El gel hidroalcohólico es el nuevo petróleo. Antes de la pandemia tildábamos de maniáticos a aquellos que llevaban un bote consigo y ahora nos hemos convertido en expertos catadores de este gran aliado contra el virus. Los fabricantes se frotan las manos con los beneficios, pero también buscan una forma de diferenciarse para atraer clientes, como ha hecho la empresa Toilman G.A. en una maniobra que se estudiará en las escuelas de Márketing.

La etiqueta de su botella de medio litro de gel presentaba un par de manos entrelazadas, transmitiendo suavidad; pero desde el pasado mes de junio aparece el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. No hemos encontrado justificación al respecto, ni siquiera una explicación que nos ayude a comprender qué tendrá que ver el cántabro con un hidrogel si es que, además, la empresa es valenciana.

El propio Revilla, no obstante, presumía de merchandising el pasado 24 de junio en su cuenta de Instagram asegurando que "una empresa de Valencia me envía un amplio surtido de este gel hidroalcohólico mágico":

Por aquel entonces, el hidrogel de Revilla pasó prácticamente desapercibido, pero ahora la magia de Twitter ha conseguido rescatarlo del olvido con la excusa de un detalle que ha conseguido hacerlo viral: sus "manos de pitiminí".

No han tardado los tuiteros en hacer escarnio de las supuestas manos de Revilla y del gel hidroalcohólico en sí, con chistes como estos:

Aquellos que necesiten imperiosamente tener el hidrogel de Revilla tendrán que afanarse en la búsqueda porque nos tememos que haya sido una tirada muy limitada antes de volver a las manos entrelazadas orginales. El precio de los 500 mililitros oscila entre los 6 y los 10 euros en varias páginas web.

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