La cineasta de Hitler vuelve a Berlín en cajas de cartón
El legado material de la cineasta Leni Riefenstahl viaja hasta Berlín en 700 cajas, gracias a una donación. La memoria de la artista al servicio del III Reich regresa a su casa.
22 febrero, 2018 01:42Noticias relacionadas
Leni Riefenstahl fue la directora de “cine más moderna”. Así lo ha dejado dicho el célebre cineasta estadounidense George Lucas. Riefenstahl brilló en su día como ninguna otra estrella del espectáculo de la Alemania nazi. De aquella oscura etapa de la historia germana – y europea – datan sus obras propagandísticas más emblemáticas. Entre ellas destacan las películas 'La victoria de la fe' (1933), 'El triunfo de la voluntad' (1934), '¡Día de la Libertad! : nuestras fuerzas armadas' (1935) y, por supuesto, 'Olympia' (1936).
Su arte estuvo al servicio del nazismo, con Adolf Hitler en primer término. Se sabe que Riefenstahl despachó en numerosas ocasiones con el Führer, circunstancia que contribuye a que esta cineasta siempre fuera y siga siendo sinónimo de discusión y debate. Esto es precisamente lo que prometen en la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano tras recibir en sus instalaciones de Berlín no menos de 700 cajas de cartón con lo que queda por descubrir del legado de Riefenstahl.
Varios millones de euros
Dentro de esas cajas hay documentos de todo tipo, desde material cinematográfico y fotografías hasta abundantes escritos, diarios personales y correspondencias. La colección, que documenta la vida y obra de la célebre cineasta, podría incluir material inédito. Está valorada en varios millones de euros. Pero quienes cuidan de ella todavía no saben con certeza cuántos.
“No sólo recibimos un trabajo estéticamente revolucionario, sino también una responsabilidad especial en el análisis crítico de esta persona tan controvertida en la historia contemporánea”, ha dicho Hermann Parzinger, el presidente de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano, institución pública responsable de varios museos, bibliotecas y archivos de Berlín.
Reparto de memoria
Todas esas instituciones culturales van a necesitar “varios años para analizar toda la colección”, explica a EL ESPAÑOL Lutger Derenthal, responsable de la colección del Museo para la Fotografía, uno de los centros de la fundación que preside Parzinger. “Por ejemplo, todo lo que está escrito irá al archivo de escrito de la Biblioteca Estatal de Berlín, mientras que nosotros nos vamos a ocupar del material fotográfico”, añade.
No sólo recibimos un trabajo estéticamente revolucionario, sino también una responsabilidad especial en el análisis crítico de esta persona tan controvertida en la historia
La Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano hacía público a principios de esta semana haberse beneficiado de la donación de las cajas que resumen la existencia Riefenstahl. Son un regalo de la que fuera secretaria y única heredera de la cineasta, Gisela Jahn. Ésta había recibido todo este material como herencia tras la muerte en diciembre de 2016 del cámara Horst Kettner, marido de Leni Riefenstahl. Ella le sacaba a su compañero sentimental 42 años de edad.
Historia de cine
Riefenstahl falleció en 2003 al poco de cumplir 101 años en Pöcking, en el Land de Baviera (sur germano). Nació en Berlín, de ahí que Jahn pensara en la capital germana como lugar donde preservar los documentos que hasta hace poco estaban en la casa de los Riefenstahl, a orillas del Lago Starnberg, no lejos de Múnich.
Con permiso de la Berlinale, que comenzaba este jueves, todos los ojos del Berlín cultural miran a la fundación de Parzinger. La variedad del material regalado es tal que alimenta no pocas expectativas en otros museos y pinacotecas. La más relevante probablemente sea la Cinemateca Alemana, que va a estar implicada en los inminentes trabajos de análisis y preservación de buena parte de los documentos donados. Entre otras cosas, porque el tesoro que ha recibido la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano está compuesto por relevante material cinematográfico.
