Poco antes de salir de Marbella hacia Isla Cristina, donde he venido a celebrar el cumpleaños de mi madre y mi hermano, recibí una llamada de una coordinadora de "Todo es mentira". Ésta me aseguró que le había gustado mucho la entrevista que me hicieron ayer en Onda Cero y querían hacerme nuevas preguntas en su programa.
El año pasado por estas fechas, yo era el portavoz del bufete colombiano que representaba a la familia de Edwin Arrieta. Siempre mantuve que se trataba de un asesinato premeditado. No obstante, observé en más de un plató de televisión cómo algunos trataban de justificar al menos parcialmente lo que había hecho Daniel.
Me habían citado para una prueba por videoconferencia a las 15.15 horas y después habría de permanecer allí esperando la entrevista de Risto Mejide. Me saludó muy efusiva y cortésmente. En diez minutos hube de estar preparado para recibir la llamada de "Todo es mentira". A esa hora pasaba por Jerez y qué mejor sitio para parar.
Había una mesa de reuniones rectangular al final de un gran hall de un hotel que ya conocíamos. Conectaron conmigo y la entrevista de unos siete minutos fue muy bien porque "me sabía" todas las preguntas.
Vistas las cosas un año después, me atreví a decir que la sentencia hubiera sido la misma si Sancho no hubiese tenido abogados españoles que apoyaran su defensa en Tailandia, y de la misma forma tampoco hubiera sido otro el fallo si la familia del Dr. Edwin Arrieta no hubiese contratado abogados en España.
Me preguntaron sobre los recursos que podría presentar la defensa, sus posibilidades de éxito y el posible traslado de Daniel a España. A lo que yo les respondí sobre las escasas posibilidades de éxito de un recurso de apelación contra la sentencia.
En otro punto que insistió el Sr. Mejide fueron las condiciones que tendría el condenado en Tailandia a partir de ahora. Y yo le respondí que una vez firme la sentencia, podrían sus abogados solicitar trasladar a Sancho a una prisión española. Pero ese sería un largo y tortuoso camino que desde luego no puede iniciarse ahora hasta que sepamos si recurren o no.
Existe un convenio entre España y Tailandia por el que una vez que cumpla el preso una tercera parte de la condena, haya abonado el importe de la indemnización y el condenado esté realmente arrepentido y haya pedido perdón a la familia de la víctima, esto sería suficiente.
Pero partamos de la base de que el Sr. Sancho ha sido condenado porque el Fiscal ha convencido al tribunal de la fiabilidad de las pruebas practicadas en el juicio. Ha sido un juicio muy interesante para cualquier profesional.
Volviendo atrás, yo imagino en lo que pasaría por la cabeza de Sancho cuando iba volando hacia Tailandia a principios de agosto del año pasado ¿Pensaría en los cuchillos y la sierra para matar y descuartizar posteriormente al Doctor Arrieta, que compró en el supermercado? ¿Pensaría en que se marcharía a disfrutar de la fiesta de la Luna Llena tras quitar la vida al Sr. Arrieta?
¿Pensaría Sancho en las probabilidades que habría tenido de haber mantenido su confesión inicial ante la Policía y haber colaborado con la Fiscalía? ¿Pensaría que pedir un indulto parcial al Rey le habría ayudado?
Más que meditar sobre cualquier éxito judicial y en un posible traslado a España para cumplir su pena de prisión, Sancho debería ir haciéndose a la idea de tener que mudarse a una nueva prisión mucho más dura e inhumana que la actual. Es duro tener que cumplir una condena en una prisión tailandesa pero también es duro ver cómo sufren y han sufrido los padres del Dr. Arrieta, su hermana, sus otros familiares y sus amigos.
Pero tendría que recalcar aquí esa famosa frase "Odia el delito, compadece al delincuente", atribuida a Concepción Arenal, pero que ya aparecía anteriormente como inscripción en algunas prisiones.