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El Palacio de Potala y el Palacio de Bangkok: dos edificios que constituyen la historia universal de Asia
Ambos palacios, además de estar entre las construcciones mejor conservadas de Asia, guardan mucha historia entre sus paredes.
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El Palacio de Potala, considerado como hito y símbolo del Tíbet, es un gran palacio gigante que consta de muchas casas, Torres, capillas. Como el conjunto histórico de Lhasa, el Palacio Potala, junto con el excepcional templo Jokhang y Norbulingka ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Los edificios principales del Palacio de Potala se sitúan en la colina roja al lado del río de Lhasa. No es sólo un lugar espléndido, sino también una casa del tesoro donde se pueden ver las artes preciosas y aprender la cultura y la historia tibetana. La historia del Palacio de Potala se remonta a hace aproximadamente 1.300 años y durante su historia ha sufrido grandes pérdidas y reconstrucciones.
Su construcción data del siglo VII cuando el Reino de Tubo gobernó Tíbet para alojar a Srongtsen Gampo y sus dos mujeres - la princesa Bhrikuti de Nepal y la princesa Wencheng-- del Imperio del Sabor fuerte. Después de la caída del Reino de Tubo, el Palacio de Potala fue casi derruido por constantes guerras hasta el siglo XVII cuando se llevó a cabo la reconstrucción más importante durante la historia de Potala. Su Santidad - el Quinto Dalai lama decidió reconstruir el Palacio Potala con la ayuda del Imperio de Qing. Las diversas reconstrucciones tomaron muchos años hasta que, por fin, el Quinto Dalai lama movió al gobierno del Monasterio Drepung a Potala, que hizo de Potala el centro político y la médula del budismo de Tíbet.
Como símbolo de Tíbet, el Palacio de Potala tiene muchas cosas que vale la pena ver, la arquitectura de la construcción entera, las ilustraciones están muy bien conservadas y son de singular belleza y, en sus dependencias se conservan varias clases de tesoros religiosos que cualquier turista podrá disfrutar a la vez, que se puede sentir la sensación de remontarse a tiempos remotos en los que experimentar la gloria de la historia tibetana. El palacio está constituido por palacios blancos y rojos, hay capillas ornamentadas, y una enorme cantidad de pasillos, con innumerables cuartos a sus lados.
El palacio se divide dos partes principales: el Palacio Blanco alrededor del perímetro y el Palacio Rojo en el centro. El Palacio Blanco era la residencia del Dalai lama y la oficina para tratar con asuntos budistas y políticos. El Palacio Rojo es el edificio principal con 117 metros, llenos de pasillos diferentes, complejos y numerosos de carácter budista, junto con capillas y bibliotecas.
Palacio Real de Bankok
Palacio Potala es uno de los edificios santos o sagrados del budismo tibetano y sigue siendo la residencia oficial del líder del budismo tibetano, el Dalai Lama. Durante la antigüedad, el Potala abrió una escuela budista para enseñar budismo y en él se encuentran numerosos stupas del pasado Dalai Lamas.
El Gran Palacio se ubica en el corazón de Bangkok, la capital de Tailandia, que ha sido la residencia oficial de los reyes desde 1782, y se usa todavía para eventos oficiales en la actualidad. Construido en el 1782, el Gran Palacio es el palacio más grande, mejor preservado y más distintivo entre todos los palacios en la historia de Tailandia. Configurado como un conjunto de edificios, el gran palacio nos ofrece la esencia de la arquitectura de Thai, las pinturas, las tallas y arte decorativo, con distintivas características del arte arquitectónico de Siamen, por lo que es altamente apreciado por los turistas de todo el mundo. Es una de las atracciones más populares de Asia. Sus detalles arquitectónicos y ornamentales que, además de decorar y embellecer, tienen una importante carga simbólica.
Cuentan cosas sobre el universo particular del pueblo tailandés, su historia sagrada y sus creencias. De alguna manera recrean una parte de la memoria perdida en Ayutthaya. Un entramado construido a partir de la cosmología hindú, las creencias animistas y la supremacía espiritual del budismo, que sostiene la identidad del pueblo Tai y da legitimidad a la nueva dinastía reinante.
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