El cumpleaños más emotivo de Charo, la octogenaria a la que sorprendieron sus vecinos
En La Jungla. La cuarentena por el coronavirus no ha impedido que los vecinos de Charo la felicitasen por su 80 cumpleaños.
18 marzo, 2020 01:43Noticias relacionadas
"Es para ti, sal. Están todos los vecinos en el patio, sal a saludarnos". Con estas palabras uno de los vecinos de Charo le invitaba a atravesar el umbral de la puerta hasta el descansillo para recibir la felicitación de todo el vecindario. Este lunes cumplía 80 años y, a pesar de la cuarentena, quisieron llevarle un pastel y cantarle el cumpleaños feliz, una escena que han grabado y se ha hecho viral a través de las redes sociales.
La plataforma vecinal Lavapies, ¿dónde vas?, un colectivo de "expulsadas por un mercado que prefiere turistas a vecinas, un barrio para ser visto y no vivido", ha sido quien lo organizó todo para que Charo pudiese sentir el cariño de las personas que la rodean. Ella vive sola y en riesgo de desahucio. Para colmo, con su edad, pertenece a un colectivo de riesgo en esta situación de alarma sanitaria.
Su emoción al salir al descansillo y ver el pedazo de tarta con la vela hace que nos caiga la lagrimilla, que se convierte en lagrimón cuando se asoma a la ventana y los vecinos empiezan a cantar:
Charo vive sola y hoy es su cumpleaños. Como al resto d familias de #Churruca15, uno d los 14 edificios vendidos por #Fusara, la quieren echar de casa. Hoy sus vecinas han querido estar con ella
— Lavapies ¿dónde vas? (@lavapiesdondeva) March 16, 2020
Estas cosas pasan en los #BloquesEnLucha, q se crea comunidad.#PlanDeChoqueSocial pic.twitter.com/PhUM3cLtBV
Ese "Charo, ¿nos vemos a las ocho para el aplauso?" es un colofón perfecto para unas imágenes que sobrepasan los 3 millones de reproducciones. De hecho, la plataforma ha aprovechado la visibilidad del vídeo para contar el futuro incierto que vive esta vecina y 179 inquilinos más que habitan en los pisos vendidos en junio de 2019 por la Fundación de Santamarca y San Ramón y San Antonio (Fusara) en Madrid.
La venta se produjo sin previo aviso por parte de la fundación vinculada a la iglesia a varias sociedades opacas. Los vecinos vieron claro que tenían que organizarse para luchar por sus derechos y apoyarse, así que montaron la plataforma, que les ayudó además a estrechar lazos. A Charo, de momento, le han renovado un año más; pero a otros ya los han echado, aseguran desde la plataforma.
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