Anatomía de 'Un héroe', la película con la que Ashgar Farhadi se atrevió a señalar al régimen iraní
En la última edición de la Seminci de Valladolid hablamos con Amir Jadidi, protagonista de la película más controvertida en la carrera del director de 'Nader y Simin, una separación'.
4 marzo, 2022 11:42Noticias relacionadas
Hacer cine en Irán es una actividad de riesgo. Directores como Jafar Panahi y Mohammad Rasoulof han sido víctimas de penas de cárcel y arrestos domiciliarios por criticar abiertamente al régimen iraní. Durante años, el más internacional de todos sus directores, Asghar Farhadi, evitó pronunciarse en público sobre política e insistió en que fuera su cine el que hablara por él y su visión del mundo. Con Un héroe, su último trabajo, el cineasta denuncia la hipocresía de una parte de la sociedad de su país y la corrupción de instituciones como el régimen de prisiones. Tras ganar el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes y rozar la nominación al Oscar, su nuevo trabajo llega hoy a los cines españoles.
Un héroe es la historia de Rahim, un hombre que está en prisión por una deuda que no pudo pagar. Durante un permiso de dos días, intenta convencer a su acreedor para que retire su denuncia contra el pago de parte de la suma. Pero las cosas no salen según lo planeado y acaba en una situación aún más complicada y gris moralmente mientras la opinión pública y las autoridades deciden qué hacer con él.
Durante su visita a la Seminci de Valladolid, SERIES & MÁS habló con Amir Jadidi, el encargado de dar vida a un personaje protagonista que no es ni el héroe ni el villano de su propia historia. Quizás la palabra más indicada sea víctima, tanto de sus impulsos como de los deseos aparentemente irrefrenables de una sociedad iraní deseosa de elevar a sus ciudadanos… o de hundirlos cuando no se comportan a la altura de sus injustos estándares. “En la sociedad cuando se eleva a alguien siempre hay gente que aparece y por celos o lo que sea intenta derribarte. Eso es una parte nuestra cultura y nuestra política en Irán, aunque quiero pensar que no es algo que solo ocurre aquí”.
Para el actor, son esos grises morales los que quería retratar el cineasta. “El espectador puede ver a Rahim como una persona débil porque podía haber hecho algo ventajoso para él y decidió no hacerlo. También puede creer que es una buena persona porque ha dejado pasar una oportunidad de alcanzar su libertad por culpa de una conciencia que no le hubiera permitido dormir por la noche. Farhadi ha puesto una línea muy fina entre las diferentes interpretaciones para que cada uno pueda llegar a su conclusión”.
“Lo que se pretende demostrar al público en esta película es que juzgar no es algo bueno. Hay un dicho en Irán que dice si tú equivocadamente juzgas a alguien, no te vas a morir hasta que a ti te pase justo lo que has denunciado injustamente para que aprendas lo equivocado que estabas”, explica el actor. “El ser humano debería ser más cauteloso a la hora de emitir juicios. Aunque lo hayamos leído o escuchado por terceros, si no lo has visto… no deberíamos ponernos en lo peor sin plantearnos qué habríamos hecho nosotros en esas circunstancias”.
Jadidi está más cómodo hablando de su personaje, de la moraleja de su historia o del arduo proceso de ensayos que implantó durante meses su director antes de rodar una sola escena que del trasfondo político de una película que se muestra crítica con la sociedad de su país. En más de una ocasión el intérprete de 37 años empieza sus respuestas aludiendo que determinadas preguntas deberían ser respondidas por el propio Farhadi, especialmente aquellas que afectan a la dimensión política de la novena película del iraní.
Detrás de otro de esos thrillers laberínticos marca de la casa, Un héroe esconde una serie de críticas que han convertido a la película en la obra más polémica en la carrera del director. El pasado noviembre el director causó sensación entre seguidores y detractores tras publicar un comunicado en Instagram en el que ponía tierra de por medio en su supuesta relación con el régimen iraní. Farhadi afirmó estar “harto” de las sugerencias de los medios de comunicación iraníes de que simpatizaba con la línea más dura de su gobierno. “¿Cómo puede alguien asociarme con un gobierno cuyos medios extremistas no han escatimado esfuerzos para destruirme, marginarme y estigmatizarme?”, se preguntaba en la frase más demoledora de un director que había sido criticado en el Festival de Cannes por ser demasiado tímido con las altas esferas de Irán.
Días antes de publicar su controvertido mensaje, Un héroe había sido elegida para representar a su país en la categoría de Mejor Película Internacional de los premios de la Academia de Hollywood. “Si su decisión de postular mi película para el Oscar los ha llevado a la conclusión de que estoy en deuda con ustedes, declaro explícitamente en este momento que no tengo ningún problema en que reviertan esta decisión”. Las autoridades iraníes dejaron pasar (al menos por ahora) sus palabras. Recientemente el cineasta contextualizaba sus palabras en una entrevista con Europa Press. “Para entender bien el comunicado que subí en Instagram hay que tener conocimiento sobre la complejidad de la sociedad iraní. Este comunicado era una reacción a las palabras de una persona vinculada con el Estado y sentía que tenía que responder a sus declaraciones. Para simplificarlo, soy un cineasta y hago lo que creo”.
A pesar de que Un héroe acabó quedándose a las puertas de la nominación después de haber pasado el primer corte, los Oscar han sido claves para consagrar a Farhadi como uno de los autores internacionales más importantes y buscados por los festivales de clase A en la última década. Tras ganar el Oso de Oro del Festival de Berlín y el premio de la Academia por Nader y Simin, una separación, el cineasta asiático se convirtió con su siguiente película en un símbolo de la resistencia y la dignidad en respuesta a las racistas medidas de Donald Trump contra Oriente Medio.
El viajante le dio su segunda estatuilla, pero Farhadi se negó a viajar y recoger el premio en persona. Si sus compatriotas no podían entrar en Estados Unidos, él tampoco lo haría. Según Jadidi, “se valoró mucho en Irán que él tomara la decisión de no abandonar a su país y quedarse a su país. El pueblo se enamoró aún más de él todavía”. Solo queda esperar que después de atreverse a meter el dedo en la llaga con su última película, el público siga estando de su lado.
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