
¿Por qué crees que existe esa desvinculación?
Las causas no sé si tendrán que ver con el descreímiento de los españoles en general, que no creemos en nada, o con una cuestión de cómo somos la propia gente del cine, que estamos muy dispersos. Como somos francotiradores, eso hace que vivamos aislados unos de otros y como la industria es tan limitada hay muy pocas cosas que hacemos unidos.
La primera tarea es abrir la Academia. Que entre más gente para que la gente se pueda sentir identificada con esta institución
¿Qué fue lo primero con lo que os pusisteis, lo que era más urgente?
Tenemos unas palabras que son un poco como nuestro mantra: transparencia, apertura y hacer una Academia más activa. Es verdad que la gente se pregunta ¿qué me da la Academia para hacerme miembro? Y creemos que hay mucha gente que no es académica y que debería serlo. Cineastas importantes de todas las especialidades, y de mucho reconocimiento, pero también gente que está empezando, o estudiando cine y que no tienen ahora mismo esa vinculación. Así que esa primera tarea es abrir la Academia. Que entre más gente para que la gente se pueda sentir identificada con esta institución.
Antonio Resines definía el cargo como un marrón. ¿Lo es?
Yo no me lo tomo como un marrón, si me lo tomara así no estaría aquí. A mi no me gusta elegir marrones en mi vida. Es una tarea llena de cuestiones por resolver, pero uno está acostumbrado a levantar películas y te diría que es tan difícil como abrir la Academia. Lo vivo con ilusión, porque se pueden hacer cosas.
Los últimos presidentes dimitieron, ¿no le da miedo, tanto desgasta?
Lo hemos pensado, cómo no, pero también hemos pensado que de alguna forma todos deberíamos pasar por aquí e implicarnos o cerrar la Academia, pero eso no lo quiere nadie. Es como una comunidad de vecinos, yo nunca pensé implicarme aquí, y es un trabajo añadido, algo que todo el mundo ve como un marrón. Si algo representa al cine español es la Academia, y a mí me ha dado muchas cosas y creo que estamos obligados a pasar por aquí, deberíamos pasar todos.
Si algo representa al cine español es la Academia, y a mí me ha dado muchas cosas y creo que estamos obligados a pasar por aquí, deberíamos pasar todos
Siempre que alguien llega al poder habla de la herencia adquirida, ¿cuál es la vuestra?
Yo, por suerte, no he vivido los últimos tiempos tan convulsos. Lo he vivido por lo que habéis contado en la prensa y cuenta la gente. Lo que hay es una situación muy delicada económicamente y como concepto. Las inercias nos llevan a unas situaciones en las que resulta muy difícil cambiar el rumbo del transatlántico. La Academia empezó como un proyecto ilusionante para unir a los cineastas y ha acabado convirtiéndose en algo burocrático. Queremos ver cómo podemos reconducir esto y darle sentido.
¿Qué es lo mejor y lo peor que hizo Antonio Resines?
Lo mejor… el día a día de la Academia, que no se ve fuera y es difícil que se comunique. Sólo hacer que funcione esto es una hazaña. Sé que puso en marcha la fundación de la Academia, que es algo fundamental y todo el mundo lo aplaude. Los errores ya los conocéis vosotros, ¿no?
La Academia empezó como un proyecto ilusionante para unir a los cineastas y ha acabado convirtiéndose en algo burocrático. Queremos ver cómo podemos reconducir esto
Sí, pero como hay tal secretismo en torno a lo que ha ocurrido, me gustaría que opinara usted.
Parece que ha habido alguna gestión... que no es responsabilidad de Resines, pero por lo que se dice la Junta Directiva decidió prescindir del director General que había. Sinceramente, no lo sé ni me he querido enterar al detalle de cuál era la relación de Antonio y ese Director General. Supongo que por el volumen de trabajo hay muchas cosas que delegas en una persona, y supongo que él delegaba muchas en el Director General. Ese hombre acabó con la situación que ya conocéis, y que está pendiente los jueces.
Me imagino que aunque no estuviera en la Junta Directiva, como académico se le informa de estas cosas, ¿qué ocurrió con Porfirio Enríquez?
Hasta donde yo sé, que es lo que se ha hecho público en la Asamblea para los socios y es que parece ser que hubo irregularidades en la gestión. Los detalles concretos no los sé. Pero supuestamente, y quiero ser muy cuidadoso con esto, tomó decisiones sin que pasaran por la Junta Directiva. La Asamblea tiene una forma de funcionar que puede ser muy cuestionable, yo hay cosas que no comparto, pero es la que es. Una estructura en la que según la cual la junta tiene que aprobar todas las decisiones económicas, de inversión, o incluso a nivel de línea editorial. Parece ser que el último director general tomó esas decisiones sin tener en cuenta a la junta.
¿Se ha pagado ese despido?
Hasta donde yo sé, no. Creo que ha habido un despido que la junta consideraba procedente y que yo sepa no hay ninguna novedad.
Dice que hay que ser transparente, pero todo el rato me responde con: parece ser, hasta donde yo sé… ¿Se ha indemnizado a Porfirio Enríquez por el despido?
Que yo sepa no se ha pagado el despido, porque la junta lo considera procedente. Antes hubo un intento de conciliación y no hubo acuerdo. Me imagino que ahora él podrá recurrir o demandar y la Academia se defenderá.