Al poco de anunciarse el gesto de Gisela Jahn, se escuchaba recalcar a Rainer Rother, director de la Cinemateca Alemana, que Riefenstahl había aportado un “trabajo estético indiscutible” a las artes. Rother es un buen conocedor de la obra de Riefenstahl. Publicó en 2000 una biografía de la cineasta, Leni Riefenstahl: Die Verführung des Talents (Ed. Henschel, 2000) o “Leni Riefenstahl: La seducción de un talento”. Otros biógrafos, sin dejar de reconocer el talento estético de la artista, le reprochan a menudo la ética – o falta de ella – que acompañó una carrera marcada por su trabajo al servicio del III Reich.
Un tesoro en un almacén
“No tenemos una detallada visión de conjunto, porque aún es temprano, pero hemos visto, por ahora, hojas de contactos de fotografías de la película 'Olympia', y así hasta su último trabajo, el documental 'Impresiones bajo e agua' (2003)”, apunta Derenthal desde el Museo de la Fotografía de Berlín. Él es una de las personas que ha seguido de cerca la larga cesión del material, que empezó en noviembre del año pasado con el traslado de las cajas. El proceso concluyó la semana pasada con la firma de los pertinentes contratos. Todo este material, según señalan sus cautos responsables, se encuentra actualmente en almacén de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano en los alrededores de Berlín.
Derenthal y compañía no esperan que haya mucho trabajo artístico inédito en esas 700 cajas de cartón, pero no lo descartan. “Todavía no sabemos qué se ha hecho público y qué se ha mantenido oculto en este legado”, abunda el responsable del Museo de la Fotografía de Berlín. De lo que no hay duda es de que este tesoro permitirá conocer mejor a una Leni Riefenstahl cuya existencia siempre estuvo asociada a la propaganda nazi.
¿Perdonar?
“El trabajo de Riefenstahl siempre ha estado vinculado al nacionalsocialismo, el material que tenemos ahora, esperemos, puede ofrecer una vía para entender los mecanismos que le hicieron tomar las decisiones que tomó”, comenta Derenthal. “Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, los hay en Alemania que se preguntan qué motivos pudo tener para hacer lo que hizo. La información que ahora tenemos tal vez abra perspectivas nuevas”, agrega.
El material que tenemos ahora, esperemos, puede ofrecer una vía para entender los mecanismos que le hicieron tomar las decisiones que tomó
Vencido el III Reich, la filmografía de Riefenstahl sólo muestra dos largometrajes. Uno es Tiefland, una adaptación de la Terra baixa, obra del escritor y dramaturgo catalán Ángel Guimerá. Riefenstahl la rodó en los años 40 aunque la presentó al público en 1953. El otro largometraje, estrenado medio siglo después, es 'Impresiones bajo el agua', un documental sobre la vida marina a la Jaques Custeau. En realidad, tras la Segunda Guerra Mundial, Riefenstahl se forjó una carrera de prestigio en la fotografía.
No vio los crímenes nazis
Riefenstahl siempre mantuvo que sus obras al servicio de la Alemania del Führer eran apolíticas, obras de arte que mantenían su integridad más allá de lo que en ellas aparecía. Por cómo rodaba, se dice que en sus películas 10.000 nazis desfilando parecían ser 20.000, o más. Sin duda, este talento contribuyó a ganarse la atención del mismísimo Hitler y los favores de la maquinaria del partido, incluidos los del poderoso propagandista Joseph Goebels.
La propia Riefenstahl reconoció en su día que desmitifico “demasiado tarde” al Führer y su funesto proyecto imperialista. Ella defendió que nunca pudo imaginar a Hitler y compañía tramando y ejecutando el Holocausto, el asesinato de seis millones de europeos de cultura hebrea. Al parecer, ser una estrella en su día le impidió ver según qué cosas del nazismo. El tesoro de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano permitirá saber más sobre este caso de ceguera.