Hasta el último momento se hicieron de rogar los tres mejores novilleros para hacer el paseíllo en Madrid y hasta el último momento el tiempo mantuvo en el filo la cita. Llegó por fin en este San Isidro. Presentación y despedida. Los tres tomarán la alternativa en Nimes con mayo avanzado.
Se desmonteraron justo cuando descargó la nube como para saludarlos también. El Parralejo completaba la novillada premium y la afición los esperaba a todos detrás de la mata a salto de cualquier debilidad. Tuvieron su minuto de gloria. El cielo abrió. El vado de la lluvia lo ocupó el viento. Ah, Madrid.
Álvaro Lorenzo dio una vuelta al ruedo que suma a las muescas de Valencia y Sevilla en el inicio de temporada. El quinto, 'Desafío', llevaba escrito su nombre entre las dos puntas. A la novillada le faltó remate, fue zancuda y astifina, muy seria por delante. Sin equilibrio. Los veedores y apoderados a por uvas.
Se abrió Lorenzo con unos doblones empujando al de El Parralejo a la segunda raya en un inicio poderoso. Uno fue compacto. La faena se sucedió en los terrenos del 10. Tiró de la embestida con la mano derecha, por donde se desplazaba a su manera el novillo, y encontró un pozo de cierta calidad en el izquierdo. Los naturales dieron de sí lo que la embestida, que no fue mucho. Apuró metiéndose por circulares sin estar entregado 'Desafío' en la franela. Una mirada y la voltereta. En el suelo una de las puntas halló la hombrera sacudiendo al joven como un vendaval. Tremenda paliza. Salió espoleado del trance el toledano y los tendidos entraron con la épica. El espadazo, atracado de toro, fue suficiente para la vuelta.
Lo intentó con su primero que portaba también otras dos lanzas y llegó a la muleta incapaz de sostenerse en los endebles remos. Ginés Marín quitó a ese novillo como carta de presentación en Las Ventas con una mezcla de tafalleras y gaoneras, aguantando la última 'paradinha'. Con el segundo, el capote le voló bien a pies juntos y en el remate: la revolera se elevó con el revés. Ambel destacó en la brega y el jerezano de Extremadura inició su trasteó con estatuarios.
Emergió una trinchera antes de tener que remontar Ginés el enfado del público, el viento y la condición descompuesta de su oponente. Mucho trabajo. Compuso varias tandas por encima de todo eso y se enmarañó en el tramo final. Las rachas de aire hicieron difícil torear al natural. Cerró con bernadinas entre el jaleo de los tendidos que se desperezaron con el sol del letargo de las primeras tardes.
Brindó la faena del geniudo quinto. Rajado y mansurrón tomó la muleta alegre y Ginés trató de entenderse con él atacando. Siempre salía un poco por fuera y lo cantó del todo cuando tomó la mano izquierda. Una serie de derechazos tapó la salida y fue lo mejor de ese trasteo con los muletazos de inicio rodilla en tierra.
La ventolera pastoreaba las nubes que descargaron el segundo chaparrón cuando salió el sexto, espantado de Varea, que lo esperaba en chiqueros. En la muleta quiso más que pudo y Varea se templó. El inicio de faena fue bueno. Como los remates. Los pases de pecho, trincheras y desprecios dieron prestancia a una labor tesonera por encima de la condición del novillo. Acabó el valenciano metido en su terreno con la gente protestando la intención. Con la espada volvieron algunos fantasmas pero logró cazarlo a la tercera. Varea se sacó al tercero con verónicas electrificadas hasta la segunda raya. El caballo acabó con él. Más templado fue el recibo al sustituto de José Vázquez con dos buenas medias. La invalidez del bicho, derrumbado desde el inicio, hipotecó el resto. Nada.
EL PARRALEJO/ Álvaro Lorenzo, Ginés Marín y Varea
Monumental de las Ventas. Lunes, 9 de mayo de 2016. Media entrada. Utreros de El Parralejo, el astifino y endeble 1º, descompuesto el 2º, el 4º con cierta clase , un geniudo 5º, el 6º sin fuelle y un 3º bis de José Vázquez derrumbado.
Álvaro Lorenzo, de gris perla y plata. Dos pinchazos arriba, estocada entera y un descabello (silencio). En el cuarto, estocada arriba algo tendida y trasera (vuelta al ruedo).
Ginés Marín, de purísima y oro. Medio espadazo trasero, contrario y caído. Aviso (silencio). En el quinto, media delantera (silencio).
Varea, de azul marino y oro. Media estocada delantera y un descabello (silencio). En el sexto, pinchazo, dos pinchazos sin soltar y espadazo tendido y trasero. Aviso (saludos).