Los mejores métodos para evitar que el salitre y la arena de la playa dañen la pintura de nuestro coche

A medida que el verano llega a su fin, los españoles se incorporan a sus puestos de trabajo y vuelven preocupaciones como mantener el coche en buen estado tras la vuelta de las vacaciones. La costa es uno de nuestros destinos favoritos durante los meses de calor, si bien al tiempo que nosotros disfrutamos de un agradable día en la playa, los vehículos se exponen a factores ambientales que pueden dañar gravemente la carrocería.

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La exposición al salitre y la arena pueden causar daños indeseados en la pintura y la superficie de los coches, algo que en realidad no nos pilla por sorpresa. La sal es uno de los agentes más corrosivos que existen, algo que podemos confirmar sencillamente fijándonos en el estado en el que se encuentran los bajos de los barcos.

Estos elementos son enemigos conocidos del coche, y a ellos se exponen quienes viven en zonas de playa o circulan de manera habitual por carreteras bañadas con sal. Por eso, tanto la carrocería el interior del coche merecen un plus de atención cuando este permanece expuesto por largos períodos del tiempo a los efectos del mar.

Cómo prevenir daños

El salitre carcome la carrocería, actúa sobre los elementos metálicos del coche e incluso puede afectar al motor, tres motivos por los que conviene retirarlo antes de que empiece a causar un efecto irreparable.

El primer consejo, y quizás también el más sencillo de llevar a cabo, consiste en aparcar el coche lejos de la playa, y, de no ser posible, al menos tratar de estacionarlo de espaldas al mar. Con este sencillo gesto, conseguiremos reducir el impacto directo de la brisa marina.

Otra medida preventiva es utilizar fundas de protección en los asientos, para no dañar la tapicería una vez nos montamos en el coche después de un día de playa. Y también tapar el vehículo con una lona protectora, para protegerlo de la arena que se arrastra con el viento y otros agentes externos como los excrementos de pájaro. En EL ESPAÑOL publicamos recientemente algunos consejos que te ayudarán a eliminar sin esfuerzo estos molestos obsequios de la naturaleza.

En el caso de ir a la playa con frecuencia, lo ideal sería enjuagar el coche al regresar a casa para eliminar los restos que pueden corroer la pintura con el tiempo. No es necesario que cada día se realice una limpieza a fondo del coche, pero sí debemos dedicar unos minutos a eliminar el salitre aunque sea sin jabón. 

A la hora de lavarlo, conviene emplear productos específicos para automóviles. Debemos evitar usar detergentes fuertes o limpiadores abrasivos, y, en el caso de rincones de peor acceso en los que se haya acumulado mucha arena, como pueden ser los espejos retrovisores, trataremos de limpiarlos con ayuda de una esponja suave o un pañuelo de microfibra para evitar arañazos. 

El líquido desengrasante puede ser nuestro gran aliado en este proceso, ya que sirve para ablandar la sal y convierte el momento de retirarla en una tarea mucho más fácil. Un chorro de este líquido (no demasiado abundante) debería bastar para lograr nuestro objetivo. Eso sí, sin utilizar rodillos ni objetos que puedan provocar arañazos y causando más daño que beneficios. 

También es importante prestar atención a las llantas y neumáticos, puesto que son las zonas en las que se acumula más suciedad. Si encontramos arañazos en la carrocería, los concesionarios recomiendan aplicar protectores anticorrosión con los que podemos hacernos con un precio en torno a los 10-15 euros.

En cuanto a la tapicería y el interior del habitáculo, se recomienda usar espumas secas. Estas penetran entre los hilos del tejido, permitiendo que la arena salga con mayor facilidad.

Para tejidos de tela, también podemos mezclar, en un cubo, un poco de agua templada con jabón de lavadora, y frotar sobre las superficies con un cepillo muy suave que no altere el tejido. Una vez seco el interior, bastaría con aplicar la espuma, dejarla secar y retirarla con una bayeta para completar la limpieza y dejar nuestro coche impecable y listo para comenzar la temporada de otoño.

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