En los pasados Premios Feroz, un gran número de chistes de Julián López se centraron en el poco éxito comercial de las películas nominadas. “El autor tiene ocho nominaciones, una por cada espectador que pagó por verla”, dijo el presentador entre las risas de los asistentes y los cuchicheos de los que se sintieron ofendidos por sus bromas.
Con ironía y mala leche, López ponía de manifiesto algo que se ha repetido en las finalistas a los Goya que se entregan mañana. Las películas que le han gustado a la gente no son las que han gustado a la crítica y a los académicos. Este año no hay ninguna de las nominadas al premio gordo que haya pasado del millón de espectadores en taquilla. La más exitosa ha sido Verónica, que ha superado los 600.000 espectadores y los 3,5 millones de euros.
Por detrás quedan los 2,4 millones de La librería (388.629 espectadores), el sorprendente millón de euros de Verano 1993, los 531.249 euros de Handía y cerrando el quinteto de filmes nominados El autor: 699.718 euros y poco más de 100.000 espectadores. Todas han triunfado en festivales internacionales. La librería irá a Berlín, donde inició su brillante trayectoria Verano 1993 el año pasado. El autor ganó en Toronto y Handía se llevó el premio especial del jurado. Menciones insuficientes para atraer al gran público.
En el otro lado de la balanza están los grandes éxitos del cine español del año. Perfectos desconocidos, de Álex de la Iglesia, ya roza los 19 millones de euros y más de 3,5 millones de espectadores acumulados. Tuvo buenas críticas, pero la Academia no se acordó de ella: 0 nominaciones. En este caso la estrategia de estrenar en diciembre penalizó a un filme que de haber llegado antes hubiera tenido más presencia. La segunda película que más dinero ha hecho este año, Tadeo Jones 2, se conforma con la mención en la categoría de largo animado. La primera parte logró menciones en otras cuatro categorías. Los éxitos de Antena 3 tampoco han entrado en las nominaciones. Toc Toc y Señor dame paciencia han sido completamente ignoradas, algo más esperado por el mal recibimiento por parte de la crítica.
Esta separación entre público y premios viene provocada por la ausencia de Telecino y Antena 3 entre los finalistas. Ninguna de las candidatas al premio al Mejor filme ha sido producido por una cadena privada. Todas han recibido la ayuda de TVE, lo que implica una menor promoción y presencia mediática, y por tanto una dificultad mayor para llegar a ese millón de espectadores que para estos cinco filmes es una meta casi impensable.
Todo lo contrario a lo que ocurrió el año anterior, cuando la película más taquillera del año fue también la que acumuló más premios Goya, aunque perdiera finalmente el de mejor filme. Un monstruo viene a verme amasó más de 26 millones de euros de recaudación y la Academia también se rindió a sus pies. Tampoco le fue mal a otras dos nominadas, ya que Julieta y El hombre de las mil caras superaron los dos millones -cifra menor de la esperada- y superaron a la que finalmente fue la ganadora, Tarde para la ira.
Esta distancia entre público y premios ocurre periódicamente, de hecho este año no ha sido el peor para la taquilla, ya que han superado (por poco) las cifras de 2016, cuando la más taquillera fue Truman con 3,5 millones. También aquel fatídico 2014, en el que La herida, La gran familia española, Vivir es fácil con los ojos cerrados, Caníbal y 15 años y un día se estrellaron todas en taquilla.
A las nominadas de este año les queda todavía el empujon que supondrán los premios para rascar algo más en su explotación en salas tradicionales, aunque casi todas están ya en plataformas online o a punto de llegar a ellas, una segunda vida para descubrir una gran cosecha de cine que, por desgracia, no ha llegado a la gente. La prueba de que sin promoción nuestras películas tienen una carrera demasiado difícil por delante.