La nueva norma de ascensores pone en aprietos a las comunidades de vecinos: llegan derramas de miles de euros

Los recientes cambios de la normativa de ascensores están comprometiendo seriamente las cuentas de muchas comunidades de vecinos de Aragón con derramas de “miles de euros”. Con los más modernos apenas se han tenido que hacer mejoras, pero los más avejentados se tienen que cambiar prácticamente por completo. Y eso tiene un coste.

La nueva ITC (Instrucción Técnica Complementaria) está en marcha desde el 1 de julio de 2024, y pese a que sus efectos tardarán todavía un tiempo en verse, muchos propietarios han empezado a buscar alternativas y presupuestos para actuar en plazo y esquivar las sanciones.

Lo habitual es que las inspecciones sean cada 4 años. Esto quiere decir que los edificios que 'aprobasen' antes de ese 1 de julio tendrán de 'prórroga' hasta 2028.

La normativa traslada varias obligaciones al titular del ascensor. Entre ellas, la de llevar el contrato de mantenimiento, la de asegurarse que se hacen las inspecciones en plazo y la de llevar un expediente con todo lo que le pase.

Las diferencias más sustanciales, no obstante, vienen con la seguridad. “Un ejemplo es la nivelación de la parada. Cuando el ascensor se detenga no podrá haber más o menos de diez milímetros de subida o de bajada. En este caso, el plazo es de un año desde la siguiente inspección o de seis meses en caso de que haya un accidente”, apunta Antonio Calvo, vocal y responsable de la Comisión de Comunicación del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón.

Además, los ascensores deben contar con barreras infrarrojos que detecten el paso de cualquier persona o animal dentro de la cabina. “Ha habido mascotas muertas por culpa de esto. Para quienes tienen una es muy importante”, señala.

Otra de las novedades se centra en la necesidad de contar con un sistema de comunicación bidireccional, un método para que las personas que puedan quedarse atrapadas se comuniquen con el exterior. “Esto es quizá lo más discutible ahora que todos llevamos teléfonos móviles, pero aporta un extra de seguridad”, agrega Calvo.

Los casos más complejos se dan cuando toca sustituir las vías. “Es bastante caro, ya que obliga a hacer una renovación prácticamente integral. Ocurre, sobre todo, cuando el ascensor es muy viejo. Para esto se da un plazo de 3 a 10 años a contar desde la primera inspección que se haga con la ITC en vigor. Nos estamos encontrando con comunidades que se ven inmersas en inversiones importantes”, indica el vocal.

Las cantidades, al detalle

Las hay que pueden necesitar 3.000 euros para resolver las deficiencias que tenía ya de por sí el ascensor, algo que debe corregirse de manera más inmediata, y que para las adaptaciones necesitan de otros 10.000 o 12.000 euros. “Lo bueno es que saben el tiempo que tienen para recaudarlos. También nos estamos encontrando comunidades que, a raíz de esto, cambian los suyos por otros más grandes, bonitos y perfectamente adaptados a la normativa ya de entrada. En ese caso podríamos estar hablando de más de 40.000 euros”, comenta.

Estos, sin embargo, son episodios “excepcionales”. Sin embargo, las hay que han ido mucho más allá y han decidido poner ascensor en pisos que no los tenían, lo que puede costar entre 150.000 y 180.000 euros.

Calvo asegura que al cambio normativo se le ha dado mucha publicidad y aunque la gente no lo conoce al detalle sí sabe que hay unas reglas nuevas que hay que cumplir y que va a tocar hacer derrama.

“Los hay que, de entrada, dicen lo típico de que ‘esto es para sacarnos el dinero’, pero cuando les explicas que es por motivos de seguridad lo entienden. Nadie quiere que su mascota se pueda quedar enganchada o que haya que subir o bajar un escalón cuando pare el ascensor. Esto, por ejemplo, se soluciona con variadores de velocidad”, expone.