Porfirio Enríquez tomó decisiones sin que pasaran por la Junta Directiva. Fue despedido y no se le indemnizó porque la Junta considera que fue un despido procedente
¿El nuevo director tendrá un perfil gestor o será alguien del mundo del cine?
Una de las decisiones que se ha tomado es que nadie de la Junta pueda ser Director General, porque eso ha dado lugar a situaciones extrañas. Se ha decidido que se haga a través de una empresa de headhunters o cazatalentos, está todo en la web de la Academia. Se busca a alguien que sepa gestión, que conozca el mundo del cine, que sepa tratar al personal, que tenga conocimientos de idiomas, que sepa de economía, pero yo creo que lo que más falta hace ahora mismo es que sea un gestor.
Antonio Resines habló de discrepancias con la Junta. ¿Estas discrepancias vinieron motivadas por esa gestión del director general o por un fallo en la composición de la misma?
Yo no estaba en la junta y he entrado ahora, pero la Junta está compuesta por 28 académicos más los tres de la presidencia, y hay todo tipo de personalidades. No es fácil lograr acuerdos ni conseguir apoyos...o sí, porque cada uno opina de una forma distinta. Hay gente que te convence o tú convences a alguien… y es una forma de funcionamiento que a veces puede entorpecer o ralentizar, pero no hay que olvidar que esto no es una empresa, es una asociación de personas que pagan una cuota al mes y que tienen sus representantes. Esta forma de funcionar tiene que ser por consenso y tiene que ser así, porque está en los estatutos.
¿No se plantea que cambie esa forma?
No hay nada concreto, se está hablando de que hay que revisar esos estatutos. Es un tema muy complejo porque hay dos representantes por cada especialidad… Hay personas que dicen que para hacerlo más operativo habría que dar más poder de decisión a ciertas personas como la presidencia o la comisión ejecutiva. Pero por otra parte los que estamos en esto no buscamos poder, no queremos poder de decisión. Yo no quier hacer nada que no quiera hacer la junta. Si tengo unas ideas y se nos rechazan de forma sistemática llegará un momento en el que no pintemos nada, pero hay una junta muy abierta y muy consciente de la situación de la Academia.
Si tengo unas ideas y se nos rechazan de forma sistemática llegará un momento en el que no pintemos nada, pero hay una junta muy abierta y muy consciente de la situación de la Academia
Ese bloqueo que comentó Resines, ¿de quién fue culpa?
No estaba en la junta, no es que no te quiera responder, es que sería un juicio de valor sobre algo que no he vivido. Yo entiendo a Antonio… aquí hay votaciones que quedan 13 a 12, y si las cosas que propones pierden siempre entiendo que uno pueda vivirlo como un bloqueo de la junta. La democracia tiene muchos problemas, por eso gana Trump, tiene estos inconvenientes.
Otro de los temas polémicos durante la anterior presidencia fue la creación de una Agrupación de Interés Económico (AIE) para los Goya. ¿Se usará de nuevo?
No en principio no se va a repetir. Lo que parece que pasó ahí es que fue una decisión tomada por parte del Director General, no sé hasta qué punto intervino Resines, sin contar con la Junta Directiva. Eso son decisiones muy gordas que según los estatutos tienen que pasar por la Junta.
¿Se han reunido o han tenido contactos con el Ministro o el Secretario de Estado de Cultura en esta nueva legislatura?
No, todavía no.
¿Cuáles son las prioridades para pedir?
Las cuestiones pendientes, una que se habla a gritos todos los días, que es el IVA disparatado que no sé si es de este ministerio o del de economía. Y luego la ley de mecenazgo y las ayudas al cine, pero no las subvenciones, sino una fiscalidad que sea favorable. Tenemos la peor fiscalidad de todo el mundo occidental y América Latina y el IVA más alto, duplicando la media de los países europeos que está en el 10%. Son cuestiones básicas pero que ralentizan la producción y condenan a tanta gente al desempleo.
Nos parece lamentable e inexplicable que un país no defienda su propio cine y su propio historia desde los órganos de administración
Este primer año de la reforma de la Ley del Cine hemos visto que sin una buena dotación económica se colapsa.
La dotación económica se deriva de la consideración que tu tengas al cine, si tu consideras que es una industria estratéica como nosotros entendemos, para un país y piensas que el cine hace mucho por un país, pues lo vas a apoyar, si tu consideras que es una cosa accesoria y que no merece más atención que el puro trámite y que merece reducir las ayudas el estado y las facilidades, pues se traduce en el raquitismo que vivimos. Es lamentable, hemos pasado ya la época de la reivindicación y de la exigencia, estamos en un laconismo, porque nos parece lamentable e inexplicable que un país no defienda su propio cine y su propio historia desde los órganos de administración.
¿A qué expresidente de la Academia le gustaría parecerse?
Yo soy admirador de la obra y del trabajo de José Luis Borau, con él no hubo tanta controversia, era respetado por todo el mundo, un hombre bueno y generoso que buscaba que las cosas se hicieran bien y que esto tuviera sentido. Aquí, como en cualquier sitio, te puedes hinchar a comer y soltar veneno, se trata de intentar ser parte de la solución, no de traer más problemas, y él en eso fue ejemplar.