Mayerly en la cafetería.

Mayerly en la cafetería. E.E.

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Mayerly, dueña de una cafetería colombiana en Zaragoza: "Mi sueño es abrir en otras ciudades de España"

Yogohappy es una cafetería, panadería y heladería latina que cuenta con dos locales en la ciudad y cuya historia comenzó a escribirse hace 12 años.

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Zaragoza
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La gastronomía, además de para disfrutar, es una importante fuente de cultura y conocimiento. Son muchos los que aprovechan sus viajes al extranjero para probar sus comidas típicas, pero también es posible vivir esa experiencia sin moverte de tu hogar. Los italianos, japoneses o turcos llevan años asentados en España, al igual que la comida latinoamericana con sus tacos, arepas o quesadillas.

Aunque ya se encuentran numerosos restaurantes y bares para disfrutar de esa gastronomía, Yogohappy fue pionero en su nicho como heladería, cafetería y panadería colombiana.

Yogohappy se instaló en Zaragoza hace casi 12 años para llenar un vacío en la zona, el de una heladería. Ubicado en la calle Juan Pablo Bonet, 6, apostó por los helados de yogur, de donde viene su nombre.

Todo comenzó bajo la mano de Mayerly, una colombiana que ya era propietaria (junto a su socio) del grupo Antojitos, un negocio de comida latinoamericana que cumplirá 20 años. “Siempre nos ha gustado emprender, visitar o viajar. Habíamos pasado la época del restaurante y vimos que en este sitio hacía falta algo así”, recuerda.

Sin embargo, al tiempo Yogohappy se reinventó totalmente y cambió su oferta, convirtiéndose también en una cafetería y panadería con panes colombianos. Así, actualmente, cuenta con dos locales en Zaragoza, pues el año pasado inauguró su segundo espacio en el paseo Calanda, 68.

Escaparate de la panadería.

Escaparate de la panadería. E.E.

“El mismo público fue pidiendo lo que quería, ellos son los que mandan. Vendemos cosas de helado y de frutas como al principio, pero introdujimos los bollitos y otras cosas de comer. Todo lo que es panadería latina y con sitio para sentarse y tomar el café”, justifica la dueña.

Además, influyó la diferente demanda en invierno y en verano: “Se demandaban mucho las frutas, pero en invierno no entraba casi nadie”.

En definitiva, Yogohappy pasó a ser una referencia en este aspecto, siendo el lugar perfecto para disfrutar de un café con un pan elaborado por ellos mismos en la propia cafetería. Entre todas sus delicias, lo que más triunfa es el pan de yuca, el pan de la abuela o las arepas de queso, con una receta propia de Mayerly.

Con o sin secreto, pero algo especial tiene esta cafetería/panadería para haber logrado tal éxito y haber conseguido una fiel clientela. De hecho, la colombiana asegura que llegan muchos visitantes latinos, de todas partes, también de Zaragoza, a y todos les encanta.

Esto le anima a abrir las fronteras y, aunque lleva 22 años en Zaragoza, revela que le gustaría expandir Yogohappy a otras ciudades de España. “Sería un sueño y espero que si se da el caso, seamos igual de aceptados que aquí”. Por ahora, no es una opción a corto plazo, ya que quiere esperar a que su hija termine de estudiar para planear el futuro.

Su hija que, por cierto, está muy presente en la propia cafetería. Ella, estudiante de Bellas Artes, es la autora de los diferentes cuadros que decoran el local originario de Yogohappy.

Decoración de Yogohappy.

Decoración de Yogohappy. E.E.

Carta

La unión de una cafetería, heladería y panadería en un mismo concepto hacen que Yogohappy sea un destino idóneo para cualquier momento del día y del año, para ello está abierto de lunes a domingo durante toda la jornada.

En la repostería son imprescindibles los palitos de queso, los salchipanes, el pan de queso, las arepas, la rosca de guayaba, las almojábanas o los aborrajados. Por supuesto, el pandebono, que se puede conseguir por tan solo 1,2 euros. 

Además, en su oferta hay opciones de ensaladas con fruta o variedad de estas, smoothies, tartas, crepés, zumos naturales, tés, infusiones o cafés. Todo esto muy sabroso, cuidado y a buen precio en un entorno acogedor.