La lección de Teresa
La comunicadora Carla Reyes hace balance sobre la presencia femenina en el deporte y la participación de las mujeres en las olimpiadas, que rozó este año el 50%
Hace muchos años que el deporte femenino español ha salido del armario. Por la presión lógica de una sociedad que reclama una obviedad o porque al fin los medios comienzan a hacerse eco de los logros femeninos.
Acaban los Juegos de Tokio, los más raros de la historia. Los Juegos nacieron para ser vistos por el pueblo y los estadios nipones han estado cerrados a los espectadores. También han sido los Juegos que mas se han acercado a la paridad, con un 48,8% de participación femenina. Según el Comité Olímpico Internacional, Tokio 2020 aportará el mayor número de mujeres deportistas en la historia de las olimpiadas modernas.
Falta poco para alcanzar la cifra simbólica del 50%. En Atenas, en 1896, en el inicio de las Olimpiadas modernas, el 100% de los deportistas eran varones, en San Luis en 1904 apenas eran 6 mujeres por 675 hombres y además sólo se les permitía participar en ciertas disciplinas.
Recuerdo haber escrito sobre los Juegos de Brasil en 2016 y lamentar que no hubiese sido una mujer la abanderada de la delegación española, fue Rafa Nadal; sin duda más que merecido representante del deporte español. Este año felizmente se ha optado por lo más sensato, dos abanderados. ¿Por qué se tardó tanto tiempo para encontrar una solución tan simple?
No le quiero arruinar la fiesta a nadie y mucho menos a los deportistas gallegos que volverán a casa cargados de medallas y orgullo, pero la verdad es que 125 años después, aún no se ha conseguido la paridad en las Olimpiadas.
¿Se ha avanzado? Sí, claro que se ha avanzado y, además, de manera rotunda. Pero las cifras son el espejo de una realidad que está ahí y que, a pesar de todos los discursos, aplausos, reconocimientos, reflejan la tozuda realidad en la que vivimos: El Comité Olímpico Español ha tenido hasta ahora 18 presidentes, nunca una mujer ha presidido la entidad. Podemos consolarnos pensando que en el COI tampoco.
El COI tiene una treintena de comisiones, formadas por expertos de todos los países participantes. Por supuesto la presencia femenina es simbólica.
Parece como si la historia se empecinara en que las mujeres siempre deben demostrar más coraje, más esfuerzo y más paciencia para esperar su momento. Ya va siendo hora, ¿no?
Pero lo más revelador de la realidad que nos rodea es ver los informativos en prime time. Abrir las portadas de los periódicos cuando se anuncia que Leo Messi se va, deja el Barcelona. Entonces todo lo demás desaparece, los medios se rinden al impacto de magnitud que provoca esta catástrofe nacional: aficionados que lloran desconsolados ante la valla del estadio, niños que se abrazan a sus padres vestidos ambos con la camiseta del 10, socios del club que amenazan con que se van y otros que babean incrédulos, pensando que es una broma.
Quiero pensar que esto no es deporte, en todo caso no el deporte tal y como lo hemos visto estas semanas en Japón. La tragedia que supone que un club pierda al "mejor futbolista de su historia" no es una derrota deportiva como las que cientos de deportistas han vivido en Tokio estos días. Esto es otra cosa, es un gran negocio donde los intereses dominantes no son las medallas ni los récords… Son los derechos de imagen, la publicidad, la televisión… el deporte traducido a millones de euros. Deporte es lo que ha hecho Teresa Portela en estos Juegos. Sin alboroto, sin aspavientos, con su discreción habitual, con su voluntad inquebrantable, con sus 39 años… ha conseguido lo que buscaba: la satisfacción personal del objetivo cumplido. El triunfo para su pasión. La gloria para los que la admiramos.