Aunque la escritora Laura Freixas, en pie contra la ley trans, haya preguntado burlona en su Twitter sobre las reivindicaciones que tendrían en su agenda los colectivos LGTB una vez conseguido el matrimonio homosexual y puesto sobre la mesa el texto legal que busca blindar derechos, a poco empática que sea una persona será capaz de ver que todavía queda un largo camino hacia la igualdad, desde las cosas más pequeñas a las grandes batallas, como la de terminar con las terapias de conversión.
Precisamente, la siguiente historia está protagonizada por Saúl, un joven residente en Madrid que forma parte de No es terapia, la Asociación Española Contra las Terapias de Conversión. Su visita rutinaria al médico ha terminado convirtiéndose en una situación que le ha generado una gran tristeza al sentirse cuestionado por su condición sexual. "Supongo que por el Orgullo han decidido aumentar el plus de homofobia en las consultas", ha escrito en la red social.
En los siguientes tuits ha explicado cómo el médico le ha interrogado sobre si tiene o no enfermedades como el VIH o la hepatitis, preguntando por qué se hacía serologías y cuestionando la seguridad de sus prácticas sexuales por el mero hecho de que sus parejas también son chicos, consideraciones que Saúl ha querido visibilizar para denunciar un aspecto que quizás está más escondido, como es la homofobia en la sanidad:
Ha reiterado que se ha sentido estigmatizado por "la forma de hablar, el tono, el plural colectivo para preguntarme sobre mi vida sexual":
No obstante, Saúl ha recibido numerosas muestras de cariño en Twitter como estas:
Algunas personas le han recomendado que no lo deje correr y ponga una queja donde corresponda.