Crítica: 'Fundación', una serie ambiciosa de épica apabullante que honra la gran saga de Isaac Asimov
Apple TV+ trae de vuelta la magnificencia a la televisión con esta esperada adaptación de una de las obras claves de la ciencia ficción.
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Solo con leer el primer libro de la trilogía original de Fundación es fácil entender por qué había sido tan difícil llevar esta obra de Isaac Asimov a la pantalla, pero la serie de Apple TV+ demuestra desde su inicio ser tan ambiciosa y épica como la saga galáctica que adapta, tanto en sus temas como en el despliegue técnico. El diseño de producción es realmente abrumador por su grandeza y eso solo se traduce en deleite para el espectador.
Ambientada 12000 años en el futuro, Fundación nos presenta a la humanidad esparcida por todos los rincones de la galaxia bajo el control del emperador de la Dinastía Genética. La estabilidad se ve amenazada cuando Hari Seldon (Jared Harris), un brillante científico que ha desarrollado la psicohistoria, predice la inminente caída del Imperio Galáctico, la cual traerá consigo siglos de años oscuros. Este es solo el punto de partida de una saga que abarca siglos, multitud de tramas y personajes.
Pero a pesar de su vastedad, es fácil identificar desde el incio algunos de sus temas centrales, como el control del poder, libertad vs. seguridad, destino vs. libre albedrío o la politización de la ciencia. Temas y conflictos universales que siguen estando vigentes, porque así como en la obra original, la serie se sirve del futuro para hacer una alegoría de nuestro presente, en la que encontraremos ecos del Brexit, el MeToo, la negación del cambio climático o el ascenso del nacionalismo. A pesar de los conceptos de ciencia ficción y su ambientación futurista, esta historia trasciende el género. Es una narración apasionante que disfrutará cualquier amante de las series, le interese la ciencia ficción o no.
Se agradece que, a pesar de la tendencia que trajo consigo el consumo en streaming, Fundación abraza el arte de hacer un buen episodio de presentación. Es una magnífica puerta de entrada a este galatic-building y aprovecha el personaje de Gaal Dornick, interpretada por una magnética Lou Llobel (uno de los descubrimientos de la serie) como avatar del espectador, con quien iremos descubriendo los nuevos mundos que se nos presentan, porque para ella también es la primera vez.
En sus dos primeros episodios la serie es realmente imponente. Tiene algo de hipnótico ver a Brother Dawn, Brother Day (Lee Pace) y Brother Dusk (Terrence Mann) moverse en sincronía, porque los tres son clones del primer emperador de la galaxia, Cleon I. Ellos son la Dinastía Genética, el Triple Trono, un concepto tan perturbador como fascinante. Y junto a ellos está desde el principio de los tiempos, como uno de los primeros robots del amanecer, Demerzel, la verdadera constante de esta familia privilegiada y uno de los personajes más prometedores. El cliffhanger del segundo episodio os dejará con la boca abierta.
Series como Ted Lasso son un regalo, pero la televisión grandilocuente, ambiciosa y épica también. Por eso echamos tanto de menos Juego de tronos, pero Fundación tiene potencial para eso y mucho más.
Los dos primeros episodios de 'Fundación' están disponibles en Apple TV+.
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