El Parque del Agua Luis Buñuel, un referente internacional en la integración de paisaje, agua, equipamientos recreativos e infraestructura hidráulica, enfrenta un grave deterioro debido al paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Si no se actúa con urgencia, este modelo de sostenibilidad y pulmón verde de Zaragoza podría perder su funcionalidad y su valor ecológico, social y cultural. Desde la Asociación Legado Expo Zaragoza 2008 reclamamos una intervención integral y urgente que garantice su recuperación, salvaguardando su valor patrimonial y asegurando su disfrute para las futuras generaciones.
El Parque del Agua fue concebido como un espacio estratégico para la calidad ambiental de la ciudad, con un diseño que integra el agua como eje organizador de los espacios. Este sistema hídrico consta de tres fuentes de agua: la acequia del Rabal, un bombeo directo desde el Ebro y pozos excavados en el acuífero. El agua se purifica mediante filtros verdes naturales y circula a través de canales y lagunas, antes de devolver las aguas sobrantes al medio natural con una calidad muy superior a la de la captación. En sus 150 hectáreas, el ciclo urbano del agua crea un paisaje de “oasis” en el valle semiárido del Ebro. Además, su diseño juega un papel fundamental para la protección de las inundaciones de áreas urbanas.
Su sistema de captación, filtrado y depuración, que permite la reutilización para actividades recreativas y la devolución al medio natural en óptimas condiciones, ha sido reconocido mundialmente por su ingenio y sostenibilidad. Sin embargo, los últimos años han visto una falta de mantenimiento de estos filtros y estructuras, lo que ha provocado que el agua no se purifique adecuadamente y se estanque en zonas no previstas. Las islas de vegetación son una prueba visible de esta negligencia. El sistema hídrico, antaño eficiente, presenta desajustes que provocan estancamiento, insalubridad y malos olores. El parque, que originalmente era un ejemplo de sostenibilidad y frescor, corre el riesgo de convertirse en un pantano insalubre de aguas estancadas.
La falta de gestión adecuada no solo ha deteriorado elementos clave como el filtro verde, también se manifiesta en el parque botánico, en los espacios ornamentales y en las zonas de juego.
Para evitar este desastre ecológico y recuperar el parque, es imperativo restaurar el sistema hídrico para asegurar el correcto funcionamiento de los flujos de agua y la purificación en los filtros verdes. También es necesario reparar los jardines botánicos, los juegos de agua y otros elementos dañados. Además, zonas como el canal de aguas bravas, el área de hípica y el área de aventura deben adaptarse a nuevos usos que respondan mejor a las necesidades ciudadanas. Finalmente, se deben mejorar los espacios de estancia para que el parque siga siendo un lugar atractivo y funcional para todos.
Es preciso emprender acciones para equilibrar los usos recreativos, culturales y ambientales del parque, para incrementar su atractivo y minimizar el impacto sobre los procesos ecológicos internos y su entorno natural. Para ello, se plantea dinamizar distintas zonas del parque con actividades diversas (quioscos, áreas de juegos infantiles, gimnasios al aire libre, zonas de contemplación), dispuestas estratégicamente y con el doble carácter de un espacio que integra lo social y lo ecológico.
Las mejoras materiales deben complementarse con acciones que procuren el disfrute, la divulgación, la concienciación comunitaria y la educación. El potencial del parque del Agua en este sentido es extraordinario y hay que explotarlo con actividades como talleres, charlas, visitas guiadas que convierta el parque en un referente ambiental, cultural y recreativo.
El plan debe contar con el compromiso del Ayuntamiento de Zaragoza y del Gobierno de Aragón, que deben garantizar la financiación pública y privada necesaria. Además, es crucial integrar el recinto de la Expo, la Torre del Agua, el Museo de la Movilidad del puente de Zaha Hadid, el Acuario y el Parque del Agua en un sistema de uso público y privado que potencie la coherencia urbana y la actividad en la zona.
No podemos permitir que uno de los mayores logros urbanísticos de Zaragoza en el siglo XXI caiga en el olvido. El Parque del Agua Luis Buñuel es un patrimonio natural y cultural que debe ser protegido y cuidado. Su recuperación es imprescindible para garantizar su supervivencia y seguir ofreciendo un espacio único de recreo, educación y conexión con la naturaleza. Estamos a tiempo de salvarlo, pero es fundamental actuar de inmediato, antes de que sea demasiado tarde.