Pedro Sánchez es el presidente del Gobierno izquierdista más débil de la historia española, porque ni tan sólo ha podido aprobar los Presupuestos Generales del Estado de este año, pese a los apoyos separatistas que sustentan la legislatura a cuenta gotas y cambio de concesiones que están desmembrando el Estado Español. Además, acompaña un gran desgaste de sus anteriores mandatos con un rechazo de muchos millones de españoles a sus políticas socialistas y a los escándalos que envuelven a su figura y al PSOE.
La evolución del caso ‘Koldo’, el espionaje de ‘Pegasus’ en el que llegaron a espiar el móvil del presidente y que ahora su mujer Begoña Gómez sea investigada por un presunto caso de tráfico de influencias relacionados con sus negocios, han marcado los últimos meses en la política española. Estos hechos han propiciado que Sánchez comunique a los españoles mediante una carta que baraja dimitir el lunes 29 de abril de 2024 con unas elecciones catalanas y europeas a la vista, dejando un espacio de tiempo muy irresponsable de cinco días para tomar esa decisión que podría cambiar drásticamente los acontecimientos en España.
Cabe señalar, que España vive sumida en estos momentos a la incertidumbre y una enorme inestabilidad política, social y económica que no conviene sin la menor duda a los españoles. Pero la verdadera intención de Sánchez con esta carta no es otra, que buscar el victimismo, algo que no ha conseguido como esperaba, aunque haya logrado el respaldo de su partido y el de varios de sus socios de manera clara, porque cabe añadir que esta carta crispa aún más el ambiente y divide a los españoles.
Sánchez incluso en los últimos días no ha dudado en poner en tela de juicio al poder judicial por investigar a la primera dama española, suponiendo esto un nuevo ataque al trabajo de los jueces. Algo muy preocupante y que no es nuevo en este ejecutivo radical.
Fuentes Moncloa me han señalado también que Pedro Sánchez ha estado en contacto con el Rey de España, Felipe VI para comunicarle la decisión y se ha suspendido la agenda del presidente y varios de sus ministros. Desde Casa Real me hacen llegar lo mismo. Pero al margen de si finalmente dimite, el debilitamiento de este gobierno crece y la prensa internacional de todo el mundo se hace eco de sus escándalos, más incluso que la prensa nacional. Por lo tanto, la opción más correcta sería que dimitiera y convocara otras Elecciones Generales como ocurre en otros países del entorno cuando un presidente se ve envuelto en escándalos de corrupción. Relativamente no hace mucho tiempo, eso mismo ocurrió en Portugal con su homólogo socialista en ese país. De hecho, es lo que han pedido los principales partidos de la oposición.
Todo esto incuestionablemente afectará a los próximos comicios que acudirán los españoles, teniendo un impacto notorio, aunque el escenario político quede más abierto tras esta carta, que surge tras unos rumores que ya se hacían notar desde hace unos meses por Moncloa. Sin embargo, todos los españoles estarán en vilo hasta el lunes 29 de abril.