En las últimas semanas hemos observado cómo se ha producido una aceleración en el proceso de vacunación en nuestro país.  Todo ello nos hace pensar que estamos ante la más que deseada normalización sanitaria que traerá consigo una también muy deseada normalización económica. Creo que podemos afirmar que lo peor de la pandemia en términos sanitarios y económicos ha pasado y que a partir de ahora sólo deberíamos mejorar.

Todo esto se refuerza con una mejora de los indicadores económicos de nuestro país en el mes de abril lo que, sin duda, nos hace ser optimistas de cara a los próximos meses, donde hay un cierto consenso de que el crecimiento para España estará en el entorno de un 6% este 2021 y otro tanto en el 2022, llegando de esta manera en 2023 a un nivel de PIB similar al que teníamos en 2019.

En el caso de Galicia, las cifras macroeconómicas revelan que la caída del PIB regional en 2020 fue más suave que la registrada en la economía nacional y en este sentido las empresas gallegas han demostrado su fortaleza ante la crisis provocada por la COVID-19, lo que se refrenda en el informe Perspectivas 2021 (elaborado por KPMG en colaboración con CEOE), donde un 45% de las empresas gallegas encuestadas asegura que el impacto de la pandemia ha sido limitado y un 20% asegura que su facturación no se ha visto afectada.

No obstante, en estos meses el mundo ha cambiado de manera radical y ello exige una respuesta efectiva y coordinada ante los nuevos retos que la pandemia ha traído consigo, que se suman a los que ya afrontaba históricamente la economía gallega.

Para ello, las empresas de la región tienen que poner el foco en la mejora de procesos y en la transformación digital (donde el análisis de datos y el uso de inteligencia artificial son irrenunciables), ámbitos que se revelan fundamentales para ser competitivos en la nueva realidad, donde aspectos como la logística o la experiencia de compra adquieren mayor relevancia y para lo que es necesario modelos de producción que se puedan adaptar de forma rápida y eficaz a las necesidades del mercado. 

En ese proceso de transformación la estrategia de las empresas para atraer y retener el talento serán claves para su éxito. Es absolutamente prioritario frenar la dramática pérdida de población activa en nuestra región y, para ello, la iniciativa privada y la Administración Pública deberán colaborar en promover un entorno de oportunidades laborales y de desarrollo que reviertan esta tendencia, lo que se vería favorecido por la necesidad imperiosa de impulsar el tamaño de nuestro tejido empresarial en este nuevo entorno.

Por último, aunque no va a ser la solución a todos los desafíos de nuestra región y su impacto se verá en el medio plazo, no podemos desaprovechar los fondos europeos para intensificar todas estas medidas y avanzar en todos estos ámbitos, tarea que no será sencilla. 

Para todo ello y con el objetivo de conseguir el mayor desarrollo y crecimiento posible de nuestra querida Galicia, hago un canto a todos los gallegos para poner nuestro granito de arena para que así sea.