Nacho Lamar, diseñador aragonés.

Nacho Lamar, diseñador aragonés.

Cultura

Nacho Lamar, el zaragozano que diseñó los uniformes del lujoso hotel de Canfranc: "Mi marca va a ser referencia en Aragón"

El diseñador aragonés creó su firma L’Amar en 2020 y no se pone límites de lo que puede conseguir con trabajo, esperanza y pretensión.

Más información: Ángela Jordá, diseñadora de la marca de ropa aragonesa que lo agota todo: "Los primeros meses han sido una locura"

Zaragoza
Publicada

Inquietud, pasión y una meta. Así se ha ido labrando el éxito del joven diseñador aragonés, Nacho Lamar. El zaragozano está viviendo un gran sueño, consiguiendo todo aquello que se propone y con un futuro prometedor. Su marca L’Amar nació en 2020 y ya es una referencia de la moda y el diseño en Aragón.

Sus diferentes reconocimientos y premios son la recompensa a su incansable trabajo. Desde su humildad, Nacho Lamar no se pone límites.

En una entrevista para EL ESPAÑOL DE ARAGÓN, el maño repasa su trayectoria, su inspiración y algunos de sus proyectos.

Pregunta.- Lo primero, ¿de dónde viene su pasión por la moda y el diseño?

Respuesta.- No vengo de familia de modistas ni diseñadores, ojalá. Este camino lo he ido labrando yo mismo, siempre respaldado de mi gente, con la ayuda de ser inquieto y muy preguntón. También el capote que me ha dado mi familia, ha sido una gasolina para seguir.

P.- ¿Y cómo comenzó este camino?

R.- Todo comenzó experimentando con 16 años. Nombré mis primeras prendas, trabajé en la serigrafía, aún no había tocado una aguja. Al principio fue más que nada por el deseo de decorar y adornar mi ropa. Comencé este vínculo del diseño en la Escuela de Arte, cuando estudié el bachillerato. Iba tocando todas las disciplinas y hubo algo que me arañó por dentro, descubrí esa expresión artística.

Tenía dudas, me gustaba todo y nada. No tenía una vocación permanente. Sabía dentro de mí que podía crear, había algo que palpaba que podía hacer grandes cosas. Estudié diseño gráfico, pero no me veía sentado en una silla. Ahí es cuando estudié Patronaje y Moda, con 20 años. Eso me marcó, se me clavó una estaca en el corazón. Y supe que era lo mío.

Diseños de Nacho Lamar.

Diseños de Nacho Lamar.

Ese proceso creativo era como algo que me fascinaba más todavía, así que también estudié la carrera de Moda. Me fui a Madrid a terminar mis estudios académicos y cuando volví a Zaragoza me formé con un maestro de sastrería y me especialicé.

P.- Durante todo esos años de formación fue haciendo sus primeras cosas…

R.- Antes de formarme como sastre, como diseñador de universidad quise demostrar mi potencial o demostrarme a mí mismo que podía hacer cosas. Empecé a hacer desfiles y alcancé algún logro. Por ejemplo, La Aguja Goyesca de 2017.

P.- Hasta que registró su marca L’Amar.

R.- En el 2020 registré L’Amar y comencé a hacer distintos tipos de prendas, me metí en una e-commerce, fui tanteando. Con la formación que tenía no me iba a poner a vender camisetas. Empecé un poco a poco, sin asumir muchos riesgos.

Mientras me especializaba en sastrería estuve trabajando en otras de la ciudad haciendo trajes y ya creé mi propia tienda de sastrería, que se enfoca en una moda muy clásica y focalizada en los eventos, en las bodas. El 98% de nuestros clientes son para bodas, somos como el grito de los novios olvidados.

Diseños L'Amar.

Diseños L'Amar.

A nivel de porcentaje estoy teniendo una alta demanda con la sastrería, que, sobre todo, hace un servicio regional. Hay 4.000 bodas en Aragón y llegamos al 10-15%. Estamos consiguiendo que vengan también de fuera.

Estamos en una tesitura en la que L’Amar empresa está creciendo muchísimo. L’Amar creativo, que es un universo totalmente paralelo, de moda más urbana, está un pelín aparcado.

P.- Aparte de ese detalle, tras estos años puede considerar que su marca ya está consolidada.

R.- A día de hoy sí. Puedo decir que soy diseñador de bodas, puedo decir que soy asesor especializado en sastrería. No se me puede considerar sastre porque hice 3 años intensivos de sastrería, pero hubiera necesitado 15.

Somos una firma consolidada porque las cifras están respondiendo. Necesitamos que pasen ciertos años para crear más todavía, pero hay esperanza, hay fe, hay fuerza, hay rabia por crear y hacer. Sobre todo, hay pretensión. Sé que lo vamos a conseguir, vamos a ser referencia en Aragón.

