Nuevo lío en Zaragoza por el Carnaval: los vecinos de Épila se enfurecen ante el "rechazo" del Ayuntamiento

El carnaval más antiguo de la provincia de Zaragoza se ha dejado ver este jueves con una pequeña representación: las mascarutas, unos protagonistas muy peculiares de esta tradición Aragonesa. Eso sí, han sido "unos pocos" y lo ha dejado claro el alcalde del municipio, Jesús Bazán Sanz, al declarar que no han sido bien recibidos por parte de "algunas instituciones".

Lo ha asegurado a la par que agradecía a la Diputación Provincial de Zaragoza estar siempre "atentos a los municipios y apoyando a la cultura y tradiciones". Y lo ha vuelto a recalcar al añadir que la pequeña representación del Carnaval de Épila iba a ser mucho más grande el próximo sábado en la capital, pero "no ha podido ser posible".

Más directos han sido los personajes carnavalescos que, empoderados con sus 'taleguillos' (máscaras que esconden su rostro), han hecho honor a la tradición y han sido muy rebeldes y muy pícaros. "La alcaldesa no nos ha dejado venir porque coincide con el festival Zaragoza Luce y parece que molestamos", han asegurado con su peculiar entonación. 

Por su parte, desde el Ayuntamiento aseguran que el permiso para la actividad se pidió fuera de plazo. "Este tipo de solicitudes, para todo tipo de eventos, debe registrarse con un mes de antelación. En el caso de las mascarutas pidieron el permiso el pasado 30 de enero para el 22 de febrero", explican desde el Consistorio. Aseguran que fueron avisados de que no podrían hacerlo "el mismo 31 de enero".

El "mejor" Carnaval

Dejando a un lado el nuevo lío zaragozano, las mascarutas no han perdido esta "pequeña" oportunidad y se han lanzado a las calles con una sola misión: invitar a los ciudadanos al "mejor Carnaval de Zaragoza, Aragón y del mundo".

Y no es para menos porque esta tradición está a punto de recibir el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico de Aragón. "Nosotros tenemos muy claro que nuestro Carnaval es el mejor de la provincia y posiblemente el mejor de muchos sitios, es diferente, más libre y anárquico. Cada uno puede manifestarse como quiera, vestirse de lo que quiera y salir cuando quiera y como quiera", ha asegurado Bazán.

El siglo pasado, los epilenses salieron a la calle con muchas capas de ropa, una máscara en la cara y simulando la voz para evitar ser reconocidos. ¿El motivo? Celebrar el Carnaval a pesar de que esta estaba prohibida por la dictadura franquista. 

Una tradición que sigue viva y que volverá a las calles de Épila el próximo jueves, 27 de febrero. Entre las actividades destacan los pasacalles, el concurso de murgas o los talleres para decorar los taleguillos.