Arturo Pérez-Reverte es uno de los personajes públicos que, sin proponérselo, nos está haciendo más amenas estas semanas de confinamiento. Y no hablamos en exclusiva de las recomendaciones culturales que suele compartir con sus seguidores en las redes sociales, desde libros a películas pasando por videojuegos, sino también a las reflexiones que suelta de vez en cuando como quien no quiere la cosa.
En esta ocasión, el escritor ha establecido un paralelismo entre la vida en los países del norte y el sur de Europa. Acostumbrados como estamos en España —en parte por nuestro propio cainismo— a salir siempre perdiendo en este tipo de comparativas, la de Reverte supone un soplo de orgullo que, en estos tiempos difíciles, quizá siente aun mejor que de costumbre.
Y es que reconoce que "la felicidad de lo aparentemente seguro es una hipótesis de la Europa del norte". Esa vida en números que ocupan siempre los primeros puestos del podio, los mismos que se nos antojan lejanos cuando hablamos de cifras de empleo, índices educativos o producto interior bruto. Sin embargo, don Arturo parece que se queda con la otra vida "hormigueante, ruidosa, peligrosa, cómica unas veces y trágica otras":
La reflexión de Pérez-Reverte en esta ocasión no resultó ser tan clara como otras veces para los tuiteros y suscitó algunas preguntas entre sus seguidores, aunque la única que contestó sobre el tema en cuestión fue esta:
Quizá convenga estar atentos a la recuperación.
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