Una ruta tras las viejas huellas del tren en Pontevedra
La Vía Verde do Salnés propone un recorrido lleno de historia y naturaleza por el trayecto ferroviario que antiguamente comunicaba Vilagarcía con Pontevedra
27 noviembre, 2020 06:00Hace ya un tiempo que el sonido de las locomotoras no llena los tramos de esta antigua vía, que desde 1899 comunicaba a Vilagarcía de Arousa con Pontevedra. La línea ferroviaria cayó en desuso, concretamente en el año 2008, cuando el nuevo trazado del Eixo Atlántico que unía Vigo y A Coruña fue inaugurado.
Antes de que la naturaleza terminará por enterrar toda su historia, la Diputación de Pontevedra junto a los municipios de Vilagarcía, Caldas de Reis y Portas, pusieron todo su empeño por rescatar este camino para su uso público y que hasta entonces parecía abocado al olvido. Proyecto al que más adelante se sumaría la Consellería de Medio Ambiente.
Así nació la Vía Verde do Salnés, la primera Vía Verde que discurre en todo su recorrido por la comunidad gallega. Esta red, dependiente de la Fundación de Ferrocarriles Españoles, ha dotado de una segunda vida a más de 2.000 kilómetros de infraestructuras ferroviarias en todo el país.
Para hacer la ruta del Salnés más transitable se llevó a cabo todo un proceso de reconstrucción, respetando al máximo la tipología ya existente. Así, se retiraron partes de la antigua vía, se construyeron nuevas estructuras, se colocaron barandas de seguridad y señalización a lo largo de todo el trazado, y se habilitaron zonas de descanso, entre otras obras.
Un recorrido que aúna paisaje, patrimonio e historia
Este itinerario ferroviario rehabilitado en forma de senda supone una alternativa de ocio sostenible, tanto para ciclistas como para caminantes, y es accesible también para personas con movilidad reducida. En total, nueve kilómetros que discurren entre diferentes espacios naturales, desde el apeadero de Ande (Rubiáns) hasta la antigua estación de Portas.
Rincones con encanto y construcciones de gran valor arquitectónico dan vida a todo este trayecto. Existen en el trazado puntos muy singulares, uno de ellos es el puente de hierro que cruza el río Umia, del XIX. Este viejo camino esconde entre sus vías una estrecha relación con Reino Unido, gracias en parte al papel de John Trulock (abuelo del escritor gallego Camilo José Cela), propietario de la primera línea de ferrocarril entre Santiago de Compostela y Vilagarcía de Arousa.
También otros puntos guardan mucha historia, como es el caso de la antigua azucarera, de principios del siglo XX, del ayuntamiento de Portas. En la actualidad todavía se mantiene la estructura externa de la fábrica y su chimenea, de unos 60 metros de altura. De hecho, esta edificación se ha convertido en un gran mirador panorámico a todo el valle del Salnés. Alcanzar la cima de este punto es relativamente sencillo ya que dispone de ascensor, aunque sus escaleras en espiral también son una buena opción para disfrutar de las vistas a medida que se avanza en vertical.
También lugares como el pazo de Rubianes y sus jardines de camelias, en Vilagarcía, o la iglesia barroca de Santa María de Godos, en Caldas, marcan la faceta histórica y natural de esta Vía Verde gallega. Además, a lo largo del corredor se distribuyen hasta cuatro áreas de descanso y tres miradores que completan el itinerario.
Una segunda vía verde en marcha en Galicia
Los ayuntamientos de Santiago, Ordes, Oroso, Tardoia y Cerceda se suman al proyecto y preparan la que será la primera Vía verde de la provincia de A Coruña y la de mayor longitud de Galicia. La ruta, que conectará Cerceda con Compostela, contará con hasta 36,5 kilómetros de senda por la antigua estructura ferroviaria. Esta vía en desuso discurre casi paralela al cauce de los ríos Tambre y Lengüelle y esconde zonas de gran particularidad y belleza, como las viejas estaciones.
En su puesta en marcha, el ayuntamiento de Oroso apostará por el uso de energías renovables para el desarrollo de este corredor verde e instalará puntos con bicicletas eléctricas a disposición de las personas que decidan realizar la ruta.