Un paraíso verde y costero en el norte peninsular
Destaca su capital, Santander, aunque en el resto de la comunidad hay joyas que visitar como Comillas o Santillana del Mar.
18 abril, 2022 14:19Noticias relacionadas
La comunidad de Cantabria esconde entre su territorio impresionantes lugares para perderse entre ellos. Su verde y su costa son sus elementos más representativos, probablemente, pero también alberga pueblos y ciudades merecedores de una visita.
Cantabria está situada al norte de España, entre el País Vasco y el Principado de Asturias, o también se puede decir entre los Picos de Europa y el mar Cantábrico.
Uno de sus lugares más visitado es Santander, la capital de provincia, de ahí que a continuación se detallen algunos de sus puntos fuertes. Santander es una acogedora y tranquila ciudad costera, que cuenta con una de las bahías más bellas del mundo.
Se trata de una ciudad moderna, ya que en 1941 tuvo que ser reconstruida por un gran incendio que la dejó destruida.
Destaca por sus calles empinadas, cuestas y bajadas pronunciadas, amplias alamedas, bonitos paseos costeros y su entorno de playas. Las visitas obligadas en la ciudad son la Catedral, en la que hay dos iglesias superpuestas: la Iglesia del Cristo y la denominada Catedral-Basílica de Santander.
También el Palacio de la Magdalena, situado en el punto más alto de la Península de La Magdalena es un edificio de gran valor histórico por tratarse de la residencia de verano de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
La Plaza Porticada; el Banco de Santander; el puerto marítimo; los acantilados del Faro de Cabo Mayor; el Gran Casino del Sardinero o los modernos palacios de Festivales, de Exposiciones o Deportes son otro lugares de gran interés.
Sin olvidar la gran variedad de museos, de los que destacan: el Museo de Bellas Artes, el Museo Marítimo del Cantábrico y el Museo de Prehistoria.
Una vez contemplado la gran belleza de la capital, conviene alejarse de ella y recorrer diferentes pueblos de alrededor. A solo unos kilómetros de Santander se encuentra el Macizo de Peña Cabarga, con el mirador del Pico Llen, desde donde se ofrece una de las mejores vistas de toda Cantabria.
Se puede ver en el horizonte la bahía de la ciudad y su entorno, pero también los impresionantes Picos de Europa.
Para los amantes de los animales, la visita al Parque de la Naturaleza de Cabárceno y los Valles Pasiegos no debe faltar. En ellos se puede disfrutar del paisaje kárstico característico de la zona en el que los animales de más de un centenar de especies viven en estado de semilibertad.
En los Valles Pasiegos, además de la naturaleza, se puede disfrutar de una visita a los tranquilos pueblos que lo albergan.
La ciudad romana de Julióbriga destaca por ser la principal ciudad romana que existió en la antigua Cantabria. Está ubicada en una colina y cuenta con varias ruinas de las que destacan las de la Iglesia románica de Retortillo y la casa Domus.
Por su parte, Bárcena Mayor es un pueblo rústico en el corazón del Parque Natural de Saja-Nansa. Este pequeño pueblo destaca por lo tradicional de su arquitectura en la que el espacio se aprovecha al máximo, de ahí su característico núcleo compacto.
Las visitas obligatorias de este pueblo histórico son la Iglesia de Santa María, las antiguas casas rectorales y las casonas montañesas.
Comillas es una de las localidades más emblemáticas de la provincia cántabra, con su arquitectura pintoresca de arte neogótico, neoárabe, neomudejar y modernista cautiva a todo el que la visita.
El modernismo es el estilo arquitectónico más popular y destacan el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, la Universidad Pontificia y el Capricho del arquitecto catalán Antoni Gaudí.
Santillana del Mar, en el paisaje interior de la comunidad, destaca por sus calles empedradas entre las que resaltan bienes de interés cultural como la Colegiata de Santa Juliana la Cueva de Altamira, conocida como la Capilla Sixtina del arte rupestre.
Finalmente, si destaca algún pueblo por su puerto pesquero este es San Vicente de la Barquera. Con sus playas en un precioso entorno natural, las praderas, los bosques y las sierras costeras lo convierten en un pueblo de obligada visita.
Además, su cercanía al Parque Natural de Oyambre y su patrimonio artístico crearán el escenario perfecto para una de las mejores fotografías de la zona: las barcas del puerto, los edificios del pueblo y las altas montañas de detrás crearán un paisaje digno de admirar.
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