‘Blade Runner’ y otras películas de ciencia ficción que cambiaron el cine
La película de Ridley Scott no fue la primera ni será la última en revolucionar la historia del séptimo arte.
8 octubre, 2017 00:25Noticias relacionadas
Este viernes se ha estrenado la secuela de Blade Runner. 35 años después de la original, Denis Villeneuve ha intentado estar a la altura de un clásico de la historia del cine que, en su momento, no fue bien acogido por la crítica. Fue el tiempo el que puso en su lugar este filme dirigido por Ridley Scott y basado en una novela de Philip K. Dick que se despegó de los clásicos del género para ofrecer una visión más filosófico y menos trepidante de un futuro que parecía lejano y que se parece demasiado a nuestro presente.
Tampoco la taquilla funcionó en su momento, aunque poco a poco los espectadores se vieron fascinados por una historia que apela a preguntas fundamentales, como qué es lo que nos hace humanos, y que revolucionó la ciencia ficción. No fue la primera, ni tampoco la última que lo hizo, estas son las otras Blade Runner de la historia del cine.
‘Viaje a la luna’ (George Méliès, 1902)
El cine todavía estaba aprendiendo a andar cuando George Méliès dejó a todos con la boca abierta gracias a su Viaje a la luna, basada en los relatos de Julio Verne y H.G. Wells y que se convirtió en la primera película de ciencia ficción de la historia y en la demostración de que el cine era un arte en el que el límite lo ponía la imaginación.
Una de las películas más influyentes de la historia del cine, un clásico y creador de imágenes que a día de hoy todavía quedan en la retina, como esa luna a la que un cohete se le clava en el ojo. Sin Viaje a la luna no habría Blade Runner.
‘Metrópolis’ (Fritz Lang, 1927)
Cuando el cine imaginaba futuros llenos de inventos y fantasía, el expresionismo alemán nos devolvió a la realidad. Fritz Lang se metió de lleno en la ciencia ficción con Metrópolis, e hizo lo que mejor hace el género, usar universos alternativos para hablar de nosotros, de nuestro presente. Una distopía con la lucha de clases -tema que recuperó Blade Runner- y la opresión a los pobres como temas fuertes. Cine social, imaginativo y actual en una de las pocas películas consideradas Memoria del Mundo por la Unesco.
‘2001: Una odisea en el espacio’ (Stanley Kubrick, 1968)
Da igual el género que tocara Stanley Kubrick, él lo revolucionaba. Aquí usa como base una novela de Arthur C. Clarke para realizar un filme de ciencia ficción que cambió el género. Primero por su imponente estética y su uso de los efectos visuales. Habrá gente que no haya visto 2001, pero todo el mundo ha disfrutado de su maravillosa escena inicial con el Así habló Zaratustra de Strauss y la evolución de la humanidad en un plano que funde un hueso lanzado por un simio con una nave espacial.
Si a eso le unes sus miles de reflexiones filosóficas sobre el hombre, la ciencia, la inteligencia artificial y hasta la vida extraterrestre, queda una obra cumbre del cine que sigue siendo revolucionaria actualmente.
‘El planeta de los simios’ (Franklin J. Schafner, 1968)
Y el mismo año llegaba otra película que dejó al mundo con la boca abierta. Si todos hablaban de la escena inicial de 2001: una odisea en el espacio, también lo hacían del final de El planeta de los simios, uno de los giros más sorprendentes y redondos de la historia del cine.
Schaffner, con la ayuda de una novela de Pierre Boulle comenzó una saga que vivió secuelas, remakes, reboots, y hasta serie de televisión. En apariencia inofensiva, El planeta de los simios contenía una reflexión sobre la deshumanización del hombre y su camino a a la autodestrucción que la han mantenido viva todos estos años.
‘Encuentros en la tercera fase’ (1977)
La película que lanzó a Steven Spielberg a la fama (y a los Oscar, donde la película logró ocho nominaciones). Hablar de ciencia ficción es hacerlo del realizador que más tarde nos entregó obreas como E.T., Minority Report o Inteligencia Artificial -realizando el proyecto soñado de su amigo Kubrick-. Un canto al entendimiento y una de las pocas veces que Spielberg ha escrito su propio guion.
Una película que ha dado fotogramas inolvidables, como la llegada de la nave espacial, y varios de los acordes musicales más emblemáticos de la historia del cine. Por si fuera poco hasta Truffaut se prestó a salir de actor en el filme.
‘La guerra de las galaxias’ (George Lucas, 1977)
La primera pregunta sería si La guerra de las galaxias es una película de ciencia ficción. Está claro que tiene naves espaciales y se desarrolla en planetas imaginarios, pero su estilo se parece más al western que a los clásicos del género. Una space ópera como la definió su creador, que también reconoce la influencia de Kurosawa en la historia.
Si aceptamos La guerra de las galaxias como ciencia ficción entonces tiene que entrar en todas las listas posibles, porque su legado es tan importante que todas las generaciones se han visto sumergidas en su mundo y cautivados por personajes como Han Solo o villanos como Darth Vader.
‘Matrix’ (Lana y Lilly Wachowski, 1999)
Cuando parecía que la ciencia ficción se estancaba llegaron las hermanas Wachowski y dejaron a los espectadores con la cabeza del revés. Primero por plantear una pregunta aterradora, ¿y si el mundo que conocemos es sólo un sueño, parte de un programa de ordenador para escapar de un mundo asolado por las máquinas? Segundo por su apuesta estética. Matrix es, en ese sentido, la película más influyente de las últimas décadas. Sus peleas a cámara lenta, sus travellings circulares, su detención del tiempo… hasta la ropa de cuero se volvió a poner de moda.
‘Hijos de los hombres’ (Alfonso Cuarón, 2006)
Han sido los años los que han colocado la obra maestra de Alfonso Cuarón en el lugar que le corresponde. Hijos de los hombres es la película que mejor habla de nuestro presente. Sus imágenes, que supuestamente representan un futuro en el que la humanidad ha dejado de tener hijos, son tan reales y tan actuales que asustan. Los refugiados, la destrucción de las clases trabajadoras, un mundo paranoico… todo está en una película destinada a convertirse en un clásico de la ciencia ficción.