Anna R. Costa (‘Fácil’): "Que Cristina Morales se meta lo de nazi por donde le quepa, así de claro lo digo"
El Festival de San Sebastián estrena hoy la primera serie en solitario de Anna R. Costa, cocreadora de 'Arde Madrid'. Hablamos con ella de su esperada adaptación de 'Lectura fácil'.
20 septiembre, 2022 10:55Solo faltan unas horas para que Anna R. Costa comparta por fin con el público la adaptación de una obra, en sus propias palabras, "inadaptable". En su primera serie en solitario, la granadina ha llevado a la pantalla la radical Lectura facil de Cristina Morales, una obra centrada en cuatro mujeres con diversidad funcional que quieren vivir juntas y ser libres en las calles de Barcelona. Antes de su estreno en Movistar Plus+ el 1 de diciembre, el Festival de San Sebastián es la casilla de salida de Fácil, una de las series del año.
La directora y guionista siente que hacer esta serie le ha ensanchado el alma y la mente, y ahora espera que sea la audiencia la que disfrute, aprenda y emocione con el viaje de Nati, Patri, Marga y Angels, un grupo de jóvenes mujeres que quieren hacer las cosas bien, aunque no sepan cómo hacerlo.
Costa no toma rehenes en su primer gran proyecto desde que estrenara junto a su ya ex y padre de su hija, Paco León, la aclamada Arde Madrid. Durante su reveladora y honesta conversación con SERIES & MÁS, explica su decisión de contar con un reparto formado mayoritariamente por actrices neurotípicas (aviso: nunca volverás a mirar con los mismos ojos a Natalia de Molina) y planta cara a las acusaciones de que Fácil es una serie nazi, tal y como apuntó Cristina Morales en una controvertida columna este verano.
¿Qué provocó en ti el texto original de Cristina Morales para plantearte hacer una adaptación?
Sobre todo inspiración. Más que tener ganas de hacer una adaptación, que nunca fue la intención, me inspiró y me creó un montón de preguntas. Empecé a preguntarme cómo debe ser el universo de estas personas, cómo se mueven, cómo viven, cómo reprimen sus deseos, cómo se gestionan. Me creó tal cantidad de preguntas que me dio ganas de empezar a investigar. Cuando me pasa eso, que también me sucedió en Arde Madrid, es que ya está vivo y tengo que ir por ahí.
Esta es una historia sobre la libertad de las mujeres de ser libres. Para ti este es tu primer proyecto como artista total. ¿Te identificaste de alguna forma con la historia de estas mujeres?
Yo soy emigrante. Yo nací en Granada y toda mi familia fue a vivir a Cataluña. De algún modo ese proceso de integración, yo también lo tuve que hacer. Mi proceso fue amable, fue consciente, fue educativo. Fue todo positivo. El de ellas es durísimo. Primero, porque no tienen el control y porque el poco control que tienen podría ser el de sus deseos, pero por ahí no se pueden mover, porque sus deseos están tutelados. Me sentí identificada con ellas en ese sentido, en lo que supone un proceso de integración y en lo que hubiese supuesto que yo, por ejemplo, no me hubiese podido integrar y me hubiese quedado en los márgenes de la sociedad.
Desde el principio que se anunció el proyecto, hablabas de que te parecía una novela inadaptable. Una vez te lanzas a ello, ¿cómo es el proceso de intentar adaptarla a tu manera?
La novela eran cuatro monólogos. Los personajes no interactúan entre ellos, se comunican solo a través del monólogo interior de cada una. A mí lo que me interesó fue el punto de partida de los personajes, pero no lo que les iba a pasar. Le pedí a Cristina Morales si me dejaba su material para mezclarlo con mi universo. Si no le parecía bien, no me hubiera quedado con los derechos, porque yo no me veía capaz de hacer una adaptación fiel a la novela. Cristina me dijo que sí a todo. Parecía que le interesaba y también le provocaba curiosidad ver lo que iba a pasar con eso. Me dijo que adelante.
Alberto San Juan también está haciendo una versión de la historia para el teatro. ¿Llegaste a hablar con él?
Sí, somos amigos. Hemos compartido todo el proceso creativo. Él no ha leído mis guiones, pero yo sí que he leído su texto. Alberto sí que ha hecho una adaptación muy fiel a la novela, pero es que el teatro tiene esa cosa que no te obliga a enseñar una cosa completamente real. Te permite esa abstracción de decir aquí hay un elefante y punto, y aquí hay un elefante.
