"No importa nada más, solo tú y yo". Jaime Lannister, en un plan articulado por Tyrion que ya desde su preparación resultaba demasiado idílico, acude a la Fortaleza Roja para salvar a su hermana y amor, Cersei. La inminencia de la muerte revela la cara más débil y humana de la reina, cuyo único deseo es seguir viva y dar a luz al hijo de ambos. Pero los dos sucumben a la destrucción de Desembarco del Rey, encerrados y sepultados en la cripta bloqueada, en una escena deliciosa. Si bien muchos eran los que aguardaban una muerte más cruel para Cersei, Jaime cumple aquello que le dijo a Bronn en temporadas pasadas de que quería morir en los brazos de la mujer que amaba. Y ante este final desconcierta el affaire que el Matarreyes mantuvo el pasado capítulo con Brienne de Tarth. ¿No pueden un hombre y una mujer ser amigos?