En los últimos años hemos estado tan pendientes de Juego de Tronos que por el camino hemos dejado escapar muchas joyas. Una de ellas se llama Succession y es la joya de la corona de HBO. Es más, creo que es la mejor serie que ha tenido en años y, sin duda, la mejor que tienen actualmente en emisión. Una ficción, creada por Jesse Armstrong, que ha ido subiendo poco a poco hasta llegar a una segunda temporada brillante que seguramente arrase en los próximos Emmy.
Succession es un drama con ecos de Shakespeare pero ambientado en el mundo de las finanzas de la actualidad. Una familia dirigida por un patriarca 'hecho a sí mismo' que ha levantado un emporio empresarial en el que hay medios de comunicación y hasta parques de atracciones. Una familia que se ha educado en valores como la venganza, la avaricia y la competitividad extrema. "No eres un asesino", le dice un padre a un hijo para argumentar por qué no puede ser su heredero.
Porque en el fondo sus tres hijos quieren 'matar' al padre y convertirse en él. Desde la hija que al principio quiere escapar de la sombra de su familia al joven descarriado. Son una élite, ese 1% de ricos que miran el resto del mundo desde su torre de cristal. Y por encima de todos ellos Brian Cox, que ya ganó el Globo de Oro por este papel capaz de poner los pelos de punta con sólo un gesto. Una joya.