Un hombre acepta dos años de prisión por violar a una menor en Cambados en 2018

Un hombre acepta dos años de prisión por violar a una menor en Cambados en 2018

Pontevedra

Cuatro años de prisión por grabar a alumnas en las camaretas de la Escuela Naval de Marín

El Juzgado Togado Militar Territorial nº 41, con sede en A Coruña, lo ha considerado culpable de ocho delitos de abuso de autoridad en su modalidad de atentado grave a la intimidad

1 octubre, 2021 13:06

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Oct. (EUROPA PRESS) –

Un guardiamarina y alumno de 4º curso de la Escuela Naval Militar de Marín ha sido condenado a cuatro años de prisión por colocar cámaras y grabar a alumnas en las camaretas de estas instalaciones. Asimismo, deberá abonar cuantías a las afectadas que alcanzan los 40.500 euros, además de no poder acercarse a ellas durante diez años.

El Juzgado Togado Militar Territorial nº 41, con sede en A Coruña, lo ha considerado culpable de ocho delitos de abuso de autoridad en su modalidad de atentado grave a la intimidad, y trece relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas por los militares.

El 14 de febrero del pasado año, el acusado colocó dos dispositivos de grabación, un dispositivo telefónico y una minicámara, en dos camaretas del centro de formación ocupadas por ocho alumnas, pero que fueron descubiertos antes de la captación de imágenes.

Colaboración

Tras localizar el teléfono móvil pegado a una de las camaretas, las alumnas hallaron que en sus cajas de persianas tiras de pegamento de doble cara como las que tenía el dispositivo encontrado. El propio procesado acudió a su superior a confesar su autoría tan pronto como se tuvo conocimiento del hallazgo del primer dispositivo y decidió colaborar con la investigación, desvelando el lugar en el que se encontraba el segundo aparato de grabación.

Desde finales del año 2018, cuando se encontraba en segundo curso, el acusado grabó a diversas alumnas del centro sin su consentimiento sirviéndose de una minicámara tanto en sus camaretas como en las duchas, captando imágenes en ropa interior, cambiándose de ropa y totalmente desnudas.

El tribunal considera que la conducta del encausado representa "un acto gravemente atentatorio a su intimidad". "El solo hecho de acceder ilegítimamente en la camareta de las alumnas, de forma clandestina y sin consentimiento de las integrantes de la misma, con la finalidad de colocar un dispositivo de grabación para captar imágenes íntimas de las mismas, ya constituye un atentado grave a su intimidad".