El comunicador Frank Cuesta, que saltó a la fama en nuestro país por su programa Frank de la Jungla, es uno de los personajes más polémicos de las redes sociales porque no tiene pelos en la lengua. De hecho, en los últimos días se ha ganado la ovación de unos y el abucheo de otros después de confesar, en un encuetro con el youtuber Roma Gallardo, que había votado durante toda la vida al PSOE, pero que ahora votaría a Vox.
"Yo voté al Partido Socialista. Yo soy de toda la puta vida socialista. O sea, yo soy de toda la puta vida de izquierdas. ¿Ahora? Yo voy a votar a Vox seguramente. Porque, ¿a quién cojones voto? ¿A los mentirosos mafiosos del PP? ¿A los de Ciudadanos para tirarlo? ¿A los del PSOE para que me mientan? ¿A los otros para que me hagan follarme un muñeque? ¿A quién? Pues supongo que a Vox para que ponga orden durante seis meses o un año o tres años y que pongan un poco de orden".
Con estos antecedentes, a muchos no les ha extrañado el autorregalo que se ha hecho Cuesta en los últimos días. Haciendo suya la famosa canción de El emigrante, donde Balderrama le prometía a su España querida que "jamás en la vida yo podré olvidarte", el popular aventurero ha tenido que gastarse los dineros en la diáspora cuando se le ha cruzado por delante un ratón de ordenador con la bandera española y ha sabido que tenía que ser suyo.
"Me encanta"
Ha mostrado a sus seguidores de Twitter el objeto, relatando que "cuando vives fuera de tu país", en su caso en Tailandia, "te encuentras esto, te da cosilla y te lo compras", y reconociendo que está encantado con su compra:
Lo cierto es que, aunque ha acaparado algunas críticas de los tuiteros más echados a la izquierda —que incluso han rebautizado al objeto como el fachatón–, la mayoría de sus seguidores han aplaudido el capricho que se ha dado Cuesta y muchos de ellos incluso han compartido sus propias vivencias en este sentido en el extranjero:
Ahora Cuesta habla de todas estas cosas, sin cortarse ni un pelo, en su canal de Twitch.