El nuevo restaurante con un Sol Repsol de un pueblecito de Aragón: solo tiene 5 mesas y no permite la entrada a niños

El nuevo restaurante con un Sol Repsol de un pueblecito de Aragón: solo tiene 5 mesas y no permite la entrada a niños E.E

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El nuevo restaurante con un Sol Repsol de un pueblecito de Aragón: solo tiene 5 mesas y no permite la entrada a niños

El restaurante aragonés comenzó con bocadillos y ensaladas, ahora tiene un menú degustación reconocido también cuenta con una Estrella Michelín.

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Zaragoza
Publicada

Mucho se habla de la paella valenciana, la carne del País Vasco, las tapas andaluzas y del cocido madrileño... Pero si queremos hablar de la buena gastronomía, tenemos que perdernos por los Pirineos oscenses.

No lo digo yo, lo dicen los prestigiosos premios como la Estrella Michelin y los Soles Repsol, que han situado a la gastronomía aragonesa en lo más alto. Este sector no cabe ya por la puerta, y no precisamente por las comilonas, sino porque está henchido de orgullo. No es para menos: 11 estrellas Michelin y 24 Soles Repsol avalan su excelencia culinaria.

Uno de los restaurantes que ha añadido volumen a este orgullo aragonés es Casa Rubén, un pequeño establecimiento perdido en el Valle de Pineta que guarda en su interior un tesoro gastronómico. 

Interior del restaurante Casa Rubén.

Interior del restaurante Casa Rubén.

Con solo cinco mesas, su limitado espacio no refleja la grandeza de su cocina. Los platos son pequeños bocados, pero ¡qué bocados, señores! Cada uno es un viaje al cielo del sabor, una experiencia indescriptible.

El gusto es uno de los sentidos más difíciles de traducir en palabras, especialmente sin el apoyo del olfato para transmitir la profundidad de los aromas y sabores que se despliegan en cada plato de  Casa Rubén, el restaurante galardonado con un Sol Repsol.

Restaurante con un Sol Repsol

Casa Rubén abrió sus puertas en 1987 como un modesto establecimiento familiar. En sus inicios, la carta se centraba en bocadillos, ensaladas y carnes a la brasa, una propuesta sencilla pero con la calidad y el sabor como sello distintivo. Con el paso del tiempo, el restaurante evolucionó, innovando en su cocina sin perder la esencia de la tradición. Así nació su fórmula de éxito: modernidad con raíces.

Rubén Coronas Capablo, siguiendo la tradición familiar, tomó las riendas del restaurante tras formarse en la prestigiosa Escuela de Hostelería de Guayente, la primera de Aragón y un referente a nivel nacional e internacional.

Desde pequeño, Rubén creció entre fogones, ayudando a su familia y desarrollando una pasión inquebrantable por la gastronomía. Su cocina mantiene una base tradicional con influencias modernistas, logrando una combinación única de sabores y técnicas.

En la actualidad, Casa Rubén cuenta con el privilegio de haber incorporado a su equipo a Cristina, la esposa de Rubén, quien con su simpatía y experiencia en atención al cliente aporta un valor agregado al ambiente y al trato con los comensales.

1 Sol Repsol, Casa Rubén.

1 Sol Repsol, Casa Rubén.

El restaurante aragonés destaca evidentemente por su gastronomía, pero también por su singular ubicación. A tan solo 15 km de Bielsa y Pineta y a 5 km de Aínsa, la zona es ideal para quienes buscan combinar gastronomía y naturaleza.

Está situado bajo una preciosa bóveda de piedra de 1593, en una de las antiguas cuadras de la casa familiar. Este entorno histórico añade un encanto especial a la experiencia culinaria. Además, el restaurante dispone de parking gratuito para la comodidad de sus clientes.

Menú degustación Casa Ruben

Casa Rubén no es un restaurante al uso. Aquí no se viene simplemente a comer, sino a vivir una experiencia sensorial completa. La propuesta gastronómica gira en torno al producto local, tratado con mimo y respeto. La caza, los hongos, las verduras de temporada y las carnes de la zona son los verdaderos protagonistas de un menú degustación que cambia según lo que dicte la naturaleza.

Uno de los platos estrella es la trucha del Cinca, cocinada con un delicado equilibrio entre tradición y modernidad. Tampoco falta en la carta el ternasco de Aragón, cocinado a baja temperatura hasta alcanzar la melosidad perfecta. Y si hablamos de postres, el pastel ruso con toques de miel y almendras es una despedida dulce e inolvidable para el paladar.

En el menú degustación 'Sueños', Rubén y Cristina pretenden reflejar un poquirto de su tierra y de su pasión, y desde luego, lo consiguen.

  • Degustación de AOVE Koroneiki Shio, con panes artesanales

  • Cóctel de Bienvenida

  • 5 Snacks

  • 7 Entrantes

  • 2 Carnes

  • 2 Postres

  • Petit fours

El precio es cerrado, de 70 € (incluye servicio de panes artesanales, pero agua, bebida y bodega no incluida). El menú se sirve a mesa completa. Y en la web explican: "No disponemos de propuesta vegetariana ni vegana. Debido a las características del local y propuesta gastronómica no disponemos de menú infantil". No está permitido la entrada a menores de 12 años; pero tiene sentido, los peques aún no han desarrollado sufientemente el sentido del gusto para valorar un menú de 70 euros.

Reservar mesa

Pero, ¿cómo se consigue mesa en Casa Rubén? Esa es la gran pregunta. Con solo cinco mesas disponibles, reservar con antelación es imprescindible. Además, el restaurante tiene un concepto de servicio pausado, pensado para que cada comensal disfrute sin prisas.

Aquí no se viene a comer rápido, se viene a desconectar, a saborear y a dejarse llevar por una cocina que roza la perfección. Solo sirve comidas, y la hora al hacer la reserva online solo deja a las 14.00. Puedes reservar mesa en el restaurante a través de este enlace.

El entorno también suma a la experiencia. Ubicado en pleno Valle de Pineta, Casa Rubén es un refugio gastronómico rodeado de naturaleza en estado puro. Las vistas a las montañas, la tranquilidad del lugar y la calidez de su servicio hacen que la visita sea aún más especial. No es solo un restaurante, es una escapada para los sentidos.

Por todo ello, Casa Rubén se ha convertido en un destino obligado para los amantes de la buena mesa y la autenticidad. Si busca una experiencia gastronómica inolvidable en el corazón del Pirineo aragonés, este pequeño gran templo culinario merece, sin duda, estar en su lista de imprescindibles.