Le pedí a Cristina Morales si me dejaba su material para mezclarlo con mi universo. Si no le parecía bien, no me hubiera quedado con los derechos. Me dijo que sí a todo
Has elegido a actrices neurotípicas para tres de los cuatro personajes protagonistas. ¿Cómo es el proceso de tomar esa decisión?
Mira, si hubiésemos querido rodar estos guiones, no otros guiones, con personas con discapacidad… no hubiese podido ser. En ese caso la producción hubiera tenido que ser distinta, porque te tienes que adaptar tú a ellos. Eso a nivel de escritura y a nivel de producción. Como soy autora, a mí me gusta escribir y me gusta el mensaje que escribo, me gusta compartirlo, entonces tenían que ser actrices sin discapacidad porque la producción no lo permite. A nivel de tiempos, a nivel de dinero, a nivel de adaptación a sus tiempos, es imposible o de otra manera. Pero no la que yo tenía yo viéndolo.
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La verdad es que al ver Fácil me costaba mucho ver una trama como la de Marga siendo interpretada por una actriz con diversidad funcional.
Tendría que ser una cosa completamente distinta. En este sentido, era más fácil coger una actriz sin discapacidad y que trabaje un personaje con discapacidad, que no al revés.
¿Cómo fue diseñar el personaje con Natalia? Es un ejercicio de interpretación como pocas veces hemos visto en el audiovisual español.
Creo que Natalia tiene un talento descomunal. Es una actriz que tiene una capacidad extraordinaria, porque puede trabajar a la vez lo emocional y lo físico casi al mismo nivel. Hay actrices o actores que son muy emocionales, pero luego les falta otra cosa. Natalia es muy completa. Yo no me imaginaba que Natalia iba a llegar a este nivel. Se preparó el personaje partiendo de personas reales, estudiando a personas que tenían el mismo grado de discapacidad que Marga. Natalia copió las estereotipias, que son los movimientos repetitivos y la manera de hablar. Se trabajó con un logopeda la colocación de la lengua sobre el paladar porque estas personas tienen el paladar muy alto, de manera que el aire se mueve de otra manera dentro de la boca.
Es increíble porque su forma de hablar y la del personaje son muy distintas. Si se le iba la manera de hablar, desaparecía el personaje. Lo físico también lo hizo a través de copiar los movimientos de una persona. Por último, añadió esa humanidad que tiene ella, eso que hace creíble todo lo que hace y con lo que te llega al corazón. A pesar de todas las barbaridades que dice y hace, te pones del lado de su personaje y quiere que le concedan sus libertades.
Cuando vi la serie pensé que Coria Castillo era neurodivergente en la vida real también.
Me pasó lo mismo. Cuando vi la prueba de Coria Castillo pensaba que era una persona con discapacidad. Lo pensé al momento. En mi vida había visto una prueba igual. Pensaba que era una mujer que se abstraía, que parecía que había perdido el hilo de la conversación y que luego volvía. Coria tiene naturalmente una vibración en las cuerdas vocales que ha usado mucho para el personaje. La verdad es que tuve que preguntar si Coria era una mujer con discapacidad antes de darle el papel.
Lejos de Natalia o Anna, a las que ya conocías de antes, ¿hubo gente que rechazó tu llamada porque no querían o no se veían capaces de hacer algo así?
Hubo gente en la que pensamos y que dijeron que sí con un montón de condicionantes. Tantos, tantos, tantos, tantos, que al final fue que no en realidad. La verdad es que esto sólo se puede hacer si te tiras de verdad a la piscina. De verdad, de verdad, de verdad, de verdad. Sin ningún pero, sin ninguna condición. Eso es así.
Hubo gente en la que pensamos y que dijeron que sí con un montón de condicionantes. Tantos, tantos, tantos, tantos, que al final fue que no en realidad
Te inspiraste en los personajes, mantienes los nombres e incorporas detalles del libro. ¿En qué momento decides que Fácil va a ser una comedia?
Nunca decido lo que va a ser, a priori al menos. Se va produciendo con la escritura. Creo que es mi mirada sobre el mundo. No sé si en algún momento me planteé si Arde Madrid era una comedia. Es como yo escribo. A la hora de comunicar la serie sí que tenía claro que el género que quería transmitir era el de comedia. No quería introducir esta historia como un drama. Fácil es una comedia, pero también es una tragedia, porque la tragedia en sí misma es no ser dueña de tu destino, que es justamente lo que les pasa a ellas cuatro, que no son dueñas de su destino, aunque quieran. Para mí Fácil es una tragedia con lenguaje de comedia.
