Un Gobierno que corre como los locos para dar placer a sus sostenes, que está dispuesto a habilitar sesiones del Congreso en período vacacional para resolver las obligaciones impuestas por sus exigentes mantenedores, tiene un ministro de Castilla y León que no sólo trabaja de espaldas a sus ciudadanos, sino que oculta información a otras comunidades para utilizar políticamente la situación.
El Sr. Puente, ministro del gobierno de Sánchez, dirigente del PSOECyL, no sólo no hace nada por las comunicaciones ferroviarias de Salamanca con Madrid, imprescindibles para aquellos que generan negocio, desarrollamos nuestro trabajo o construimos sinergias empresariales y económicas a caballo entre Salamanca y la capital y vivimos cómo un trayecto que en coche no dura más de 2 horas, en el tren se produce en más de 3, que tiene unas conexiones muy defectuosas, con retrasos, abusos y carencias importantes como un wifi que permita trabajar en el transcurso de trayecto, sino que se burla de nosotros.
Hasta cuándo veremos cómo nos traen los trenes que desechan otras comunidades, cómo no se abordan las mejoras en las vías, en los vagones, en los intercambiadores… que precisan nuestros servicios.
Hasta cuándo se dirá que no son rentables los trayectos que van llenos y que deberían de ser servicios públicos con una rentabilidad pública por más que no la tuviera económica.
Hasta cuándo nos venderán progresía para darnos el regreso al pasado más lejano perdiendo lo que en su día ya tuvimos y que debiéramos de haber mejorado para, ahora, ir empeorando poco a poco. Si ese es el progreso que nos vende Puente, que se marche a su casa que no vale, pues el que no nació para servir y no sirve a los demás, no sirve para estar donde él está… ¡Márchese Sr. Puente, y no nos haga más daño a los “perritos sin alma”! ya sirvió usted de dóberman a su amo, lo hizo como un auténtico gañán (con perdón de los gañanes) y ahora no sólo le hizo daño a Valladolid, nos lo está haciendo a los Castellano Leones y lo hará a los Españoles de la mano de su amo.
La estrategia del gobierno de Pedro, que no de España, es únicamente burlarse de los “perritos sin alma” a los que trata como estúpidos para granjearse el aplauso del terrorista, con las manos aún goteando la sangre de su víctima, o de los delincuentes independentistas que afirman lo volverán a repetir.
Así, por ejemplo, se jacta de subir el salario mínimo interprofesional, pero no lo hace él, les obliga a los empresarios a hacerlo, no para cubrir la necesidad del “perrito” sino para incrementar sus ingresos por vía de impuestos y cotizaciones, a la par que el incremento acelera, o al menos no reduce, la tensión inflacionista. Vamos, que te doy lo que te quito, pero me quedo yo con un ingreso superior… todo un maestro de la magia y la falacia.
¿Por qué no incrementa el salario mínimo sin subir impuestos y cotizaciones y la subida será recibida íntegramente por el trabajador compartiendo el empresario y el Estado el coste? Con este sistema, además, el efecto inflación desaparecería, pues no habría motivo de subida de precios aparejado a la subida de salarios.
¿Por qué no se preocupa de que los ciudadanos mejoren, progresen, desarrollen sus expectativas y salvaguarden sus derechos mientras no nos da los servicios que cubren nuestros impuestos, no se preocupa de nuestra necesidad y acelera el paso para entregar todo aquello que le pidan los que le permiten gobernar?
No, no es España, no, no somos los ciudadanos, no, no es el progreso ni los derechos de los “perritos sin alma”, es su propio ego, su propio y personalísimo interés.