Las mayores diferencias entre 'La sirenita' de Disney y el cuento de Hans Christian Andersen
Disney introdujo ciertos cambios para hacer de la obra trágica del escritor una historia apta para todos los públicos.
28 mayo, 2023 00:50Disney sigue intentando sacar oro de sus grandes clásicos de animación. Después de traer de vuelta a algunos de los personajes más icónicos, le llega el turno a La sirenita, que regresa a la gran pantalla dispuesta a reescribir su historia con el remake de acción real, que acaba de estrenarse en cines.
En esta ocasión Ariel celebrará un reencuentro a lo grande, incorporando ciertos cambios que actualizan la historia original de animación para revitalizarla en la era actual. La nueva versión del cuento que protagoniza Halle Bailey sigue a una sirena que por fin tiene la autodeterminación suficiente para cumplir unos objetivos propios y que van más allá de vivir una historia de amor verdadero con un príncipe.
Sin embargo, la historia de la joven con cola de pez existía mucho antes de que naciera Walt Disney y de que su compañía se convirtiera en lo que es hoy en día. En 1837, Hans Christian Andersen publicó su obra más revolucionaria, sobre una sirena que se enamora de un príncipe humano.
Se titulaba La sirenita, pero era muy diferente al relato que nos ha llegado a través de los largometrajes de Disney. Y de hecho, era igual -o más oscuro- que las primeras imágenes del remake que se publicaron.
Disney reescribió el cuento
Aunque la película de Disney se basa en la historia de Andersen y se titula igual, en realidad son muy diferentes. Al igual que ha ocurrido con otras películas, Disney prefirió reescribir el cuento de hadas, eliminando la mayor cantidad de drama posible y dulcificándola para dirigirse a los más pequeños.
Esto implicó borrar gran parte de la base y también el desenlace, que era mucho más trágico para Ariel y Eric. Fueron cambios mucho más significativos que el que haría Disney años después al elegir a la actriz del remake, y también tuvieron una mejor acogida inicial.
A pesar de ellos, es sencillo reconocer el lugar de origen de la historia y gracias a que se introdujeron la película llegó a un público más amplio. Especialmente por el encanto que despiertan los animales que cantan y bailan.
Otros ajustes
Además de aportarle algo más de luz al cuento, Disney también introdujo otras modificaciones, intercambiando a unos personajes por otros. En el cuento original no aparecen ni Flounder ni Sebastián, y de hecho, las amigas de Ariel son sus hermanas mayores.
Pero el hecho de que ahora sus acompañantes sean criaturas marinas le aporta cierta magia y una sensación mucho más positiva que se queda con la audiencia después de ver la película.
Por otro lado, en la versión de Andersen, a todas las hermanas les fascina el mundo de la superficie y pueden visitarlo después de cumplir quince años. Y haber cambiado esto no sólo transforma el relato, sino que posiciona a Ariel como protagonista y le da un propósito único antes de conocer a Eric.
Y finalmente, otra de las grandes diferencias que se aprecian con respecto a la obra en la que se basa tiene que ver con el concepto del alma. Ariel ama al príncipe, pero en realidad quiere casarse con él para poder tener un alma humana, algo de lo que las sirenas carecen.
Todas viven una vida larga, pero su final es muy triste y acaban disolviéndose entre la espuma del mar, en lugar de ser inmortales. Por ello, Disney optó por apartar esta idea e incluyó una fórmula mucho más sencilla de comprender para la audiencia infantil -contando que Ariel tiene tres días para cumplir el objetivo-.
Dulcificando historias
Es cierto que Disney suele convertir los cuentos de hadas en películas para todo tipo de públicos, pero teniendo en cuenta un punto de partida como la obra de Andersen, el caso de La sirenita precisaba de un trabajo extra.
La versión del escritor danés destaca cómo se lleva a cabo el proceso físico de la transformación de Ariel, narrándolo como algo doloroso y casi traumático para ella. La protagonista acepta el daño que le está provocando y sabe que nunca podrá regresar al mar, tanto si se casa como si no lo hace. Sabe que puede morir si su príncipe escoge a otra persona, pero lo termina asumiendo.
En lugar de esto, Disney decidió dejar que Ariel siempre creyera que volvería a casa, incluso si no consiguiera su objetivo al final. Aunque el dolor de la protagonista pueda hacer que el relato sea más interesante, también lo vuelve más dramático, y modificar esto fue una de las decisiones más sencillas que se tomaron en favor de acercar el relato a todo el mundo.
La sirena pierde más que la voz
Otra de las partes más reconocibles de la historia es aquella en la que la sirena renuncia a su voz para poder tener piernas. Y esto es algo que Andersen también describió de diferente manera en la obra. En la película, Úrsula usa la magia para extraer la voz de la garganta de Ariel, pero en el cuento la versión es mucho más radical y la villana decide cortarle la lengua.
Además de esto -y por si fuera poco-, cuando Ariel llega a tierra firme, se entera de que el príncipe Eric está enamorado de otra persona, creyendo que fue quien le salvó de ahogarse, aunque fue Ariel quien lo hizo.
Eric termina casándose con dicha mujer y a la sirena se le acaban las oportunidades antes de enfrentarse a un trágico destino como la muerte. Si mata al príncipe en su noche de bodas, la sirena vivirá y su sangre la devolverá a su forma original. Pero es incapaz y termina aceptando su muerte, disolviéndose en la espuma del mar.
Por eso, Disney reescribió esta parte, permitiendo que Ariel y Eric se casen y vivan una vida feliz juntos, y transformando la tragedia original en una historia de amor con un final mucho más satisfactorio y apropiado para los niños.