El retrato de las autoridades en Fácil intenta ir más allá de lo maniqueo, incluso en el personaje de Clara Segura, la jefa de la fundación que es partidaria de esterilizar a Marga. ¿Cómo te planteaste ese otro lado del relato?
Una cosa que me marcó siempre como autora, que para mí es siempre indispensable, es que no somos profesionales, somos personas y luego nos dedicamos a cosas. Ahora estamos en la gran era de lo profesional, pero para mí Ana la persona está por encima de Ana, la directora de la Fundación. Laia también está por encima que Laia, la psicóloga que tutela un piso. Trabajan de eso, pero por encima están las mujeres que son, con sus condiciones, con sus problemas y con los problemas que les genera su trabajo. Eso es un condicionante mío. Como escritora, la persona va antes que el personaje.
Las protagonistas de Fácil están tuteladas mientras en el resto del mundo se dan pasos atrás en los derechos de las mujeres. Mira lo que ha pasado en Estados Unidos con el aborto. ¿Crees que en realidad la serie habla sobre todas las mujeres?
Las mujeres seguimos estando tuteladas. Todavía somos cuerpos tutelados por el Estado. Eso es así. Aquí ahora se puede abortar, pero vete tú a saber si vendrá a unos dirigentes políticos más cercanos a la extrema derecha, que piensen que no se debe porque tenemos que estar más cerca de unos criterios religiosos que obedecen a una sumisión de la mujer, a la procreación o lo que sea. El caso es que las mujeres estamos siempre con pinzas. Nuestra libertad está siempre con pinzas y las mujeres con discapacidad siguen estando tuteladas, porque si no es la institución, son los padres.
Uno de los cambios más claros respecto a Lectura fácil es que se ha rebajado el tono político de la historia. Cristina Morales era mucho más radical en sus formas. ¿Por qué tomaste esa decisión creativa?
En el libro el personaje más radical es el de Nati. A Cristina le ha parecido horrible Nati, no le ha gustado nada. Cree que está ridiculizada. Creo que una cosa es la escritura, donde el lector es el vehículo que se genera, sus imágenes. Cuando tienes que colocar unas actrices de carne y hueso para que le den palabra a todo lo que tú escribes es otra cosa. En ese momento es donde se cae la rigidez, porque no se sostiene. No te lo crees, no conoces a nadie así. Para mí es fundamental que el espectador se identifique y esa rigidez es que, de verdad, yo no conozco a nadie que se exprese de una manera completamente rígida. Entonces no ha lugar, simplemente.
No considero haber hecho una serie nazi ni haber hecho personajes nazis, ni que estén tutelados por personajes nazis. Me molesta que nazi valga para todo
Contabas antes que ella te había dado libertad inicialmente, pero hace unos meses publicó una columna donde llamaba “nazi” a Fácil.
Yo parto de que todo es política. Ellas están institucionalizadas, que es un concepto político al 100%. Yo no tengo la sensación de haber huido de la política. Creo que he huido de un tono rígido y de una óptica política como autora. Mi óptica no es política, pero creo que la serie sí lo es. Si es social, es política. Si están tuteladas, es política. Si no son dueñas de sus destinos, es política. Si van a esterilizar a una de ellas, es política. Todo está sometido a unas leyes y las leyes son políticas. Creo que a Cristina lo que le parece es que su estética y la mía son muy distintas, lo que es cierto. Pero lo de nazi… (ríe unos segundos), lo de nazi, pues que se lo meta por donde le quepa. Así de claro te lo digo. No considero haber hecho una serie nazi ni haber hecho personajes nazis, ni que estén tutelados por personajes nazis. Me molesta que nazi valga para todo.
El último episodio de Fácil acaba más o menos abierto. ¿Te ves haciendo una segunda temporada?
Mira, una segunda temporada sería para contar más aventuras de Patri, Marga, Nati y Angels. Hasta las series más buenas que he visto lo que hacen es reproducir más tramas y más cosas que solucionar, pero no te llevan a otro universo, no te llevan a otras cosas que contar. Por ahora yo no tengo planteado seguir contando más aventuras de ellas. No es lo que ahora mismo me mueve.