Agrestes paisajes y una de las mejores obras del Barroco gallego es lo que los turistas encontrarán en la parroquia orensana de As Ermidas. A esta legendaria aldea se dice que iban los ermitaños que querían huir del mundo y es que aquí se respira mucha tranquilidad y paz, con un espectacular paisaje verde como telón de fondo.

El afamado Santuario de A Nosa Señora de As Ermitas es uno de los principales atractivos de O Bolo y su entorno. Los orígenes del templo se remontan a los siglos XIII y XIV, cuando Alonso Mesía de Tovar, obispo de Astorga, ordena su construcción tras una curación milagrosa atribuida a la intercesión de la Virgen, si bien por aquel entonces ya existía una pequeña capilla en el valle de As Ermitas.

La fachada de este santuario puede considerarse como una de las mejores obras del Barroco gallego en ella se observan varias imágenes y columnas salomónicas, decoradas con vid y otros motivos vegetales. Al templo original, se le agregó una Capilla Mayor y las dos torres, así como dos naves en el lado norte y sur. 

Experiencias naturales y culturales

A Dormiñona Santurio As Ermidas

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC), el Santuario de A Nosa Señora de As Ermitas es un motivo más que suficiente para organizar una excursión a este punto de Ourense, donde los visitantes también podrán disfrutar de experiencias naturales y culturales.

Cerca del santuario se ubica una bonita fuente de piedra, que todos conocen como A Dormiñona. Se construyó a principios del siglo XVII y desde entonces es uno de los principales puntos de abastecimiento de agua potable, que llega hasta la fuente desde un manantial cercano.

El cañón del río Bibei ofrece una idílica fotografía de postal, con profundas garantas y laderas cubiertas de vegetación. Este se extiende a lo largo de 40 kilómetros, con laderas de hasta 500 metros de desnivel, en las que se cultiva la vida y se ubica uno de los más antiguos bosques de ribera de España. 

Además, en los meses de verano, la playa fluvial de As Ermitas es un lugar perfecto para darse un refrescante chapuzón. Es un remanso de paz a excasos minutos del municipio de O Bolo, cuyo castillo, construido entre los siglos XII y XIII, también merece la pena visitar.

Es otro de los grandes monumentos de la comarca de Valdeorras y desde su torre, de unos 20 metros de altura, podrás observar unas espectaculares vistas de las tierras que lo rodean. En el Castillo de O Bolo se encuentra un centro de interpretación interactivo en el que comprender la evolución de esta fortaleza a través del tiempo.