La lección de una tuitera sobre el miedo 'normal' de las mujeres al acoso sexual
En La Jungla. Un nuevo relato del acoso nocturno a una chica nos hace reflexionar sobre las situaciones que las mujeres asumen como cotidianas.
5 septiembre, 2019 03:41Noticias relacionadas
Decenas de mujeres confiesan a diario en las redes sociales que han pasado miedo al caminar solas por las calles, sobre todo de noche, cuando regresan a sus casas. Tenemos tan asumido que podemos cruzarnos con alguien peligroso que, como si fuera algo instintivo, llevamos el móvil en una mano y las llaves en la otra, adelantándonos a una posible agresión.
Quizás llegue un día en que las niñas desarrollen estos mecanismos de forma innata, pero lo verdaderamente necesario es que podamos dejar de sentir miedo. Por eso, es importante no convertir estos rituales de vuelta a casa en algo normal, cotidiano, necesario, en una condición intrínseca a la de ser mujer, sola, de noche.
El último relato de estas características que se ha hecho viral es el de María Magdalena, una tuitera que escribe desde Málaga y cuya experiencia han compartido más de 25.000 personas. Ella ha puesto el foco en "lo normal", aquellas pequeñas cosas que sienten y hacen todas las mujeres en ese terrible camino de vuelta para salvarse:
Os voy a contar una cosa que me pasó ayer. Una cosa muy normal, que no tendría la mayor importancia, pero resulta que sí.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Anoche tuve un cumpleaños en el centro de Málaga. Acabamos sobre las 0:00. Me despedido de mis amigos porque yo era la única que tenía el coche en otra dirección.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Mi amiga me pregunta si me voy a ir sola hasta el parking. Lo normal. “Sí”, le digo, te aviso cuando llegue. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Empiezo a andar. No hay nadie en la calle, y sin quererlo, me entran los nervios. Lo normal. Cojo el móvil para entretenerme y tenerlo a mano por si acaso. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Llevaba 10 metros sola cuando entran unos 12 hombres de 40 y largos por el final de la calle. Lo primero que se me viene a la cabeza es “cómo me alegro de no haberme puesto tacones hoy”. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Alguno se me queda mirando. No hay ninguna calle perpendicular. Nos tenemos que cruzar. Yo bajo la cabeza, miro el móvil y aprieto el paso. Lo normal. Entonces pienso “qué dramática, no va a pasar nada".
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Pero pasa.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Nos cruzamos y uno de ellos se gira en mi dirección y me grita: “Oleee las mujeres guapas. Sí, corre, pisa fuerte, que lo que tú rompas te lo arreglo yo”.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
En el grupo de hombres, algunos han agachado la cabeza, vergüenza ajena. Otros se han venido arriba y se ríen y se me acercan.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Sigo andando, me hierve la sangre. Y pienso, ¿por qué tengo que pasar yo miedo o aguantar esto? Yo que leo tanto sobre feminismo, que me siento en sororidad. Tan mujer empoderada yo.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Me acuerdo de la última vez que me pasó algo parecido y le grité al tío “qué puto asco me das”. O la anterior a esa, cuando me crucé sola con una despedida de soltero y contesté que me compadecía de la mujer que se casara con alguno de ellos. Ridículo máximo delante de los amigos
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Me vengo arriba y le contesto.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
“Quizás lo arreglarías empezando por callarte”
Pero esta vez el tío me contesta, sigue gritando pero en otro tono. “PUES NO ME VOY A CALLAR, TE VOY A DECIR LO QUE ME DE A MÍ LA GANA. A DÓNDE VAS TAN DEPRISA. SI NO TE GUSTA ESCUCHARME VE POR LA CALLE CON CASCOS, LOCA”.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Pienso: ¿por qué no me habré callado? ¿Por qué he aparcado tan lejos? ¿Echo a correr? Son más de 12. ¿Le contesto? ¿Me da tiempo a coger las llaves? No tienes ni idea de defensa personal, ¿quién te crees? ¿Se han parado? ¿Me está siguiendo alguno? No quiero girarme. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Al final ando más rápido, al borde de correr, hasta que ni los veo ni los oigo. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
LLego al parking. Mensaje a mi amiga: “Oye, ya he llegado. Todo bien”. Lo normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Pero que no sé. Quizás tenemos normalizado lo que no es normal.
— M Magdalena (@_mariamgd) September 2, 2019
Aunque ha habido respuestas que demuestran que el camino hacia la empatía y la igualdad es largo...
Resumiendo: un tio la llama guapa y... Ya. Hubo miedo. Fin.
— rdt (@cazonenadobo_) September 2, 2019
A lo mejor deberias tomartelo como un cumplido, ya sabes...
— 404bug (@404bug) September 2, 2019
Lo normal.
Historias para no dormir. Lo normal en el postmodernismo feminista trasnochado
— Emilio Romiba (@ERomiba) September 2, 2019
...lo cierto es que la gran mayoría comparte lo que la tuitera está narrando:
Y que (casi) todas hayamos tenido que vivir una situación similar. Lo "normal". A las seis de la tarde. A las doce del mediodía. Esperando un bus. Saliendo de un examen. En mi caso, a esas horas y situaciones. Qué pena que aún se normalice. Te he leído y he sufrido. Un abrazo!
— Sol (@Sol_mfdez) September 2, 2019
Lo normal. Volver sola es un deporte de riesgo. Ser mujer es un puto deporte de riesgo en esta sociedad. Yo en esas ocasiones: paso ligero y móvil en la mano por si tengo q llamar mientras salgo corriendo.
— Beatriz G.R. (@BeatrizGR_) September 2, 2019
Lo normal? A mis 54 años, volver de la playa con tu hamaca y tu bolsa, vestida con el pareo y al cruzarte con un "hombre" q te haga el gesto de una mamada. Zona urbanizada, 8 de la tarde. Hace 2 días
— Merche (@merxlo) September 2, 2019
Desgraciadamente me ha pasado y no es lo normal. Tampoco que vayas corriendo a por el bus y dos tíos te intercepten antes de llegar al bus. Y tengas que poco menos que pegar patadas para que te suelten. Pero claro, como te dicen piropos...
— Lady L (@ItaBrown1) September 2, 2019
Joder... Que agobio me ha dado leer esta experiencia tan normal. Lo que no me parece normal es que una mujer sola por la calle no pueda ir tranquila
— Dani DS (@pinger222) September 2, 2019
Mi vuelta, normal, del trabajo, de cada puto dia porqué soy camarera y plego a la 1 o así. Estoy harta de ese pensamiento de alivio, cuando cierro la puerta de casa, de: "hoy tampoco he sido yo"...
— Lakshmi 🐾✊🏼 (@Lakshmi0606) September 2, 2019
[Más información: La consideran "demasiado vieja" para ser víctima de acoco y archivan el caso]