Jonás Trueba y Eduardo Casanova dan nuevas alegrías al cine español en el Festival de Karlovy Vary

2022 está siendo el año de la recuperación del cine español lejos de nuestras fronteras. El Festival de Karlovy Vary suma un nuevo capítulo para una industria que este año ya ha sido reconocido en los Oscar (con cuatro nominaciones y una estatuilla para Alberto Mielgo y Leo Sánchez), el Festival de Berlín y ahora en el certamen checo. Tenéis que venir a verla, de Jonás Trueba, se ha llevado el Premio Especial del jurado en la Sección Oficial, mientras que La piedad, de Eduardo Casanova, ha recibido el mismo premio en la Sección Próxima. 

Ya avisamos en nuestro repaso a las mejores películas del mes de junio. "Con su último trabajo, Tenéis que venir a verla no convencerá a los escépticos. Tampoco lo necesita: estamos ante una de las voces más personales, libres y auténticas (incluso cuando tontea con lo pedante, la etiqueta que le ha acompañado desde su debut) del cine español. Muy pocos se atreverían a acabar y empezar una película como lo hace Jonás en esta historia de cuatro viejos amigos que escuchan música, hablan, leen, comen, pasean y juegan al ping-pong mientras, sin darse cuenta, hablan de lo que nos está pasando hoy como sociedad".

Es la segunda vez que Jonás Trueba sale de Karlovy Vary con premio. En 2019, La virgen de agosto inició en la ciudad checa su recorrido triunfal por toda Europa (culminado con una nominación en los César, los Goya del cine francés) con una Mención Especial del Jurado y el premio Fipresci de la crítica internacional. 

El otro director español que sale reforzado del festival es Eduardo Casanova, un cineasta que concursó con su segunda película detrás de las cámaras en una nueva sección paralela abierta a películas de todo el mundo y orientada a realizadores noveles o conocidos en busca de una nueva definición de su arte.

Manel Llunell y la eterna Ángela Molina interpretan a una madre y a un hijo que son uña y carne, para bien y para mal. Mateo vive con su madre Libertad en un mundo color de rosa: un microcosmos que tiene precisamente dos habitantes, madre e hijo. Todo cambia cuando un día a Mateo le diagnostican cáncer. La piedad no tiene todavía fecha de estreno en los cines españoles. 

En lo que llevamos de año, el cine español ha estado presente en todos los grandes eventos del calendario: Cerdita, de Carlota Pereda, fue seleccionada en Sundance. Alcarràs se llevó el Oso de Oro de la Berlinale, donde Cinco lobitos participó en las secciones paralelas. Albert Serra fue seleccionado por primera vez en la competición de Cannes con Pacifiction, mientras que Rodrigo Sorogoyen y Elena López Riera presentaron sus nuevos trabajos en Cannes Premieres y la Quincena de Realizadores, respectivamente. Alberto Vázquez conquistó a la crítica en Annecy con Unicorn Wars. Matadero, de Santiago Fillol, se verá en Locarno. Solo falta que se confirmen presencias españolas en Toronto y Venecia para completar un año extraordinario. 

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