Nuestra visión es totalmente distinta a todo lo que hay. Lo que hacemos nosotros, tanto en servicio, como en calidad, trato y tiempos, no lo tiene ninguna sastrería de esta comunidad.

Uniforme hotel de Canfranc.

Uniforme hotel de Canfranc. Instagram

P.- Se tuvo que ir a Madrid a formarse, pero apostó por volver a Aragón.

R.- Tuve distintas propuestas laborales, pero contemplé que una ciudad como Zaragoza me iba a brindar muchísimas oportunidades. También el peso de tener a mi familia y mi pareja aquí. Y estoy enamorado de esta ciudad. Está claro que esto es un amor-odio que todos tenemos. No nos puede brindar lo que nos brinda una ciudad cosmopolita como Madrid o Barcelona, pero la ciudad grande se está creando. Allí también hay más competencia.

Yo tengo muy claro que Zaragoza no tiene nada que envidiar.

Los desfiles son una exposición de nuestro concepto para atraer y enamorar a nuestro universo a clientes y a aficionados

P.- ¿Está habiendo más impulso en el campo de la moda en Aragón?

R.- La federación de industrias textiles de Aragón lo está haciendo de sobresaliente. Yo comencé ahí en 2018 en el Certamen de Jóvenes Diseñadores de Aragón y gané ese primer premio. Somos una asociación pequeñita, pero entre nosotros somos muchos los diseñadores y nos respaldamos, nos ayudamos. Gracias al Gobierno de Aragón, que nos brinda la oportunidad, es nuestro mayor sponsor, creamos la Aragón Fashion Week, nuestro escaparate para crear esas colecciones y desfilar. Nosotros solos, por tema económico, no hubiéramos podido celebrarlo.

A nivel de consumidor, estamos en un mundo en el que prima la comodidad, la rapidez, lo económico. Los desfiles son una exposición de nuestro concepto para atraer y enamorar a nuestro universo a clientes y a aficionados.

P.- Volviendo a hablar de usted. ¿De dónde saca la inspiración a la hora de diseñar? ¿Alguna vez se queda sin ideas?

R.- Yo no me siento en la mesa y digo, voy a ponerme a diseñar. Mientras estoy conduciendo, fregando un plato o en el baño, de repente me da un clic y lo anoto en mi cuaderno.

Dentro de la mente del diseñador, hay un sinfín de posibilidades en las que cada uno imagina un universo, una prenda. Yo siempre pienso en cómo transformar una prenda, no en cómo embellecerla. Pienso en un concepto y lo híbrido, pienso en cómo hablar de un mensaje y crear esa escena.

Es un ejercicio que requiere paz, estar todos los días con los ojos abiertos y recibiendo estímulos. Es mi adrenalina.

P.- ¿Cómo define su estilo?

R.- Mis estilos son con matices irónicos, vitalistas, básicos y poco más. Con sentido de humor y con ganas de sorprender. Al final una persona tiene que sorprender por su forma de ser, por su vivencia. Si llevas un L’Amar tienes que partir el suelo con tu actitud y tu forma de ser vistiéndolo.

Pienso que mi moda, a día de hoy o la intención futura que tengo, es acercarme a esa sociedad que está fuera de un consumo del arte, de un consumo del diseño, de un consumo de apreciar la estética y creo que lo estoy consiguiendo.

P.- En cuanto a proyectos, uno de los que más visibilidad ha tenido es el de los uniformes del hotel Canfranc Estación. ¿Cómo surge y cómo fue la creación?

R.- En 2021 gané los premios nacionales de la moda como joven diseñador. Se hizo mucho eco en la prensa. El grupo Barceló estaba rehabilitando el hotel de Canfranc Estación y querían que un diseñador aragonés formara parte del proyecto para la uniformidad del hotel. Pusieron en Google diseñador aragonés y gracias a esos premios me encontraron. Tras reunirnos, me dijeron que si me subía el tren. Yo dije que con los ojos cerrados.

Uniforme del hotel de Canfranc.

Uniforme del hotel de Canfranc. Instagram

Fue un gran proyecto, gracias a esa recompensación económica y a todo el resultado que hubo pude decir que era diseñador de moda, que estaba ganando el pan con ello.

En 2021 me lo dijeron, fue todo un año de creación. Paralicé ciertas cosas. Fue un trabajo de 150 páginas, fue una experiencia, un reto y gustó muchísimo. Yo hablé de Aragón por todos lados, tengo señas e identidades ocultas en cada uno de los informes. Ha sido algo muy bonito para mí.

P.- Fue su gran impulso y motivación.

R.- Sí, y a raíz de eso he tenido distintos proyectos, intento coger todos, pero no puedo duplicarme. Hay L’Amar para años, pero aparte del diseño y aparte de emprender hay una parte humana y una responsabilidad de vivir esta vida, que también se lo merece.