El 'oro' renovable sin explotar que impulsará el liderazgo energético de Castilla y León
Al desarrollo de la industria eólica y solar se le une ahora la posibilidad de impulsar una economía de biogás que daría empleo a 5.200 personas en el medio rural
23 enero, 2023 07:00Noticias relacionadas
Amazon anunció el año pasado su intención de construir una granja solar en Palencia para abastecerse de energía limpia.
Google se nutrirá de la electricidad limpia que genere una planta solar en Zamora. Y las empresas energéticas con mayor capitalización del país como Iberdrola, Naturgy o Endesa, trabajan contra reloj por invertir en proyectos eólicos y solares en Castilla y León.
La inversión llama a las puertas de la Comunidad por su potencial natural. Castilla y León es líder en energías renovables en España: el 89,1% de la electricidad que produce es verde, de la cual el 49,1% es eólica.
El 22,55% de toda la energía proveniente de la fuerza del viento en España se genera en Castilla y León. Sólo en 2022 se instalaron 191 MW nuevos en la Comunidad y cinco nuevos parques hasta los 277 con que cuenta en la actualidad (es la que más unidades tiene de España).
Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) recuerda que "sólo con lo que generan los parques eólicos de Burgos, Soria y Palencia se podría abastecer a casi 2,5 millones de hogares", es decir, a prácticamente toda la Comunidad.
Además, la inversión en estos gigantes de viento ya ha generado más de 1.800 empleos estables en las zonas rurales y la recaudación por el canon eólico supuso para las arcas autonómicas 29 millones de euros.
El hecho de ser la región más extensa de España y su baja densidad demográfica, le convierten, además, en un imán para los inversores de energía solar. La Comunidad cuenta ya con 1.400 MW de potencia instalada (sin contar con las de autoconsumo), si bien la cifra está lejos de las de Extremadura (5.298 MW), Andalucía (4.047 MW), Castilla La-Mancha (3.904 MW) y Aragón (1.793 MW), según datos de la Unión Española fotovoltaica (Unef).
A esta carrera por aprovechar todos los recursos renovables para producir energía se le ha sumado recientemente un último vector: el hidrógeno verde. El hecho de que se exija la utilización de energías limpias para su obtención, coloca también a Castilla y León en el mapa de las grandes inversiones. Compañías como Redexis o joint ventures como HyDeal España, ya han anunciado inversiones en proyectos de hidrógeno verde en la Comunidad.
El 'boom' por el desarrollo de este vector ha empujado al Gobierno autonómico a anunciar que pondrá en marcha desde 2023 una economía asociada al hidrógeno verde con el objetivo de tener 200 MW instalados en 2030.
A todo ello se le suma que el 25% de la potencia hidráulica instalada en España se encuentra en Castilla y León. Cuanto más constante es esa fuente, más rentables los resultados de obtener hidrógeno limpio.
Sol, viento, agua... Castilla y León es renovable por naturaleza. Pero ¿y si pudiera aprovechar, además, todos los residuos naturales producidos por su sector agroganadero para convertirlos en gas verde y reducir su consumo de gas natural?
También líder en capacidad de producción de biometano
Según la Asociación Española del Gas (Sedigas), la Comunidad lidera con casi 38 TWh (el 23,2% del total nacional) la capacidad de producción de biometano en España. Sin embargo, se trata de una industria que aún no ha recibido el mismo apoyo ni impulso que otras como la eólica o la solar.
Según el informe publicado recientemente por esta asociación, Castilla y León podría liderar la producción de biometano en España con un potencial de 520 plantas que necesitarían de una inversión de algo más de 10.000 millones de euros a los que habría que añadir otros 750 millones en redes de gas.
Sin embargo, esta apuesta supondría la creación de cerca de 5.200 empleos directos y casi 11.000 indirectos sobre todo en el medio rural, lo que supondría un fuerte impulso para fijar población en zonas especialmente despobladas.
Castilla y León tiene 4,5 millones de cabezas de cerdos y 90.000 vacas de leche que producen anualmente casi diez millones de metros cúbicos de estiércol, según datos de la Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León (Urcacyl).
Unos desechos que a través de plantas de biogás pueden convertirse en un vector limpio y de economía circular que reduzca la dependencia del gas natural y supongan, además, una solución medioambiental para su tratamiento. Sin embargo, se utiliza en su mayoría como fertilizante para la tierra.
En Castilla y León hay cinco plantas de biomasa en ejecución: una en la localidad vallisoletana de Olmedo (que utilizará recursos forestales), otra en Villacastín (Segovia), la promovida por Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León) en Cabezón de Pisuerga (Valladolid), la de Enagás Emprende y Suma Capital, que es la única que está operativa (Burgos); y la de Soria impulsada por Nortegas, que se convertirá en la sexta planta de España y primera en inyectar biometano directamente en la red.
¿Por qué Castilla y León no ha desarrollado un parque de biogás si dispone de la materia prima necesaria para hacerlo? La falta de inversión en esta industria es común a toda España, que se sitúa a la cola de Europa en lo relativo a esta materia.
Los principales obstáculos son la ausencia de un marco regulatorio claro, la falta de infraestructuras, además de la inversión inicial que hay que desembolsar en un sector donde las ayudas son aún casi inexistentes.
La energía obtenida por este proceso de transformación de los residuos ganaderos en gas renovable puede abastecer de energía tanto a las mismas explotaciones como a otros edificios a través del vuelco de este gas limpio a la red.
La planta de biogás más grande de España está en Asturias. Da solución a 400.000 toneladas de residuos ganaderos al año que transforma en fertilizantes y en biogás capaz de abastecer de electricidad a 1.500 hogares, reduciendo la emisión del CO2 correspondiente al uso de 17.000 coches al año.
Emilio Pérez, miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Valladolid, explica a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León cómo la Comunidad tiene por delante no sólo una "oportunidad", sino también "el reto de aprovechar estos residuos ganaderos y agrícolas, transformarlos en biogás y poder inyectarlos directamente en la red".
En este sentido, Pérez recuerda que para desarrollar este potencial procedente de los residuos ganaderos, "las explotaciones más rentables y competitivas deberían tener un acceso más fácil a subvenciones que las empujen a su desarrollo e implantación". Una rentabilidad que va unida al número de cabezas de esas explotaciones, en medio de la polémica desatada en torno a las de intensivo.
Este ingeniero especializado en el diseño y desarrollo de proyectos de instalaciones energéticas, asegura que "el rendimiento de las inversiones públicas en este vector para sustituir instalaciones que consumen combustibles fósiles y siempre desde un equilibrio medioambiental, está ya más que demostrado a corto plazo".
En este sentido, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ya avanzó a finales de año que la Junta de Castilla y León contempla impulsar el desarrollo del biogás en la Comunidad. En materia de energías renovables, el Ejecutivo autonómico tiene previsto destinar casi 49 millones de euros, sin especificar qué partida iría destinada al desarrollo del biometano.
Los desechos naturales abren la puerta a la dinamización del medio rural de Castilla y León y a liderar prácticamente todo el mix energético renovable que impulse la descarbonización de la industria.