Desde Antena 3 y Pasapalabra han estado más de una semana animando al público a no perderse su programa de este pasado jueves 25 de febrero, dejando entrever que Pablo Díaz iba a resolver El Rosco. Así, en las imágenes promocionales, se veía al joven violinista de 24 años nacido en Santa Cruz de Tenerife visiblemente emocionado cuando solamente le faltaba por contestar correctamente la palabra que empezaba por la letra hache:
No es de extrañar que después de haberle puesto al público un caramelito de este calibre en la boca, la del jueves haya sido la edición más vista de la historia del concurso y lo más visto en Antena 3 en los últimos dos años. Más de 7,1 millones de espectadores estaban al otro lado de la pantalla cuando Pablo Díaz contestó Hierón en vez de Hannón y perdió 1.294.000 euros. Nadie podría creérselo, tenía que ser un error. Pablo tenía que haber ganado, pero no.
Es cierto que en los adelantos no se decía en ningún momento que fuese a ganar el bote, pero es que tampoco antes se le había dado tanta importancia y suspense —ahora lo llamaríamos hype— al hecho de que un concursante se hubiese quedado a las puertas de conseguirlo, algo que a Pablo le había ocurrido en ocho ocasiones anteriores. Por eso, es comprensible el cabreo monumental que tenían los seguidores de Pasapalabra.
Y como hoy en día no hay indignación sin Twitter, allí se fueron todos los seguidores del programa a mostrar su enfado sin pudor y con muchos memes de por medio:
De hecho, desde las redes de Pasapalabra, el propio consursante quiso agradecer las muestras de cariño para ver si cesaba un poco la lluvia de críticas:
Pero ya era tarde para intentar enmendar el daño que el programa había hecho a muchos de sus fans incondicionales, entre los que se encuentran el eurodiputado del Partido Popular, Esteban González Pons, quien aseguraba que lo habían perdido como espectador después de lo ocurrido:
Nos solidarizamos con González Pons, pero no podemos dejar de aplaudir la táctica promocional. Eso sí, constatamos que no hacía tanto daño un troleo televisivo desde que Évole nos la jugó a todos con su Operación Palace.