La firma gallega de mobiliario urbano que da una segunda vida a los productos

Edigal, la empresa con sede en Pontevedra, aboga por la economía circular y volver a usar materiales con otro uso antes de desperdiciarlos. "Con un buzón de correos podemos hacer un cuadro eléctrico", explica Iago Martínez, gerente de la marca, "estamos intentando reciclar una cabina de teléfono para convertirla en un punto de recarga".

El proyecto nació en 1994 y ya cuenta con casi 30 años a sus espaldas. Tenía el propósito de ofrecer un producto lo más sostenible posible dentro del ámbito eléctrico. Pero a finales de esa década, amplió la gama de producción al equipamiento urbano. "Varios arquitectos y ayuntamientos demandaron semáforos, bancos o papeleras", añade Martínez.

La filosofía de la firma parte del ecologismo y el reciclaje, así tiene como objetivo reducir al máximo el impacto sobre el medio ambiente. Se basa en el principio de las 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. Además, emplean materiales propios, autóctonos y naturales, como por ejemplo la madera gallega para fabricar el mobiliario urbano. Martínez añade: "La madera de los bancos y papeleras es certificada, así ayudamos a mejorar la gestión forestal y frenar la deforestación".

Aunque actualmente tienen una treintena de empleados en plantilla, hay algunas empresas que trabajan de manera indirecta y alrededor de Edigal, en palabras del gerente. Realizan pedidos tanto para Galicia, como para el resto de España. Sin embargo, tuvieron algunos proyectos en Francia, Marruecos o Italia, pero "queda relegado al requerir más inversión y esfuerzo", justifica Iago Martínez.

El proceso de trabajo es sencillo: llega la solicitud del cliente, se hace el diseño, se aprueba el presupuesto y se lleva a cabo la obra (en sentido amplio). El 20 % de sus servicios son con un producto "bastante definido y acotado" con el que se puede trabajar con stock, mientras que el 80 % restante es bajo demanda.

Dentro de los demandantes, lo más común son los ayuntamientos. En el caso del de Vigo "siempre apuesta por empresas locales para humanizar sus calles", en palabras del gerente de Edigal. Incorporan rasgos tecnológicos: "Alguna placa solar, un punto de recarga, Wi-Fi, pantallas…". Además, suelen añadir elementos que caractericen la ciudad, propios de su identidad.

Entre los tantos proyectos llevados a cabo en la ciudad olívica, destacan la Gran Vía, el Areal, García Barbón o la Puerta del Sol. Martínez recalca: "Gran parte de lo que se ve en las rampas de Gran Vía es fabricado por Edigal, todo a medida y con estética y materiales que demandaba el Concello". Así, el proceso de humanización de la avenida como los nuevos semáforos cúbicos o bancos también es de su producción.

Las rampas de Gran Vía de Vigo con puntos de recarga y pantallas LED. Foto: Edigal.

Otros productos que hace Edigal están relacionados con el alumbrado público, por ejemplo, que se diseñaron para poder gestionarlos de una manera distinta. "Ofrecemos un sistema de control de intensidad de la luz, según el tránsito de vehículos y peatones", subraya el gerente. De esta manera, colabora con el ahorro energético que sería más difícil con unas instalaciones convencionales.