
Pueblo medieval con una muralla.
El pueblo medieval con la muralla más grande de España está en Zaragoza: una joya en el corazón de Aragón
Se trata de un enclave histórico destaca por su imponente conjunto amurallado, su arquitectura medieval y su rica herencia cultural y religiosa.
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España cuenta con un rico patrimonio medieval, con pueblos que han sabido conservar su esencia a lo largo de los siglos. Estos lugares no solo son testigos de la historia, sino que también se han convertido en destinos turísticos de gran relevancia, atrayendo a visitantes por su arquitectura, cultura y gastronomía.
Estos pueblos mantienen murallas, castillos, iglesias románicas y góticas que reflejan siglos de historia. Muchos de ellos fueron enclaves estratégicos durante la Reconquista, dejando huellas en su trazado y fortificaciones.
Entre los pueblos medievales de importancia se encuentra Daroca. Se trata de uno de los pueblos medievales más impresionantes de Aragón. Situado en la provincia de Zaragoza, este enclave histórico destaca por su imponente conjunto amurallado, su arquitectura medieval y su rica herencia cultural y religiosa.
En primer lugar, Daroca es una localidad y municipio de la provincia de Zaragoza, en la comunidad autónoma de Aragón. Situado en la comarca de Campo de Daroca, su término municipal cuenta con una población de 1.919 habitantes según el INE en 2024. Además, es la sede del partido judicial de la zona.
¿Cuál es la historia de Daroca? Algunos historiadores sostienen que la aldea celtibérica original en esta zona llevaba el nombre de Darek. Se ha identificado Daroca con la ciudad que los romanos denominaron Agiria, donde construyeron una fortaleza para proteger la vía laminitana, una ruta que atravesaba el pueblo y unía Zaragoza con Valencia.
En cualquier caso, la primera referencia escrita de la ciudad se remonta al año 837, cuando ya se reconocía como una localidad de relevancia en el norte de al-Ándalus. En ese momento, la familia de los Banu al-Muhayir, originarios de la tribu de los tuyibíes o árabes del sur procedentes del Yemen, se había establecido en la zona.
Posteriormente, los árabes denominaron al lugar Calat-Darawca en el año 862, nombre que mantuvieron durante 400 años, hasta que Alfonso I de Aragón la tomó en 1120. En 1141, Alfonso emitió un código legal primitivo cuyo contenido se ha perdido con el tiempo. En el siglo XII, Ramón Berenguer IV le concedió fueros y privilegios que la establecieron como la capital de la Comunidad de Daroca, la cual tuvo una gran influencia social y militar durante la Edad Media.
En consecuencia, tal y como se cuenta desde Turismo de Aragón, cabe destacar que Daroca primero sirvió como punto avanzado en la conquista cristiana y luego como una zona fronteriza, lo que llevó a que fuera fortificada con una gran muralla.
De lo que en su momento fue el recinto amurallado más grande de Aragón, con más de cuatro kilómetros de longitud, todavía se conservan impresionantes vestigios como el Portal de Valencia, la Puerta Baja y la Puerta del Arrabal, que te recibirán al llegar.
Es por eso que uno de los atractivos de la villa es caminar a lo largo de sus murallas, admirando sus imponentes torreones, hasta alcanzar el castillo, desde donde podrás disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.
Otros encantos de Daroca pasan por su casco histórico, en el que se encuentra la impresionante basílica de Santa María, donde se guardan los Sagrados Corporales, que son testigos de un milagro ocurrido en el siglo XIII. También podrás perderte por las calles del antiguo barrio judío, situado en lo que hoy es el Barrio Nuevo.
Igualmente, la lista de iglesias se completa con la iglesia románica de San Miguel, que alberga impresionantes pinturas murales góticas llenas de color, y con las iglesias de San Juan y Santo Domingo de Silos, que comenzaron a construirse en el siglo XII en estilo románico y se finalizaron en el XIII con influencias mudéjares.
De igual forma, paseando por sus empinadas calles, descubrirás además hermosas casas señoriales como el palacio de los Luna, la antigua Casa de Canónigos, el palacio de Gil Bernabé y el antiguo Hospital de Santo Domingo, que hoy alberga el Museo de la Historia y las Artes.
En definitiva, Daroca es un pueblo que enamora por su legado medieval, su belleza arquitectónica y su capacidad para transportar a quien lo visita a una época de caballeros, murallas y leyendas.